El monasterio de Santa Catalina de Siena, sito en la Calle Santa Catalina 301, en el centro histórico de la ciudad de Arequipa, es uno de los principales sitios de interés turístico de esta ciudad, siendo el único en el mundo, abierto al público, que cuenta con toda una ciudadela dentro de sus muros. Fundado en 1580, para el siglo XVII, llegó acontar con casi 180 monjas de clausura; asimismo, en su época de mayor población, el convento llegó a tener 500 almas, entre monjas, donadas, esclavas y sirvientas. En diferentes épocas de su historia, las monjas vivieron en él de manera comunal, e incluso en "celdas" que más bien son pequeñas casas, pudiéndonos en la actualidad, tener un atisbo de cómo era la vida cotidiana, en la época colonial.
La actividad fantasmal en el monasterio recién se reveló en la segunda mitad de la década de los '90s, cuando el convento -como museo y sitio turístico-, pasó a ser administrado por una empresa privada; los primeros reportes de apariciones se dieron entre las guías turísticas que laboran en el mismo. Por circunstancias casuales, entre 2,000 y 2,002, tuve la oportunidad de entrevistar a casi una docena de guías: todas revelaron haber presenciado, en diferentes ambientes del monasterio, la aparición de monjas, apareciendo y desapareciendo constantemente. "Aparecen cuando ingresas a un ambiente o cuando sales de él" -nos contó una guía-, "es como si te vigilasen, pero a la vez prefieren esconderse,... como si no les gustara nuestra presencia en el convento". Según las guías, no existe un lugar en especial para ver estas presencias: se hacen visiblen en casi todas las celdas del convento y en las denominadas áreas comunes de la ciudadela; eso sí, tales apariciones no se manifiestan en los callejones ni en los pasadizos del convento.
"No se les ve el rostro, pero notas claramente a una persona vestida de hábito" -nos relató L, joven guía de 25 años de edad-, " no se oyen voces ni ruidos: sólo se las ve, y cuando se te aparecen, se siente una extraña sesación; como si de pronto, te sintieras infinitamente sola,...". Las apariciones fantasmales de monjas en Santa Catalina no solamente han sido reportadas por las guías: más de un turista ha logrado verlas también. Un dato que la nueva administración del convento prefiere no admitir es que, hoy por hoy el convento de Santa Catalina se ha vuelto -de manera algo discreta-, en un sitio de interés para los que gustan del denominado "turismo esotérico": actualmente, cada año es visitado por centenares de personas de todas partes del mundo, quienes buscan "ver" o percibir fantasmas. Aún no se ha reportado si se ha logrado fotografiar a alguna de estas presencias.
Si bien estas presencias fantasmales se han mostrado "benignas", las guías han reportado también que el trabajar ahí les ha conllevado una suerte de "maldición": todas sin excepción, han declarado que desde que han comenzado a ver fantasmas en el convento, sus relaciones sentimentales se han visto severamente afectadas: "...es como si algo o alguien (yo pienso que son las monjas), quisiera que nos quedemos solas para siempre: como ellas,..."
(Mantengo las identidades de mis fuentes en reserva, a pedido de ellas misma, y debido a que muchas de ellas aún laboran en el Convento de Santa Catalina)
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