Esta es una de las leyendas urbanas más famosas del Perú. Se dice que dos osados aventureros -en algunas versiones se habla de dos jóvenes españoles; en otras son norteamericanos-, tras conocer las leyendas existentes acerca de las "chinkanas" del Cuzco (túneles construídos por los incas), acerca de que estos inexplorados laberintos subterráneos conectan lugares tales como Sacsayhuamán y la Catedral del Cuzco, o la fortaleza inca con el Templo de Santo Domingo (otrora el mítico Koricancha), e incluso que conectan sitios tan lejanos como el lago Titicaca, Lima o Quito,... y también que en ellas, los incas ocultaron fabulosos tesoros.
Animados por el deseo de aventuras (y potr ambición), estos dos turistas/aventureros se arriesgaron finalmente a ingresar en la llamada "chinkana grande", situada en Sacsayhuamán, cerca al lugar denominado como el "Rodadero". Lo que vieron o encontraron, nadie lo sabe realmente con exactitud. Pasados varios meses, uno de ellos apareció de pronto, surgiendo del subterráneo de la catedral de la ciudad imperial: sus ropas estaban hechas jirones, había envejecido notablemente y lucía una desgreñada barba,... como si más bien hubiesen pasado años, desde el inicio de su extraña travesía. Tenía una mirada perdida, como la del que pierde para siempre la razón; nunca pudo aclarar el final de su compañero. Algo que dejó impactados a todos los que lo vieron fue el extraño objeto que portaba en sus manos:un enorme choclo (mazorca) de oro macizo. El misterio nunca fue debelado, ya que el hombre murió a los pocos días.
Desde entonces, todas las entradas a las chinkanas se encuentran tapiadas; el hecho de que muchas de estas entradas se hallan en templos católicos, genera también la desconfianza, sospechándose los oscuros intereses de los religiosos por este proceder. Igualmente, de tiempo en tiempo, circulan en el Cuzco, relatos acerca de turistas desaparecidos para siempre, tras ingresar y luego no salir jamás, de las chinkanas incas, atraídos por el deseo de descifrar el misterio, o buscando hacerse ricos.
En 1.990 un geólogo italiano llamado Angelo Pitoni fue enviado al norte de Sierra Leona, casi en la frontera con Guinea Conakry, para verificar si cierta región del país conocida como Kono era, en efecto, un yacimiento rico en diamantes que pudiera ser explotado por la compañía que le había contratado y que pretendía obtener la concesión de su explotación a cambio de edificar una serie de viviendas para el gobierno.
Angelo Pitoni tuvo entonces un hallazgo intrigante: en una zona entre Sierra Leona y Conakry, y tras remover unos pocos centímetros de tierra, un jefe fulah de la zona le me mostró una beta de piedra muy extraña. Era de un color azul extraordinario, veteado con líneas blancas.
Éste jefe de tribu, le refirió una extraña leyenda: que, según ellos, explicaba por qué aquella zona era tan rica en diamantes. El jefe fulah —profundamente embebido en las enseñanzas del Corán— le refirió cómo en la noche de los tiempos, Dios descubrió que entre sus ángeles se estaba fraguando una revuelta. Tras perseguir implacablemente a los instigadores de la sublevación los expulsó a la Tierra, donde se convirtieron en estatuas. Pero los «malditos» no cayeron solos: junto a ellos se precipitó también una gran porción de cielo y estrellas. De hecho, la caída de estas últimas explicaba a ojos de los nativos la aparición de los diamantes, pues éstos no podían ser sino las luminarias nocturnas precipitada tras la rebelión
Aquel cacique insistía en afirmar que eran los restos de nubes que habían quedado atrapadas en la tierra, y que aquella vetas azules ¡eran fragmentos de cielo petrificados! Pitón examinó el de cerca el mineral, y creyó que se trataba de alguna clase de turquesa muy pura,... pero nunca se consiguen así; siempre van acompañadas por impurezas de pirita, de color negro. Más tarde, asoció el mineral a las turquesas perfectas que había visto en algunos pectorales egipcios muy antiguos.
Cuando el geólogo regresó a Europa con esas «turquesas», las llevó al Instituto de Ciencias Naturales de Ginebra y a la Universidad La Sapienza de Roma para analizarlas. La sorpresa fue mayúscula cuando me dijeron que esas piedras no eran turquesas, y que oficialmente no estaban catalogadas: la piedra azul que había descubierto no sólo no se correspondía a ningún mineral conocido, sino que un material idéntico había sido asimismo localizado recientemente en Marruecos por una geóloga británica llamada Anne Grayson. Pero ni ella ni Pitoni habían resuelto todavía su misterio. Limitándose a bautizarla con el sugerente nombre de "Sky Stone" o "piedra del cielo".
Lo más intrigante del asunto es que el color que tiene el mineral no se justifica por la composición de la piedra; no sabemos de dónde viene su tonalidad, pese a que las universidades llevan tres años investigando y no han conseguido saber de dónde viene el color. En la Universidad de Utrecht la sometieron a diversas pruebas con ácidos y ninguno consiguió atacarla. La calentaron hasta 3.000 grados centígrados y tampoco se alteró, … Pero lo que más les llamó la atención es que, cuando se pulverizó un fragmento de piedra y se observó bajo el microscopio, vieron que allí no había color. La única explicación es que esta piedra no ha sido producida por la naturaleza.
"Creo que se trata de una fabricación de alguna civilización avanzada de la que hemos perdido todo recuerdo, que pudo producirla como si fuera una especie de estuco. Después, los egipcios la usurparon para decorar sus joyas y templos, hasta perderse sus cualidades para siempre. Lo que creo, en suma, es que hicieron un composición mineral para hacer una masa que ahora es de piedra"-, declaró Pitoni.
Uno de los análisis practicado a la "Sky Stone" descubierta por Pitón arroja unos resultados desconcertantes: un fragmento de esta piedra había sido sometido a un riguroso examen para determinar los elementos de que estaba compuesta y en qué proporción se encontraban: el 77,17 por 100 de su composición, según este análisis, era… ¡oxígeno! El resto de porcentajes se dividían entre carbono (11,58 por 100), silicio (6,39 por 100), calcio (3,31 por 100) y otros elementos cuya presencia era casi bien anecdótica,.. ¿pero era posible que existiera una piedra de oxígeno?
Posteriormente, el investigador español Javier Sierra obtuvo unos fragmentos de esa piedra, y tras diversas conversaciones, logró interesar a algunos geólogos y minerólogos para que evaluaran en Madrid su composición y, en medida de lo posible, descifraran su naturaleza.
La tarea se extendió más de lo que se esperaba; Alfonso Martínez, un químico del CIEMAT de Madrid se hizo cargo de un fragmento de la "piedra azul" de Pitoni, y la paseó por diversos laboratorios: se le sometió a cinco clases diferentes de tests —análisis por difracción de rayos X, por espectrometría de plasma, por cromatografía de gases, por espectrometría de masas y finalmente por espectrometría infrarroja—, obteniéndose resultados que desconcertaron a los propios técnicos.
Durante las pruebas preliminares con rayos X se determinó que la piedra azul estaba compuesta fundamentalmente por hidróxido de calcio —Ca(OH)²—, carbonato cálcico —CaCO³— y silicato cálcico —Ca²SiO4—, pero sin embargo ninguno de estos compuestos explicaba su poderosa coloración azul. Los científicos sospecharon que quizá el cobre u otro material de transición podría ser el responsable de ese tono, pero fueron incapaces de detectarlo en cantidades suficientes para confirmar su teoría.
El rompecabezas se complicó aún más después de las siguientes pruebas: los análisis por espectrometría de plasma redujeron el nivel de oxígeno a un 50 por 100 o 55 por 100 como mucho, lo que, al parecer, es normal en cualquier roca. Pero la sorpresa llegó con la cromatografía de gases, con la que se trató de localizar algún compuesto orgánico en la roca —un tinte— que justificara su color. Tras triturarse parte de la piedra azul y mezclarse en soluciones de acetona, hexano y metileno, y potenciarse estas extracciones con ultrasonidos, se logró detectar un compuesto orgánico no identificado. Había, pues, un elemento no mineral que podría dar a entender que la piedra azul había sido, tal y como sospechaba Pitoni, sintetizada por alguien en un remoto pasado.
La espectrometría de masas redondearía la faena, descubriendo el nombre del compuesto, y arrojando su fórmula molecular (C17H24O³). Pero, ¿de qué se trataba?
Quedaba así descartado que se tratara de un compuesto comercial, descartándose un fraude, pero a la vez abriendo otros interrogantes; ¿era ese compuesto el responsable del color azul de la piedra?, ¿quién lo sintetizó y cuándo?, y ¿quién tenía conocimientos químicos suficientes en África para fabricar un color así?,...
Tratando de encontrar quién pudo realizar tal proeza en tiempos remotos, en 1.977, Pitoni hizo otro descubrimiento sorprendente en esa misma región: las tribus de la región se refieren a antepasados que dejaron como uno de sus pocos testimonios de su grandeza, la escultura más grande del mundo: es una «reina de piedra» de ciento cincuenta metros de altura. Tallada en granito; una piedra muy difícil de trabajar. Eso descartaba que la estatua fuera producto de la erosión eólica,… Curiosamente, dicha escultura en piedra llama poderosamente la atención, sobre todo si la comparamos con otras similares, existentes en Marcahuasi,...
La imagen fotográfica de este Oopart, fue efectuada a mediados de los años cincuenta del pasado siglo y remitida en 1.987, por el propietario de los terrenos donde se hallaba ubicada, al investigador Oscar Rafael Padilla Lara, es el único vestigio que tenemos hoy de su existencia. La cabeza de piedra poseía unas características muy bien definidas: labios delgados, una gran nariz pronunciada y rasgos caucasianos, sorprendiendo que su mirada apuntase hacia el firmamento. Su tamaño era enorme, como puede apreciarse a partir de las tres personas subidas en la parte superior y el automóvil situado delante de la estatua.
Localizada en las cercanías del pueblo conocido con el nombre de la Democracia, próxima a la costa del Pacífico de Guatemala, fue destruida por la guerrilla guatemalteca al ser utilizada como objetivo de entrenamiento en continuos ejercicios de tiro, a lo que contribuyó el haber sido tallada en piedra de arenisca blanda.
Nada se sabe sobre sus orígenes, y aunque en las proximidades existen numerosas cabezas de procedencia olmeca, su estilo y formas difieren enormemente. La pregunta más repetida por los investigadores es, por lo tanto, si la cabeza dada a conocer por Padilla es una anomalía del periodo de los Olmecas, o si es parte de otra cultura anterior o posterior a la presencia de los Olmecas, y cuyo único objeto identificado hasta ahora es la gran cabeza.
El Isshii, es otro de los monstruos de lagos japoneses. Se cree que su morada es el lago Ikeda de la prefectura Kagoshima. Se trata de un lago de 20.000 años de antigüedad y el mayor de tipo caldera en Kyushu. La criatura es similar en apariencia a Kusshii, aunque mas grande.
Isshii se dio a conocer en público en Septiembre de 1978, después de que mas de 20 personas viesen una gigantesca criatura moviéndose a gran velocidad dentro del agua. Los medios de comunicación dieron publicidad al incidente y eso supuso la llegada al lago de un aluvión de turistas ansiosos por ver al monstruo. En Diciembre del mismo año, se tomó una fotografía de lo que se cree podría ser la espalda de la criatura asomando en la superficie del agua. Desde 1990, han surgido bastantes vídeos caseros en los que se pueden ver cosas ciertamente extrañas justamente bajo la superficie del agua, pero ninguno de los vídeos se podría tomar como una prueba irrefutable de la existencia de Isshii.
Algunas teorías sugieren que Isshii podría ser un descendiente sin identificar de Plesiosaurio, mientras que otros mantienen que podría ser alguna clase de anguila gigante. Otros argumentos sugieren que los supuestos avistamientos del monstruo no serían mas que olas errantes generadas por los vientos del lago.
Sin embargo dichas olas no explican lo que ocurrió en 1961, durante la búsqueda a gran escala iniciada por el ejercito de los estados unidos con el fin de recuperar un jet militar caído en el lago. El Sonar utilizado en la búsqueda reveló la presencia de un gran objeto con forma de roca moviéndose bajo el agua y aseguran que hay registros que demuestran que algunos buceadores que participaron en el rescate del jet se sintieron amenazados en el fondo del lago por una criatura sin identificar de gran tamaño.
Ubicado en la comuna de Independencia, en el sector norte de Santiago de Chile, el Ex-Hospital de San José fue construido entre 1873 y 1875, para luchar contra epidemias y la tuberculosis que azotaban a la población de la época. Estuvo en funcionamiento hasta 1999 cuando cerró definitivamente y fue declarado Monumento Histórico y Patrimonio. Este antiguo nosocomio ahora alberga diversas instituciones del ámbito del arte, la cultura y la salud; de las personas que trabajan en las mismas, se han recibido innumerables testimonios de apariciones fantasmales en el lugar.
Las apariciones fantasmales tendrían su origen en la historia misma del hospital: a fines del siglo XIX, en plena epidemia de cólera, lo peor que le podía pasar a un enfermo era ser enviado al ex Hospital San José. Significaba que estaba desahuciado y listo para el Cementerio General, que estaba al lado del recinto y separado sólo por un muro. Aislado de la ciudad -para evitar la propagación del contagio-, a sus pacientes sólo les restaba esperar lo inevitable consumido por la deshidratación; no hace falta esforzarse mucho, para imaginarse la amplísima cantidad de tristes historias, encerradas en aquellos añejos muros.
Por los largos pasillos y el jardín de cinco hectáreas, hacen su aparición decenas de fantasmas y espectros: de entre los más conocidos, se encuentran las monjas fumadoras: cuentan que sólo aparecen cuando se cierran las puertas del recinto. "Acá todos saben que hay dos monjas que se ponen afuera de la capilla a fumar”, dice a Emol Manuel Velásquez, un guardia de este sector de Independencia. “Pero no hay que tenerles miedo, no hacen nada”, agrega.
Se cree que las religiosas eran voluntarias de las Hermanas de la Caridad, ese grupo de valientes mujeres que cuidaban a los enfermos tuberculosos: nadie lo hacía por temor a contagiarse.
Las otras apariciones también están relacionadas con personas que trabajaron en San José, como el doctor que atraviesa las paredes. Se trataría de un médico que murió de improviso a mediados de 1900."Es un hombre alto y enjuto. A veces decide alargar su paseo por uno de los pasillos y camina hacia la pared que separa el hospital del Cementerio General”, cuenta el cuidador de autos Raúl Maldonado. “Si quiere dar más pasos, simplemente atraviesa la pared”.
Otra aparición destacada, es el fraile que pasea por los parques que separan los pabellones médicos. Usa un traje café y de su cadera cuelga una pequeña cuerda. Su rostro es un misterio porque nunca se quita la capucha. Eso ha generado varias versiones. Testigos aseguran que no tiene cabeza. Pero otros dicen que sólo la esconde. ¿El motivo? No se sabe.
Magdalena Spencer, directora de proyectos del Centro de Estudios para la Calidad de Vida, dice que ella convive armónicamente con "esas energías", por eso pide permiso cada vez que va a ocupar por primera vez alguna oficina del edificio. Eso, dice, le permite trabajar muy tranquila. Pero también reconoce un incidente raro: “Caminaba por uno de los pasillos, llevaba atado a mi cinturón y dentro de su estuche cerrado, una pequeña cámara digital y de pronto se cayó al suelo, sin que yo abriera el estuche, dándose varias vueltas”.
Otro fantasma que aparece frecuentemente en el Ex-Hospital es conocido como "la chica de rojo": aunque hace más de diez años que la maternidad del hospital dejó de funcionar, por las tardes aparece una mujer esperando que un niño necesite de sus cuidados. Se cree que pudo ser una matrona, porque se mueve con seguridad, como dando órdenes, y no saluda. El guardia Carlos Lema dice que “aparece en los rincones más oscuros de la maternidad y su presencia es tenebrosa, porque en esa área la iluminación es escasa y la soledad, intensa”.
La historia fantasmal del Ex-Hospital de San José ha sido reavivada recientemente: hoy sirve como locación para “El juego del miedo”; un reality del canal local TVN, el cual está aprovechando el miedo que provoca el antiguo edificio, y sus macabras historias. Mientras se realiza la grabación del programa, participantes y equipo técnico han reportado también manifestaciones espirituales: se han visto sombras en las paredes que no se sabe de dónde surgen y se han escuchado ruidos extraños. También ha llamado la atención que se rompen cañerías de agua sin motivo aparente, y finalmente, una participante declaró que no podía caminar por un sector del edificio, ya que una fuerza invisible se lo impedía,...
En los andes centrales, el "Muqui" o "Muki", es un duende minero y, como tal, su existencia está circunscrita al espacio subterráneo: el Muqui habita en el interior de la mina. Este ser fantástico pertenece al extenso dominio de lo mágico; el Muqui se inmiscuye en el destino de los trabajadores del socavón, gratificándolos o escarmentándolos. es un misterioso enano conocido como el dueño de las minas. Su descripción varía de acuerdo a la época. Antiguamente, por la década de los años 30 del siglo pasado, se decía que recorría los socavones sosteniendo en la mano, una pequeña lámpara de carburo, abrigado con un poncho hecho de lana de vicuña. Tenía en la cabeza dos pequeños cuernos relucientes y hablaba con voz suave. En la actualidad no es muy diferente, aunque ahora vista ropa de minero, botas de agua y use una linterna eléctrica a batería.
veces el pequeño duende toma también la forma de animal o de un hombre muy blanco y rubio, para presentarse a los mineros y engañarlos. Muki en quechua significa "húmedo" o "humedad". De ahí se dice que el Muki aparece en los lugares donde hay agua. Aunque también podría significar "el que asfixia" (Mukiq en quechua), asociándosele al gas mortal que suele encontrarse en algunos lugares de la mina.
A pesar de la distancia y el aislamiento de los campamentos mineros, la creencia y la descripción del Muki es, prácticamente, la misma en la sierra, desde Puno, en el sur hasta Cajamarca en el norte del Perú, y en el centro hasta Pasco, aunque su nombre varía en algunos lugares. En Arequipa, por ejemplo, se le llama "Chinchilico"; en Puno,"Anchancho” en Pasco, "Muqui” y en Cajamarca, "Jusshi”. Todos estas, localizados en el Perú.
Por su naturaleza, el Muqui está emparentado con las "gentes pequeñas" que habitan las diversas minas del mundo.La palabra Muqui también se considera que resulta de la castellanización del vocablo quechua "murik", que significa "el que asfixia" o muriska "el que es asfixiado". En su vertiente huancavelicana, la palabra muqui sugiere "el acto de torcer", "ahorcar". Por ello, los antiguos mineros inconscientemente, identificaron al Muqui con el silicio, gas letal que produce la enfermedad de la silicosis.
De estatura pequeña, el Muqui no excede los cincuenta centímetros. Los Muquis están imposibilitados de regular su propia estatura, como sí lo hacen ciertos seres feéricos de otras latitudes.En la tradición de Cerro de Pasco, el Muqui es un ser pequeño, de cuerpo fornido y desproporcionado: se cabeza está unida al tronco, pues no tiene cuello. Su voz es grave y ronca, no concordante con su estatura. Sus cabellos son largos y de color rubio brillante. Su rostro es colorado y está cubierto de vellos. Posee una barba larga, de color blanquecino, como alcaparrosa. Su mirada es penetrante, agresiva e hipnótica, de reflejos metálicos. En otras tradiciones mineras, su cabeza presenta dos cuernos que le sirven para romper las rocas y señalar las vetas. Su piel es muy blanca y lleva colgado de la mano un farolito. Además, tiene las orejas en punta.
Consecuente con las exigencias del trabajo, el Muqui usa casco, ropa de minero y calza botas claveteadas. En otras tradiciones, se le representa como un geniecillo vestido de verde musgo, a veces con una finísima capa de vicuña o con el traje de agua que usan los mineros. Generalmente, porta en la cintura una lámpara (ya de carburo, ya eléctrica, según el avance tecnológico de la mina,...) Lleva también un "shicullo": una soga de pelos de la cola de un caballo, atado a la cintura. Camina "como pato", pues sus pies son de tamaño anormal. Sus extremidades inferiores pueden adoptar la forma de las patas de un ganso o cuervo. Asimismo, pueden tener la punta hacia atrás. Por ello su ropa les cubre hasta los pies. Los curiosos esparcenceniza o harina en su camino para auscultar la huella que dejan a su paso.
El Muqui se abstrae en el juego o el trabajo. Por esa razón bien puede observársele sin que lo advierta. En esa circunstancia, los audaces, logran cogerlo y sujetarlo con el shicullo. En tal caso, al Muqui "se le amarra sólo con soga de cerda de caballo, porque hasta el alambre lo rompe". Enseguida, se lo cubre con la misma ropa de su captor. Este secreto, lo inmoviliza. Ha habido mineros que habiéndolo amarrado lo han amenazado con llevarlo a la luz y el Muqui se ha vencido, sabedor de su debilidad: los reflejos del sol lo desvanecen y matan. Ya prisionero, se verá obligado a trabajar para su capturador,pudiendo volverlo rico en muy poco tiempo.
El Muqui puede andar solo o acompañado: refieren algunos testigos, acerca de episodios protagonizados por varios Muquis formando grupos; otros dan fe sobre su inclinación de vivir solos. Pueblan, estos seres, un mundo de eterna oscuridad, sin tiempo. No se le ha visto envejecer, pareciera que el tiempo no le afecta. Y, en su sorprendente existir, se torna visible o invisible a los ojos mortales. Los Muquis gustan de lanzar penetrantes silbidos. Éstos, anuncian peligro y salvaguardan a los mineros de su simpatía. En otras ocasiones, producen desconcierto y miedo. Los Muquis, son muy comunicativos: hablan a los oídos, conversan en los sueños, y poseen un extraño poder premonitorio. Esta energía dialogal es sentida, vitalmente, por las gentes de las minas. El Muqui no gusta de los agnósticos: le molesta que duden de su existencia.
La mayoría de relatos coinciden en que es posible atrapar al Muki y hacer "un pacto" con él para enriquecerse. En el caso más frecuente el enanito de las minas ofrece al trabajador hacer su “tarea” a cambio de coca, alcohol y hasta de la compañía de una mujer para mitigar su soledad. Pero casi siempre el resultado del pacto es trágico, pues a la larga de una u otra manera el minero incumple y el Muki se venga quintándole la vida.
La creencia en el Muki surgiría tanto de las antiguas tradiciones andinas sobre los demonios y pequeños seres que pueblan el “Uku Pacha” o mundo de abajo, como de los propios temores y de la necesidad de los trabajadores de encontrar una explicación a las cosas extraordinarias que suelen ocurrir diariamente en la labor minera.
De ahí que se atribuye a los Mukis los ruidos extraños, las inexplicables pérdidas de herramientas, los cambios en el estado de las labores de un turno a otro, el repentino agotamiento o cambio de dirección de una veta o manto de mineral y otras muchas cosas que ocurren en la mina y que en cambio tienen que ver con las características del trabajo en la minería, sometida ella misma a los caprichos de la geología y desarrollada a través de una compleja organización del trabajo colectivo.
El Muqui es un duende investido de poder. A su voluntad, hace aparecer o desaparecer las vetas (veta de oro). Está atento a las obsesiones, resentimientos, ambiciones y frustraciones de los mineros. Y, al tiempo que demuestra simpatía hacia unos, genera castigo y escarmiento a otros. Puede aliviar el trabajo, ablandar las vetas o endurecerlas, si prefiere. Suele conceder favores, establecer pactos, sellar alianzas, llegar a acuerdos a plazo fijo, que cobra puntual e inexorablemente. Pues, estos donantes de la buena o mala suerte, poseen un código de honor preciso y reservado. Su ética exige discreción y reciprocidad en sus pactos. De allí que los amigos del Muqui sean personas de opiniones reservadas y criterios parcos.
Verdad o leyenda, lo cierto es que si bien hay muchas historias y testimonios sobre encuentros con el Muki, la mayor parte de los relatos y los encuentros con él ocurren antes de la década del setenta. Sin embargo, y hago énfasis en esta parte, últimamente se han declarado nuevos acercamientos y afirmación de su presencia, siendo las minas miradas cada vez con mayor respeto.
No por eso deja de ser temido el enanito de las minas. En minas como las de Huancavelica, en alguna medida el tradicional "boleo" de coca está relacionado al pago a la tierra para protegerse de los peligros del Muki. En Caylloma (Arequipa) una vez al año los mineros le sacrifican una llama o un carnero, mientras que los trabajadores deVinchos o Cerro de Pasco, depositan en su honor coca y aguardiente en la mina. Celebraciones similares se siguen haciendo en otros campamentos y era costumbre también hacerlas hasta hace algunos años en otros centros mineros, incluso con el apoyo de las empresas que entregaban dinero o mercancías para la celebración.
Como se advierte, en el imaginario popular, no existe un solo tipo de Muqui. Así como hay diversidad de elfos mineros a nivel universal, existen también variedades de Muquis en el mundo subterráneo de los andes. Se les conoce por los lugares en que se hicieron visibles. Sus diferencias son formales antes que de esencia. Así tenemos Muquis de Huacracocha, de Goyllar, de Morococha, de El Diamante, de Santander, de la Mina Tentadora, de la mina Julcani, de Excélsior, por citar algunos de los más conocidos de una inacabable relación que corresponde a la tradición oral de las minas. En el mundo de la minería peruana, practicamente nadie duda, de la existencia del Muqui.
Muchas leyendas urbanas tienden a parecerse las unas a las otras: no por eso dejan de ser apasionantes y tenidas por ciertas en los lugares donde pertenecen de manera perenne al folklore del lugar. Comenzando las historias de los autoestopistas fantasmas, inicio con una de las muchas que proceden, de Estados Unidos.
La carretera principal que va de Baltimore a Nueva York al llegar al kilómetro 12 se cruza con una importante autopista. Se trata de un cruce muy peligroso, y en muchas ocasiones se ha hablado de construir un paso subterráneo para evitar accidentes, aunque todavía no se ha hecho nada.
Un sábado por la noche, un prestigioso doctor neoyorkino -del que evitaremos reproducir su nombre-, regresaba a su casa después de asistir a una sala de fiestas country. Al llegar al cruce redujo la velocidad y se sorprendió al ver a una deliciosa jovencita, vestida con un traje largo, de fiesta, haciendo auto-stop. Frenó de golpe y le hizo una señal para que subiera a la parte trasera de su descapotable.
- El asiento de delante está lleno de palos de golf y de paquetes -se disculpó. Y a continuación le preguntó-, pero, ¿qué está haciendo una chica tan joven como tú sola a estas horas de la noche?,…
- La historia es demasiado larga para contarla ahora -dijo la chica. Su voz era dulce y a la vez aguda, como el tintinear de los cascabeles de un trineo. - Por favor, lléveme a casa. Se lo explicaré todo allí. La dirección es North Charles Street, número ***. Espero que no esté muy lejos de su camino.
El doctor refunfuñó y puso el coche en marcha. Cuando se estaba acercando a la dirección que le indicó ella, una casa con las contraventanas cerradas, le dijo: - Ya hemos llegado. Entonces se giró y vio que el asiento de atrás estaba vacío. - ¿¡Qué demonios...!? -murmuró para sí el doctor. La chica no se podía haber caído del coche, ni mucho menos haberse desvanecido.
Llamó repetidas veces al timbre de la casa, confuso como no lo había estado en toda su vida. Después de un largo tiempo de espera, la puerta se abrió y apareció un hombre de pelo gris y aspecto cansado que lo miró fijamente.
- No sé como decirle,… ¡qué cosa más sorprendente acaba de suceder!,… -empezó a decir el doctor-, una chica joven me dió esta dirección hace un momento. La traje en coche hasta aqui y,...
- Si, si, lo sé,... -le dijo el hombre, con aire de cansancio-, esto mismo ha pasado otras veces, todos los sábados por la noche. Esa chica, señor, era mi hija. Murió hace dos años en un accidente automovilístico en ese mismo cruce donde usted la encontró,...
Esta fotografía del volcán Ubinas (Moquegua), fué tomada el 8 de junio de 2006 por Marco Antonio Zevallos, miembro del Comité Regional de Defensa Civil, con motivo del monitoreo del volcán en su proceso eruptivo; tras ser revelada, mostró la presencia de lo que sería un OVNI.
Dicha instantánea fué publicada en su momento, y en calidad de primicia, por el diario 'Correo'; los expertos manifestaron -preliminarmente-, que la cámara captó un objeto anómalo que cruzó su campo de visualización a gran velocidad, pero que podía tratarse también de un ave o insecto. Sin embargo, Anthony Choy, investigador de fenómenos aeroanómalos, recalcó en aquel entonces acerca de los antecedentes ufológicos que se relacionan con catástrofes naturales. Lamentablemente, esta fotografía, a la fecha, no ha llegado ser analizada minuciosamente, para determinar definitivamente, si es un OVNI o no.
Ubicado a 80 kilómetros de Lima, y a casi 4,000 metros de altitud, Marcahuasi es el enigma sin resolver por excelencia, y uno de los lugares de poder místico más importantes y enigmáticos del Perú. Considerado al principio -por el mundo occidental, se entiende-, como un bosque de piedras en medio de la meseta andina, conformado por caprichosas formas creadas por la naturaleza, hoy es considerado como lo que realmente es: una serie de tallas y esculturas hecas en la roca natural, que al verse desde un punto de vista determinado o dirección geográfica (y en condiciones de iluminación especial), nos muestran toda una "biblioteca en piedra", creada por un pueblo desconocido, poseedores de una religión panteísta que los conecta directamente (y muy estrechamente), con todas las antiguas civilizaciones del mundo. La técnica de estos enigmáticos escultores, no se ha vuelto a repetir en ningún pueblo conocido, en ningún momento de la historia de la humanidad.
La meseta de Marcahuasi se encuentra ubicada a unos 4 kilómetros del pueblo de San Pedro de Casta; fue descubierta, por el investigador Daniel Ruzo en 1952, el cual a partir de ese momento, pasó casi nueve años en el lugar, investigando y fotografiando las enigmáticas figuras de piedra, desarrollando a partir de sus investigaciones, la teoría de la existencia en un remoto pasado, de un pueblo avanzado y desconocido, denominado por él "Civilización Masma". todos sus descubrimientos, en aquella época, fueron publicados en su libro: "Marcahuasi: la historia de un fantástico descubrimiento", editado en 1974.
Si bien Ruzo trató de descifrar el significado y mensaje de estas tallas, él mismo aseguró que sólo había podido fotografiar e investigar el 10% de los monumentos de Marcahuasi. Posteriormente Ruzo recorrió el mundo, asegurando que descubrió monumentos similares en: Tepotztlan y Guanajuato (México), Río de Janeiro y Vila Velha (Brasil), El lago Titicaca, San Cristóbal y Los Ángeles (también en el Perú), El Valle de Los Reyes (Egipto), los Montes Cárpatos (Rumania), y en el Parque Nacional Kakadu (Australia), por citar solo algunos.
Las esculturas monolíticas de Marcahuasi se destacan por el hecho inexplicable de que, según el ángulo que se miren, la fehca del año o el tipo de iluminación, cada talla muestra más de una imagen distinta: en el denomimado "Monumento a la humanidad", se pueden apreciar hasta catorce rostros diferentes a la luz del Sol y dos sólo visibles a la luz de la Luna. Asimismo, el denominado "El Cóndor", varía de forma cada sesenta grados; otros como "El Felino" solo pueden ser vistos en la semana del solsticio de invierno,...
Pero acá no acaban los enigmas de este rompecabezas de misterios, llamado Marcahuasi: investigadores posteriores a Ruzo detectaron también la existencia de 22 centros de energía en el complejo (conocidos como vórtices o "vortex" por los conocedores y como "cruces", por los brujos locales); dichos centros tendrían diferentes cualidades o funciones: tres ubicados en la parte más alta e iaccesible de la meseta, servirían para el uso exclusivo de individuos preparados para lidiar con potentes haces de energía. Otros siete centros de energía, solo se activan en determinadas fechas de la semana, mientras que los otros doce restantes, se activan con las fases de la Luna. Todos son considerados como poseedores de poderes curativos. Casi todos pueden ser "percibidos" por cualquier persona (creyente o no)
Al parecer, los antiguos chamanes andinos de los contornos, conocían desde hace mucho tiempo , el magnetismo, el poder y las cualidades de Marcahuasi, dado que aún realizan ciertos rituales en este lugar:una de ellas se realiza cada 5 de enero, por parte del brujo de San Pedro de Casta, frente al monumento que (como no podía ser de otra forma), se llama "La Bruja".
Marcahuasi también cuenta con sus leyendas: el lugar de la meseta con las historias más interesantes es el "Infernillo", o el lugar infernal. Se trata de una gran grieta de roca; se dice que cualquiera que se atreva a saltar a través del Infernillo será "tragado", quedando atrapado dentro de la tierra,... para nunca más volver. Otro mito que rodea el Infernillo es que si una persona entra en la grieta, encontrará en el interior de la tierra, una montaña, y saldrá en la desembocadura de un río lejano,pero la persona nunca será la misma y no pueden volver jamás a vivir en sociedad: rehuirá a los seres humanos, viviendo entre animales salvajes. Debido a eso los lugareños optan por evitar el Infiernillo.
También existe la leyenda de Soxtacuri: éste era el Dios vivo que se dice que gobernó duesde siempre el altiplano de Marcahuasi. Cada mes de enero se reunirá con todos los jefes de los valles circundantes para intercambiar ideas. Se cuenta que cada año, se ofrecía el sacrificio de una mujer, a su amado Soxtacuri. Pero que un año no lo hicieron, y lleno de ira, Soxtacuri se trasladó a Bolivia: se dice que al darles la espalda, las bendiciones también se alejaron de la meseta; en ese preciso momento, arribaron los conquistadores españoles a la meseta de Marcahuasi. El trono de Soxtacuri sigue aún en la meseta.
Marcahuasi es también un famoso lugar de avistamientos ovni. Los pobladores de San Pedro de Casta, aceptan las apariciones de OVNIS, como lo más normal del mundo.
Moisés Bautista, ex presidente de la comunidad, nos cuenta de un encuentro que tuvo él en agosto de 1963. La noche era clara con una luna llena; aproximadamente a las 2:00 am, caminaba cerca de algunas ruinas, para revisar a su ganado en la meseta. Cuenta que entonces vio un objeto, "como un carro", apareciendo en el cielo frente a él, a 20 metros de distancia; se escondió debajo de una tumba,mientras seguía viendo el fenómeno. Lo describe como de aproximadamente de 3 metros de diámetro y con seis filas de luces. Fuera del vehículo, también pudo observar a cinco seres, de 1.20 de estatura, y que vestían de naranja y marrón, y que calzaban botas. Los seres recorrian el terreno tocado las piedras,... como si se tratase de inspección. Luego regresaron al vehículo y partieron, volaron hacia el norte, la misma dirección de donde habían venido. Todo el encuentro duró apenas tres minutos.
Otros en San Pedro han tenido avistamientos: se recuerda aún un avistamiento ocurrido en 1988, cuando de noche, un disco plateado, metálico, con múltiples luces de colores, surgió de Marcahuasi y atravesó el pueblo, a la vista de todos. Pero no solo los lugareños tienen el privilegio de ser testigos de tales avistamientos en la meseta: desde que Marcahuasi se ha convertido en un destino preferido por campistas, se vienen reportando constantemente, por parte de los visitantes a este enigmático lugar, apariciones de luces nocturnas sobre el cielo estrellado de la meseta de Marcahuasi: la meseta de los misterios,...
¿Duende benefactor o demonio? En general es difícil hacer la distinción cuando hablamos de la mitología amazónica. Sus personajes se parecen más a la realidad que los espantos de otros lados: combinan la protección con la travesura, la maldad del demonio con la bondad de los duendes benefactores. Casi nadie en la amazonía duda de su existencia, y si es considerado a veces como un ser demoníaco es debido a la calificación que así les han definido los misioneros (antes católicos, y más recientemente, protestantes)
El Chullachaqui toma su nombre del quechua: “chulla”, que significa pie y “chaqui”, que significa desigual, de un solo lado. Efectivamente, uno de sus pies es humano, el otro es de animal: venado, cabra u algún otro. Este ente es el espíritu protector de los animales y plantas. Castiga a quien caza demasiadas presas, pero se hace amigo de quienes hacen una dieta especial; también protege a los curanderos.
Le gusta reírse y burlarse de la gente y hace que se pierdan en la selva pero ni les hace daño como muchos otros seres del mundo espiritual amazónico. Es pues, inofensivo, pero personifica los peligros que hay en la selva. Es el espíritu del monte y representa todo lo que es la antítesis de la sociedad. Habita en sitios despoblados y no tiene padres: de eso se debe –según la tradición-, de que otra de sus características físicas, es carecer de ombligo.
Se nota la presencia del Chullachaqui (sobre todo por personas que no han tenido contacto anterior con ellos), con una indescriptible sensación de miedo. Espantarlos resulta muy fácil: basta hacer la señal de la cruz o soplar humo de tabaco: el tabaco (Tsáag en aguaruna), funciona en el mundo amazónico como un alucinógeno leve, y usado para la comunicación con el mundo de los seres espirituales (denominado en el bosque amazónico, como “trasmundo”)
Lima.- La construcción de la Estación Central del Paseo de los Héroes Navales no sólo tendría una afluencia de 200 mil personas diariamente, sino también la presencia de extrañas "sombras" que rondan todos sus pabellones. Según el programa 'Reporte Semanal', entre los "fantasmas" que más se han presentado está el de una misteriosa niña que casi siempre aparece en la salida de autos a la Vía Expresa de la avenida Paseo de la República.
Los propios trabajadores narraron que en el lugar donde apareció la niña fantasma por última vez, se encontraron extrañas manchas, pero al limpiarlas se configuró la forma del esqueleto de un menor, hecho que sorprendió a todos. Incluso, los obreros tomaron fotografías en plena luz del día de extrañas esferas blancas que merodeaban por las construcciones. Entre otros testimonios, también han sido recogidos los de ingenieros de la gran obra vial, los cuales dijeron haber visto también la imagen fantasmal de una mujer de cabello corto, que casi siempre se aparece a la salida de autos a la Vía Expresa, de la avenida Paseo de la República.
Cabe destacar que la nueva estación central, se encuentra ubicada próxima a el Palacio de Justicia, el Hotel Sheraton, el Centro Cívico y varios museos. En dicha zona, hasta la primera mitad del siglo pasado, fue donde estuvo ubicada la antigua penitenciaría de Lima; el tristemente célebre "Panóptico", y que el cercano Palacio de Justicia, es desde hace mucho tiempo, sede de una amplia y bien documentada fenomenología fantasmal, dentro de sus muros. (FUENTE. Perú.com VIDEOS: Reporte Semanal FOTOGRAFÍA: Diario "El Trome")
Denominada como la "piedra rosseta de las américas", esta fuente encontrada muy cerca de las orillas del lago Titicaca en 1950, en las proximidades de las ruinas de Tiahuanaco, y considerada inicialmente como una burda falsificación, ha atraido cada vez más la atención de distintos investigadores que en gran número, han defendido su autenticidad y generando una tremenda controversia. La clave para la polémica estriba principalmente en la presencia de escritos en dos lenguas que absolutamente nada tienen que ver con el punto geográfico de su localización, como son la escritura cuneiforme sumeria y la semítica; dichas escrituras lo ubicarían cronológicamente entre el 3.000 al 3.500 A.C. Del mismo modo tanto los grabados como el estilo que acompañan a los textos estan en perfecta consonancia con las tradiciones mesopotámicas. Solo falta determinar que hacían los sumerios en América hace más de 5.000 años. Este engimático oopart se encuentra actualmente en la Paz, Bolivia, en el Museo de Metales Preciosos de la Calle Jaén.
Conocida también como la Mansión Mujica, esta impresionante casona se hallaba ubicada en las esquinas de Avenida Grecia, San Eugenio y Matta Oriente, en Santiago, es de lejos, la más famosa y mítica casa embrujada de Chile, siendo siempre relacionada a una amplia gama de historias de parecidos y leyendas urbanas: testimonios de personas que aseguraban haber visto siluetas misteriosas, escuchado crujidos y ruidos alimentaron estas versiones durante años. Además, su imponente estilo arquitectónico, aunado a su -con el paso de los años-, aspecto lúgubre y mal cuidado, de vidrios rotos en las ventanas y el tono gris de las paredes ayudaban a acentuar el recelo popular por la edificación. La Mansión de Ñuñoa contaba con dos historias: una, la leyenda popular, y otra, su historia real:
La leyenda popular: "la maldición de la mansión embrujada"
Cuenta la historia que al capitán Mujica, de la Marina Real Española, le fue encomendada la tarea de proteger la Virgen del Carmen, regalo del reinado español a la nueva Iglesia Mexicana. El oficial juró a los Reyes, con su espada, que llevaría con orgullo tal labor. Al encallar en México, las altas eminencias eclesiásticas, felices por la llegada de su venerada, rindieron un gran banquete de celebración en honor al guarda de la Virgen. A la fiesta asistieron las mujeres más hermosas de la región y se dice que entre ellas había una tal vizcondesa Saibfotkin.
Saibfotkin estaba comprometida con un coronel mexicano de apellido Iturbide, que, por esos años, se hallaba de campaña por las selvas mexicanas, pero corría el rumor de que había extraviado rumbo y los meses sin noticias predispusieron la actitud y el itinerario de la inmutable vizcondesa.
El capitán Mujica, hombre de amores pasajeros y muchas mujeres, cayó embelesado por la enigmática silueta de la realeza: se cuenta que Saibfotkin jugó con las expectativas de Mujica, como lo habría hecho con las del desaparecido coronel. Según los comentarios de la época, cuando Saibfotkin aceptó el cortejo del capitán Mujica, desapareció sin dejar rastro, sumiendo al mismo en la más plena de las angustias. Se dice que su labor por esos tiempos fue paupérrima, por lo que se le quitó el honor del cuidado de la Virgen. Sumido en el fracaso emigró hacia el sur instalándose en Colombia.
Mujica vio en la desaparición de Saibfotkin una gran afrenta hacia su persona y decidió jamás enamorarse o dedicarle fidelidad a una mujer. En Colombia, y ya en un perfil bajo, sin las grandes reverencias del pasado, se casó dos veces, dejó hijos y alejó su rumbo evitando los lazos afectivos de cualquier tipo. Recorrió Venezuela donde esparció su descendencia con innumerables mujeres utilizando variaciones de su apellido como "Mogica" o "Mugica", para evitarse persecuciones de hacendados u hombres importantes que veían mancillado el honor de sus hijas.
En Ecuador se vio involucrado en un robo de joyas y fue preso. Al año de presidio logró escapar y, en su huida, fue socorrido por una joven mujer, una bruja de las selvas, de la cual no existe registro de su nombre. La leyenda narra también que, ante los ojos de Mujica, la mujer le recordó a la ingrata vizcondesa Saibfotkin y motivado por una sed de venganza le enamoró. La bruja entregó su corazón y después que el capitán retirado sació su líbido le abandonó. En Perú, Mujica intentó rehacer su vida comprometiéndose con una acaudalada doncella de gran dote, a quien sedujo con sus experimentados conocimientos de galanteo, pero en plena boda apareció la bruja a quien dejó y, se relata, maldijo, en plena iglesia delante de la novia, familiares e invitados, al sorprendido militar.
La maldición de la bruja, al parecer, había sido conjurada para que Mujica jamás pudiere volver hacer feliz con una mujer, no alcanzaría tranquilidad y pasividad, y cualquier intento de prosperidad se vería enturbiado por la fatalidad, la desdicha y el olvido. Mujica no tomó en cuenta las palabras de la bruja, su matrimonio se realizó y continuó con todos sus planes. Con el pasar de los meses la familia de la esposa de Mujica comenzó a tener diversos problemas financieros que en el transcurso de un año le llevaron a perder toda la fortuna. Solo lograron conservar la mansión donde vivían. El capitán intentó rehacer la fortuna familiar, pero toda empresa que realizó se sumergió en el fracaso.
Suponiendo que sus desgracias eran causadas por la maldición de la bruja, visitó a unos chamanes de la región quienes le recomendaron que la única manera de aminorar el gualicho era alejándose lo que más pudiera del norte, pues su conjuro era un hechizo norteño. Mujica trató de vender la mansión, pero el padre de su esposa se lo impidió y debió esperar la muerte de éste para poder llegar a usufructuar del inmueble. La mansión habría sido vendida tiempo después perdiéndose, de aquí, el rastro del militar y su esposa. Existen diferentes versiones y la suposición más posible es que haya emigrado a Chile. A partir de la venta de la mansión, los datos son vagos, Su viaje al país se habría dado muchos años después, ya muy viejo, solo y casi en banca rota. El destino de la que era su esposa se desconoce.
El capitán Mujica intentó entonces asentarse lo más al sur de Chile que pudo, para aminorar al máximo posible la maldición de la bruja. Terminó trabajando para un terrateniente de la zona que, como una ironía del destino, se llamaba Críspulo Mujica. El militar retirado sabía que no podían existir Mujicas que no procedieran de su descendencia directa, pero avergonzado por el que quizás podía ser algún hijo ilegítimo, ocultó su auténtica identidad (este mismo cambio de nombre ha hecho que los datos no sean del todo certeros)
Por esos años, Críspulo había encomendado la construcción en Santiago de una gran casa para vivir con su familia. Mujica le orientó en aspectos arquitectónicos para la misma, contándole detalles del origen del apellido que poseía y que en definitiva esa mansión debía proyectar lo que “Mujica” representaba. Críspulo quedó maravillado por los conocimientos de su fiel criado, que incluso él desconocía y le envió a Santiago para supervisar aspectos de la construcción. Corría el año 1912 y, mientras se elevaba la mansión Mujica, Críspulo descubriría, entre las pocas pertenencias de su criado, la espada de capitán del glorioso militar. El antiguo guarda de la Virgen avergonzado, como nunca hubiese imaginado, confesó su verdadera identidad. El terrateniente atormentado por una apremiante confusión al sentirse engañado por el destino, cayó enfermo muriendo meses más tarde. La mansión sería terminada años después y en ella habitaría el capitán Mujica en el total anonimato y en el más vil de los olvidos.
El longevo hombre que había logrado esquivar a la muerte sucumbió a su asedio. Se dice que en su lecho de muerte, en una pequeña pieza de los criados, en el lugar más masmórrico de la mansión, recibió una única visita de una misteriosa mujer que jamás se supo su nombre, pero que Mujica conocía muy bien y que le recordó que con su muerte la maldición no terminaría, dejando todo lo que llevara su nombre en la más profunda de las tinieblas. Se dice también que la famosa espada del capitán Mujica, de oro y brillantes, estuvo en despliegue en una caja negra con fondo rojo por muchos años en el Museo del Carmen. fue robada alrededor de 1974, y que existen otras mansiones Mujica alrededor de América. Algunas aún existen.
¡Toda una historia!, ¿no les parece?, ahora revisemos la historia real.
Fue construida en 1915 por la familia Suárez Mujica sobre un terreno de mil 600 metros cuadrados con el objetivo de que fuera el hogar de los patrones del gran fundo que era entonces Ñuñoa. Para la época fue considerada un verdadero lujo, ya que contaba con más de 30 habitaciones, 5 cocinas y 7 baños.
Hasta hace poco más de una decada vivió allí doña Elvira Suárez de Mujica, nieta del primer propietario de la mansión. La mujer falleció y la propiedad pasó a manos de sus siete hijos, quienes prefirieron no residir en ella y dejarla a cargo de la corredora Charles & Aubry. En varias ocasiones la casona estuvo a punto de ser vendida, pero cuando se quería concretar el traspaso, los nuevos dueños se arrepentían debido a los comentarios que existían sobre la mansión.
La leyenda paranormal de la mansión surge de una larga serie de historias y testimonios: vecinos afirmaron escuchar siniestros sonidos procedentes de la casona. Adriana Sepúlveda, quien ha vivido en una de las casas frente al lugar desde hace diez años, nos afirma que nunca presenció actividades extrañas en el sitio, pero sí, reconoce haberse visto extremadamente afectada por un incesante y funesto quejido que surgió en el interior de la mansión: "Fue el otro día, un sábado que pasé por allí, como a las tres de la mañana camino a mi casa, y oí ese ruido; era como un quejido de alguien o algo que provenía desde muy adentro de las ruinas, me pareció decía algo. Yo corrí asustada a mi casa". Otros vecinos han confirmado el relato de Adriana y dicen haber sentido a alguien quejarse en las noches.
Laura Contini, parapsicóloga argentina, visitó el sitio y aseguró haberse comunicado extra sensorialmente con una persona que decía ser Tomás Saibfotkin. Igualmente, el parapsicólogo Carlos Meschi recordó la ocasión en que, hace casi dos años, acudió a la vivienda para "limpiarla" de los malos espíritus que supuestamente allí habitaban; asegura haber expulsado a cuatro espíritus.
Durante la visita a la mansión, Meschi realizó varias averiguaciones para conocer su historia. “Me enteré de que hace mucho tiempo, estamos hablando de hace más de cien años, cuando quizás no se había construido la casa actual, vivía allí un matrimonio. El esposo tuvo amoríos con la empleada de la casa y ambos tuvieron un hijo. Cuando la esposa se enteró, se deseperó por los celos y envenenó al niño y a la mujer. Más tarde, el hombre se enteró de lo ocurrido y mató a su esposa para luego suicidarse él. Esa es la historia que pude recabar”, relató.
Meschi agregó que “la gente que murió ahí tenía mucha rabia y odio. Esa podría ser la explicación de los ruidos y las almas en pena”. De las averiguaciones de este investigador, también proceden las historias acerca de que en la mansión de Ñuñoa vivía una familia y el padre mató a la madre y a la hija cuando su esposa a su vez envenenó a la nana, amante de su esposo. Finalmente éste se suicidó y sus espíritus quedaron presos por mucho tiempo en esa casa.
El final de la Mansión Mujica
Lamentablemente, ya no existirá la posibilidad de constatar si dichas historias eranciertas o no: en la madrugada del 2 de agosto de 2005, esta casa embrujada fue pasto de las llamas, por causas desconocidas. Según la mentalista Yolanda Sultana, el incendio fue ocasionado por el enojo del alma en pena de una niña que se negaba a que la casona donde habría vivido, sufriera transformaciones o simplemente fuera demolida. La mentalista explicó que "ella decidió irse, pero no estaba dispuesta a entregar la casa. Todo lo que vuelve a la tierra vuelve a nacer y por eso, lo que se construya allí ya no tendrá la presencia de espíritus". Yo por mi parte ,pienso de una manera “más mundana”: es más fácil realizar la venta de un terreno de alto valor comercial, que echar abajo una construcción que podría ser declarada monumento histórico,…
Por su parte, tras el incendio, miembros de la familia Mujica, declararon a la prensa que jamás existieron presencias o manifestaciones fantasmales en la mansión, ¿una casa embrujada auténtica o una simple leyendaurbana?, ustedes tienen la última palabra,…