"La Zona X" es un lugar muy poco promocionado, pero con un increíble y poco conocido poder oculto, que lo hace ser prácticamente "El lugar de poder" incásico por excelencia. Ubicado cerca del Templo de la Luna y de Qenko, en el Cuzco, es -para la arqueología oficial-, una colina de roca caliza, de la cual supuestamente los Incas extrajeron bloques para la construcción de Sacsayhuamán, pero dicha aseveración es cierta, sólo en parte,...
Si bien es cierto que algunos bloques de Sacsayhuamán proceden de este lugar, para nada fue la "Zona X" una simple y vulgar cantera: si algunas rocas fueron extraídas de ahí precisamente, es debido a la tremenda carga energética de ese lugar en particular.
La auténtica función de la "Zona X", nos es, casi completamente desconocida: lo que se sabe, es que, junto con el Templo de la Luna (y otros templos aún sin descubrir, en sus proximidades), constituían una serie de "huacas", destinadas a oscuros y secretos rituales incásicos, de los cuales hoy se conoce poco (salvo por muy contadas personas) La colina fue modificada por la mano del hombre con propósitos específicos, con la finalidad de potenciar la tremenda energía que emana de este lugar: si dichas modificaciones son realmente escasas, es por que los incas sabían que era lo justo y necesario. La forma de casi una pirámide en tres niveles, hizo que fuese considerada como un "sekke" o templo ancestral, por los seguidores de la denominada "Cosmogonía de los tres mundos" (teoría surgida en la década de los 70's, la cual hablaba de tres grandes "mundos" o "civilizaciones" pasadas, surgidas del contacto con extraterrestres); dichas suposiciones son verdad en parte.
La serie de cuevas que recorren este ancestral templo constan en su interior de hornacinas que, al igual que en el Templo de la Luna, cumplieron importantísimas funciones ritualísticas en el pasado; asimismo, una de estas cuevas, la cual desciende, para luego obligarnos a subir, conduciéndonos a la cima de la colina, nos permite revivir el ancestral rito del "renacimiento espiritual", tras entrar en contacto con la divinidad (nuestra propia divinidad, dentro de nosotros) Pero el mayor enigma y el verdadero poder de la "Zona X", es la potente energía que despide todo el complejo: ya sea internándose en sus cuevas, como recostándose en sus entrañas o sentándose respetuosamente en su cima, cualquier visitante podrá pericibirla: los testimonios se han dado por cientos: una conexión espiritual intensa, "voces", "melodías" surgidas de la nada,... la clarísima senación "de no estar solos"; asimismo, no son infrecentes los que atestiguan el vivir distorsiones espacio-temporales, las cuales se manifiestan notoriamente, al revisar el paso del tiempo en nuestros relojes.
Muchos peruanos y extranjeros se sienten privilegiados si logran tocar el Intihuatana de Macchu Pichu,... pero los escasos visitantes de la "Zona X" son los que sienten esa "extraña voz interior" que te parece decir: "ésta es la respuesta que buscabas",...
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