Esta zona, es un complejo arqueológico del Cusco, antes poco visitado por los turistas, pero que poco a poco está siendo cada vez más visitado, por los que desean conocer "lugares de poder". Su nombre incaico es "Salonpunku", pero es también conocido como el "Templo de
Se trataba de un conjunto ceremonial incaico que fué labrado aprovechando la roca natural del lugar -y sus propiedades energéticas-, para crear un templo mágico: aprovechando una falla natural que cortaba en dos la piedra, los incas labraron el templo dentro de la cueva; por encima de la gruta así formada, existe una pequeña abertura, la cual fue modificada por sus constructores para que, a la medianoche de la luna llena más cercana al solsticio de invierno, el interior del templo se ilumine por completo. Asimismo, en las otras noches de la luna llena del año, el templo iluminado por el astro, era propicio para cálculos astronómicos,.. y aún hoy en día es usado para realizar antiguos ritos incásicos en su interior. Antiguamente habían figuras de animales sagrados tallados en la roca -monos, serpientes, etc-, de los cuales quedan pocos rastros, ya que fueron metódicamente destruidos durante la conquista, por los "extirpadores de idolatrías".
“Este lugar ha sido utilizado desde hace siglos para comunicar con el mundo de Urin Pacha (el inframundo inca); "El mundo de abajo". Este es el lugar donde puedes oír hablar a los Apus. Pocos son los que poseen el secreto, pero si lo deseas, esta noche podrás sentirlo tu mismo”. -, nos dicen los guías.
Son pocos los descendientes de incas que conocen el secreto de "hablar con las huacas", y muchos menos, los que pueden acceder a una, para realizar estos ancestrales ritos; permitamos que un anónimo turista, que pudo participar ne un rito similar, en El Templo de la Luna, nos cuente su experiencia:.
"...La promesa sonaba tentadora. El atardecer llegaba y no tendría que esperar mucho,;dejé que mi caballo pastase tranquilamente y me dediqué a sestear en la fresca hierba hasta que llegara el momento. Era noche de luna casi llena, y la vi salir majestuosa, tiñendo todo el cielo de un rojo intenso. Ernesto -mi guía-, sacó una bolsa de su zurrón y comenzó a esparcir sobre el suelo, donde previamente había puesto un manto, unas hierbas y polvos".
"En aquella "mesada" de chamán, comenzaban a aparecer los elementos del universo mágico necesarios para establecer el contacto con el inframundo. El mundo de los muertos que esperaban la comunicación. Ernesto continuó con su trabajo. Encendió una pequeña vela que dio algo de luz a aquella escena. De pronto, me pidió que me arrodillase, me restregó unas hierbas perfumadas, ungió mi cabeza con unos aceites y me invitó a caminar tras él. Así lo hice".
"Poco a poco, fuimos a cercándonos al interior de aquella huaca. El silencio lo llenaba todo, los últimos campesinos hacía ya rato que habían abandonado el lugar, sólo quedábamos Ernesto, nuestros caballos, la noche y yo".
"De pronto, cuando comenzamos a internarnos en medio de la roca pude sentir un susurro. ¿Lo sientes?- me dijo Ernesto-. Era casi imperceptible. Asentí con la cabeza y continuamos internándonos en la roca. Una vez dentro de la cueva, en el hueco más amplio y alumbrados por el resplandor de la pequeña vela, me hizo sentarme y esperar. No tardó mucho en mostrarse el fenómeno que esperaba".
"Mientras Ernesto frotaba de nuevo las hierbas y rezaba una letanía en voz baja, un nuevo susurro, esta vez mas intenso, se sintió entre las paredes de piedra. Era tan intenso, tan vivo, que me puso los pelos de punta. Ernesto y yo nos miramos, él asintió, y por primera vez sentí en su rostro inquietud y temor. En voz baja me dijo: “Hay que tener cuidado, no siempre son buenos los espíritus que se muestran en este altar, hay ocasiones en que entidades atormentadas salen a la tierra a perturbar a los humanos, ¿tienes miedo?” Le respondí que no, aunque estuve a punto de echar a correr".
"Continuó con su letanía y la voz se hizo aún más intensa. Al principio era sólo una, luego se unió otra más, y al rato era todo un coro de voces diversas y fantasmagóricas las que llenaban aquel recinto. Asombrado, trataba de buscar una explicación a aquel fenómeno. ¿El viento que se cuela entre las rendijas de la piedra, una alucinación, o será verdad que estoy oyendo esas voces? Ernesto enseguida me dio la respuesta".
“Son las voces de mis hermanos... ellos esperan el momento de renacer. El mundo de abajo esta listo para salir a la superficie y divulgar los misterios, es el momento de revivir nuestra tradición y dejar que el Inca se manifieste”.
"Aquellas aseveraciones parecieron gustar a las voces que rugieron más intensamente. Como pude, acerqué mi espalda a la roca, parecía que de un momento a otro las voces iban a tomar forma y acabarían manifestándose allí mismo. La vela se iba consumiendo y todo se llenaba de sombras cuando, de repente, un rayo de luz de la luna iluminó la estancia de la caverna. En ese momento, Ernesto apagó la vela".
"Un nuevo coro de voces volvió a manifestarse. Todo parecía rugir en medio de aquélla catedral de piedra. La luna iluminaba toda la estancia, y Ernesto saludó a los moradores de aquel lugar e hizo que me levantara. La ceremonia, la demostración, había concluido".
“Podría ser peligroso estar mas tiempo, algunas veces, las voces no sólo suenan, sino que toman forma y se hacen visibles a los humanos. En ese momento hay que estar muy cuerdo, muy equilibrado para ver lo que no es visible. Por hoy ya está bien, es mejor que nos vayamos ahora”.
"Aturdido y con ganas de más, le hice caso y en silencio salí de la gruta. Afuera la noche ya había llenado el cielo de estrellas mientras el resplandor de la luna lo llenaba todo. Monté en mi caballo y me dejé llevar hasta la ciudad mientras paseaba por el medio de las ruinas de la gran fortaleza inca, en ese momento poblada por sombras y quien sabe si por otras voces del pasado que esperaban ser oídas"
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