La sugestión es un proceso psicológico que nos rodea a diario, influyendo en nuestras decisiones, creencias y comportamientos sin que muchas veces lo notemos. En términos sencillos, la sugestión ocurre cuando una idea, creencia o pensamiento es implantado en nuestra mente y esto afecta nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
Este fenómeno psicológico, según Miguel Figueroa, especialista en comportamiento humano primitivo, nos afecta a todos, sin excepción.
"Todos somos sugestionables, en mayor o menor medida", afirma Figueroa, subrayando que es improbable que alguien no se vea influenciado por lo que otros le dicen.
Por ejemplo, imagina que estás viendo un anuncio de una gaseosa. El comercial muestra a personas disfrutando de una fiesta en la playa. Aunque no tengas sed, la imagen de la felicidad asociada a la gaseosa puede hacer que sientas un deseo de comprarla. Este es un claro ejemplo de cómo la sugestión puede influir en nuestras decisiones, asociando productos con emociones positivas.
Sugestión positiva y negativa
Uno de los beneficios más evidentes de la sugestión es su capacidad para ayudarnos a adoptar hábitos positivos. Por ejemplo, los mensajes motivacionales que repetimos diariamente pueden influir en nuestra autoimagen y mejorar nuestra autoestima.
Figueroa explica que la sugestión puede ser una herramienta poderosa para mejorar la autoestima. Si una persona se repite a sí misma "soy fuerte, soy capaz", su cerebro buscará recuerdos de momentos en los que se sintió así y fortalecerá esa autoimagen positiva.
No obstante, para que este proceso sea efectivo, debe haber un "registro de éxito" previo en la memoria. En caso contrario, es ahí donde entra el concepto del 'storytelling', que consiste en tomar prestadas historias de éxito de otros para reforzar la creencia en nuestras propias capacidades.
Además, la sugestión es una herramienta poderosa en terapias como la hipnosis, donde se utiliza para aliviar el dolor, reducir el estrés o superar fobias.
Por otro lado, la sugestión también conlleva riesgos considerables. En manos equivocadas, puede ser utilizada para manipular y controlar. Un claro ejemplo es la publicidad, donde las marcas emplean estrategias sugestivas para convencer a los consumidores de que necesitan productos que en realidad no son esenciales.
Asimismo, durante los primeros años de vida, los mensajes negativos pueden tener un impacto profundo y duradero. Figueroa destaca que si a un niño se le repite constantemente que es "una bestia" o "un burro", estas palabras quedarán grabadas en su memoria, creando "programas de debilidad" que podrían ser mucho más intensos que los de seguridad o confianza en sí mismo.
Otro punto a tener en cuenta es que la sugestión juega un papel crucial en la adopción de ideales, donde estas ideas infundadas se propagan y son aceptadas como verdades sin pruebas concretas. Estos peligros subrayan la importancia de ser conscientes de cómo y cuándo somos susceptibles a la sugestión.
(FUENTE: rpp.pe)
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