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miércoles, 24 de julio de 2024

¿Pueden los abrazos realmente mejorar el rendimiento escolar?


Virginia Satir, famosa psicoterapeuta familiar de la Universidad de Chicago, autora de numerosos ensayos sobre la familia, planteaba la necesidad de cuatro abrazos diarios para sobrevivir, ocho para mantenernos y doce para crecer. Estas cifras resaltan la importancia del contacto físico y emocional en nuestras vidas.

Satir subrayó que el amor es esencial para la supervivencia y para prosperar en la vida, reflejando la importancia de los gestos afectuosos. La pandemia intensificó la conciencia sobre la necesidad del contacto físico amoroso, revelando cómo se dan por sentado las expresiones simples de afecto hasta que se nos prohíben.

Cómo afectan los abrazos a la salud emocional y física

Los abrazos no solo son gestos simbólicos; tienen un impacto profundo en nuestra salud emocional y física. Los expertos indican que los abrazos aumentan la producción de oxitocina, la hormona del afecto, lo cual reduce el estrés, disminuye la presión arterial y fortalece el sistema inmunológico

La represión de emociones como el miedo y la tristeza puede tener efectos adversos significativos. En entornos educativos, esto podría manifestarse como problemas de comportamiento o dificultades académicas debido a la falta de apoyo emocional y expresión libre de sentimientos.

El valor del afecto en el desarrollo cognitivo

Investigaciones sugieren que el afecto recibido durante la infancia influye en el desarrollo cognitivo y emocional. El contacto físico, como los abrazos, promueve la liberación de hormonas clave para el crecimiento neuronal y fortalece la plasticidad cerebral, esencial para el aprendizaje y la memoria.

En la vida adulta, los abrazos siguen siendo fundamentales para el bienestar general. Más allá de sus beneficios físicos, como la reducción del estrés y la mejora del estado de ánimo, los abrazos fomentan relaciones interpersonales más sólidas y satisfactorias.

En definitiva, los abrazos son clave para mejorar el rendimiento académico y la salud emocional. Introducir más gestos de afecto en entornos educativos puede crear un ambiente más positivo y comprensivo, beneficiando tanto a estudiantes como a educadores en su desarrollo personal y profesional.

(FUENTE: clarin.com)

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