Glenn Dennis era un trabajador de la funeraria de Roswell, Nuevo México, Estados Unidos. En 1974 afirmó que el Ejército de los EE. UU. le pidió que hiciera ataúdes pequeños del tamaño de un niño que pudieran colocarse en la funeraria, los cuales serían ocupados por extraterrestres. Días después lo volvieron a contactar para preguntarle: “¿cómo conservar un cuerpo para mantenerlo intacto, sin usar productos químicos?”, ante lo que sugirió que podían conservarlo con hielo seco, para empaquetar todo el que se pudiera conseguir.
Su relación cercana con la zona, comúnmente conocida como “punto de investigación del fenómeno ovni”, lo llevó a conocer a una enfermera que le contó una asombrosa historia. La mujer le recalcó que este suceso la tenía traumatizada, debido a que la Armada estadounidense presuntamente la había contratado para disecar a un extraterrestre.
Al respecto, el detective y oficial de la Policía Militar, James Clarkson, expresó que a pesar de la naturaleza descabellada del relato, en su perspectiva, con el paso del tiempo y durante las entrevistas que le realizó a Glenn Dennis antes de que muriera, aparentemente se dio cuenta de que la historia es verdadera, según informó el diario inglés Daily Star.
“Glenn me contó toda la historia, me senté con él y diría que en unos 30 o 40 minutos todas las dudas que tenía sobre la realidad de Roswell se habían ido. Simplemente, sabes cuando alguien te dice la verdad. Él no estaba mintiendo”, aseveró el detective.
Glenn compartió con el detective que en los pueblos pequeños las funerarias muy a menudo contaban con una doble función producto de la carencia de ambulancias y paramédicos en dichos lugares, que los carros fúnebres no solo eran utilizados para llevar los cuerpos sin vida y que también llevaban en ocasiones a personas heridas a los hospitales.
Glenn se encontraba trasladando a un piloto herido en el automóvil de la funeraria hacia la base militar de Roswell, “se detuvo allí, vio todos esos vehículos y personas que nunca antes había visto”, dijo el militar.
Mientras Dennis observaba, una enfermera que lo conocía salió por una puerta trasera de la base militar y con una expresión de terror en su rostro le preguntó: “¿Glenn, qué estás haciendo aquí?”.
El empleado de la funeraria señaló que la enfermera lucía aterrada, la cual le confesó que había sido obligada a disecar a un extraterrestre dentro de la base militar. “Estaba tan horrorizada que renunció a su cargo en el Ejército”, indicó Glenn.
El hombre prometió a la enfermera que jamás revelaría su nombre. Y a raíz de este suceso, en la década de 1980 comenzaron las investigaciones en el área de Roswell sobre presencia de ovnis; el hombre aseguró que lo buscaban para hacerle preguntas sobre el tema, debido a su cercanía con la base militar.
Pese a ello, Glenn no dio detalles sobre la experiencia de aquella enfermera, cuyo paradero tras renunciar al Ejército fue objeto de varias especulaciones. Ante las presiones de los interrogatorios, él dijo que no tuvo más remedio que inventar un nombre, aunque también se arrepintió de eso. Asegurando, además, que a esa enfermera no la volvió a ver.
Roswell es actualmente uno de los “accidentes de ovnis” más famosos del mundo; desde entonces ha sembrado intriga y misterio en varios investigadores con el paso de los años. La explicación oficial del Gobierno tiene que ver con un globo meteorológico que se estrelló.
Roswell cuenta con casi 50.000 habitantes y actualmente vive del ‘turismo ovni’. Desde la década de los noventa cuenta con un flujo constante de visitantes y curiosos que desean investigar con sus propios ojos el supuesto fenómeno extraterrestre o simplemente para comprar algún recuerdo. Además, ha dado lugar a producciones cómo Expediente X en 1993 o Día de la independencia en 1996, producciones que abordan el famoso incidente ovni de Roswell ocurrido en julio de 1947.
(FUENTE: semana.com)
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