Desde hace milenos, los líderes espirituales sostienen que el incienso es beneficioso para el alma puesto que establece conexiones entre el mundo de la materia y el del espíritu. Los científicos por su parte, hoy en día, afirman que además es favorable para la actividad cerebral.
Tal como lo indica el sitio científico sciencedaily, así lo corroboraron investigadores tanto de Johns Hopkins University como de Hebrew University, quienes describen cómo la quema de incienso (particularmente resina de la planta Boswellia) activa canales iónicos en el cerebro que alivian la ansiedad y la depresión.
Para esto, los investigadores aplicaron acetato de inciensola en ratones, comprobando que el compuesto afectaba de manera significativa las zonas cerebrales ligadas a las emociones, así como los circuitos nerviosos que se ven afectados por la ansiedad y las drogas antidepresivas.
Más específicamente, el acetato de incienso activa una proteína llamada TRPV3, asociada a la temperatura corporal, que está presente en los cerebros de los mamíferos.
En cuanto a esto, Raphael Mechoulam, uno de los co-autores del estudio, indicó que “a pesar de la amplia información en textos antiguos sobre los inciensos, los componentes de la Bosweilla no habían sido nunca estudiados ligándolos a la psicoactividad”.
Por su parte, Gerald Weissman, redactor jefe de The Faseb Journal, aseguró que “los estudios sobre cómo funcionan las drogas psicoactivas han ayudado a entender la neurobiología moderna”.
Así, afirmó que “el descubrimiento de cómo el acetato de inciensola trabaja en objetivos específicos en el cerebro debería ayudarnos a entender más comportamientos del cerebro”.
(FUEENTE: biobiochile.cl)
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