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lunes, 27 de noviembre de 2023

La Navidad cristiana, el Ramadán musulmán o el Año Nuevo chino aumentan la contaminación lumínica

Los grandes eventos anuales a nivel global como la Navidad cristiana, el Ramadán musulmán, el Año Nuevo chino o el Diwali hindú son también responsables de la contaminación lumínica.

Es la gran conclusión a la que ha llegado un estudio compuesto por un equipo de investigación del Institut de Ciències del Mar (ICM-CSIC),  el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC) y la Estación Biológica de Doñana (EBD-CSIC).

Este trabajo muestra por primera vez cómo determinadas actividades socio-culturales afectan a la contaminación lumínica a escala global y refuerza cómo la proliferación de luz ornamental en las calles de las ciudades afectan a distintas escalas como la salud, el comportamiento animal o la observación de estrellas.

No sólo en las ciudades

Según el estudio,  publicado en la revista People and Nature, se ha comprobado cómo las grandes festividades de las diferentes sociedades humanas modulan los patrones de contaminación lumínica a escala global.

Para los investigadores «estos grandes acontecimientos mundiales provocan que la intensidad de la iluminación nocturna varíe en función de la celebración que esté en curso».

El trabajo pone de manifiesto la estrecha relación entre los niveles de contaminación lumínica y la actividad cultural de nuestra sociedad, unos efectos que se extienden más allá de las zonas urbanas.

Transformación del paisaje nocturno

¿En qué consiste este fenómeno? La contaminación lumínica es la transformación del paisaje nocturno que provoca la luz artificial y representa una marca inconfundible de la actividad humana en la Tierra y tiene graves consecuencias para los organismos vivos.

“Comprender cómo las actividades humanas influyen en la contaminación lumínica es clave para evaluar su impacto y diseñar posibles medidas de mitigación”, contextualiza el investigador del CSIC en el ICM Francisco Ramírez.

“Trabajos anteriores habían relacionado el desarrollo económico de los países con sus patrones de contaminación lumínica, determinando que, en general, son los más ricos los que más contaminan» añade Ramírez.

Consecuencia fatales

El análisis posterior confirma que durante la Navidad se produce un pico de contaminación lumínica en los países cristianos, mientras que en los países musulmanes e hindúes los picos anuales coinciden con el Ramadán y el Diwali, respectivamente. En el caso de China y Vietnam, el pico de contaminación lumínica coincide temporalmente con la celebración del Año Nuevo.

“Los resultados muestran que festividades y celebraciones que implican grandes concentraciones de personas y el uso de luces nocturnas afectan al patrón estacional de intensidad lumínica, lo que puede tener efectos sobre una gran variedad de especies”, explica la investigadora del CSIC en el ICM Marta Coll. “Es lo que ocurre con una gran variedad de especies que se ven atraídas por las luces artificiales, a menudo con consecuencias fatales”, señala.

Por su parte, el investigador del CSIC en el MNCN Airam Rodríguez destaca que “las variaciones observadas en los niveles de luz contaminante proveniente de las celebraciones podrían ser mayores, pues el sensor con el que se toman las imágenes satelitales utilizadas en nuestro estudio son poco sensibles a la luz azulada. Sin embargo, es precisamente ese tipo luz, es decir, la emitida en el rango del azul, la más perjudicial para la salud y la biodiversidad”.

Efectos sobre el medio natural

«Este trabajo proporciona una base sólida para desarrollar medidas de planificación y gestión que permitan mitigar los efectos de la contaminación lumínica», añade Andre Chiaradia de Phillip Island Nature Parks de Australia.

«Los datos obtenidos revelan la necesidad de monitorear de forma continuada este tipo de contaminación para entender su efecto sobre el medio natural y poder desarrollar políticas globales destinadas a promover un uso de las luces artificiales que sea compatible con la preservación del mundo natural”, concluye Chiaradia.

El trabajo, que ha sido financiado por los proyectos nacionales SOSPEN y SEASentinels, y el proyecto europeo GES4SEAS, analizó imágenes de satélite que muestran la intensidad de la luz entre 2014 y 2019, lo que permitió obtener datos de este tipo de contaminación a escala global.

Alteración de los ritmos vitales

La Red Española de Estudios sobre Contaminación Lumínica (REECL) explica que la luz es un tipo de radiación no ionizante que puede alterar los ritmos vitales en las personas y seres vivos, especialmente aquellos que tienen actividad nocturna.

Por este motivo se constituye en un tipo de contaminante físico de relevancia. Esta entidad analizó cómo en el lapso de los 9 años que transcurrieron entre 2012 y 2021, se hizo patente el cambio del aumento de la iluminación en España.

Contaminación lumínica en España

Desde la REECL se concluye que «aunque comienzan a tomarse medidas, todavía puede llegar a ser un problema mayor cuando las luces se transformen en LED con el objetivo de fomentar el ahorro energético».

Desde Fuhem Ecosocial, a través del informe Los impactos de la contaminación sobre la calidad de vida. Una aproximación al caso español, se recuerda que, «según la clasificación realizada en el año 2015, serían las áreas de Barcelona, Bilbao, Valencia, la bahía de Cádiz y Melilla aquellas con mayores niveles de concentración de la contaminación lumínica, y algunas ciudades del interior como Ciudad Real, Toledo, Albacete y Teruel, aquellas menos afectadas por este fenómeno».

(FUENTE: okdiario.com)

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