La Real Academia Española ofrece un par de acepciones sobre el término intuición: tanto la “facultad de comprender las cosas instantáneamente, sin necesidad de razonamiento”, o bien la “percepción íntima e instantánea de una idea o una verdad que aparece como evidente a quien la tiene” para acercarla a un presentimiento. Albert Einstein, más pragmático, dijo que la intuición le permitía saber que estaba “en lo cierto aunque aún no sepa que lo esté".
También conocido en la jerga popular como el famoso “sexto sentido”, que se les atribuye tanto a las madres, la capacidad de ser intuitivo es inherente a la vida humana sin distinción de género o condición. Tanto es así que incluso hay métodos que permiten ejercitar la intuición para, de ese modo, ser todavía más perceptivos de lo que puede llegar a suceder.
"Creo en la intuición y en la inspiración”, concluyó Albert Einstein en una entrevista con el Saturday Evening Post en 1929. Una prueba de su creencia puede encontrarse en su notable trabajo como científico, el cual lo llevó a crear la teoría de la relatividad general y predecir en ella la existencia de los agujeros negros en el espacio; cuyas primeras imágenes se conocieron recién en 2021, 116 años antes de que fuera publicada la investigación del alemán.
Quienes han seguido los pasos científicos de Einstein entienden que en dichos trabajos hubo una mente brillante capaz de visualizar fenómenos que pocos podían entender a partir de sus razonamientos de física cuántica, pero también un componente intuitivo, dicho por el propio científico.
Qué es la intuición
El portal especializado Mundo Psicólogos pone bajo el paraguas de la intuición la capacidad del ser humano de percibir “instintivamente cuándo algo está mal o está bien”, aunque lo hace con la salvedad de que este rasgo “ha sido todo un desafío para la ciencia”.
La publicación de psicología concluye, en tal sentido, que “es un proceso psicológico que le permite al cerebro utilizar experiencias pasadas para tomar ciertas decisiones o interpretar la información externa”.
En tal sentido, cita al psicólogo Robin M. Hogarth, a quien presenta como “experto en el estudio de la intuición”, quien afirma que “las decisiones realizadas a través de la intuición suelen ocurrir de una manera tan rápida que no se registran a un nivel consciente” y que por ello “no se trata de un proceso lógico”.
“A través de la intuición nuestro cerebro subconsciente intenta reconocer, procesar y utilizar los patrones de pensamiento basados en experiencias previas o recuerdos que se parecen a aquello que queremos analizar en el presente”, se explaya el especialista británico-estadounidense nacido en la India en 1942.
En el campo sentimental también existe espacio para la intuición, que en estos casos recibe el nombre popular de “corazonada”. Desde la base científica, según Hogarth, “en la mayoría de los casos, existe un procesamiento inconsciente de la información que ayuda a realizar esta toma de decisiones tan importante a nivel emocional” Y que aun sin tener plena conciencia “de cómo se produce esta toma de decisiones”, se trata en verdad “de una mezcla entre nuestro pensamiento intuitivo y deliberado”.
La propia publicación Mundo Psicólogos ofrece una serie de acciones que permiten agudizar este sentido en una persona en el plan de intentar desarrollar la intuición.
Cómo ejercitar la intuición
Enfocarse en el presente. Estar aquí y ahora, o lo que se conoce como “estar con los pies sobre la tierra”, es clave para que aparezca la intuición en el amor o en la toma de decisiones. De ese modo, también se podrá interpretar mejor las señales que el cuerpo envía sobre experiencias pasadas que permitan avizorar el futuro.
Confiar en el instinto. Cuando se habla de “mariposas en la panza” no es una simple enunciación metafórica, porque el intestino está revestido de neuronas, tanto que se lo considera como un “segundo cerebro”. Esa sensación en el vientre puede también ser una señal intuitiva.
Descargar los pensamientos negativos. La negatividad obstruye el raciocinio y bloquea la capacidad de pensar, por lo que también frena el posible desarrollo intuitivo.
Estar en foco. Prestar atención es un valor clave pero también complicado de sostener en estos tiempos de tanta dispersión generada por la invasión tecnológica y las preocupaciones de la vida social. Atender lo que sucede alrededor permite que se abra la puerta a la intuición.
Abandonar la zona de confort. Apuntar a nuevas experiencias puede ser una clave para desarrollar la intuición, que se ve estimulada con los cambios para mejorar sus juicios.
Meditar. La meditación, y la ayuda en la concentración, puede ayudar al ser intuitivo.
Introspección. Encontrar un tiempo personal y cuidar la salud mental hará que la intuición se desarrolle mejor en tu pensamiento, ya que las capacidades cognitivas funcionan mejor al tener un buen equilibrio emocional.
(FUENTE: clarin.com)
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