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martes, 18 de noviembre de 2008

Amaru muru


Amaru muru se encuentra en el denominado "Bosque de Piedra" de Juli, capital de la provincia de Chucuito, a 85 km. al sur de Puno, Perú. Esta extraordinaria puerta tallada en la roca, es depositaria de numerosas leyendas y madre de los más enigmáticos fenómenos místicos del altiplano. Fué "redescubierta" a fines del siglo pasado, por guías turísticos locales -aunque para los que mantienen viva la religiosidad inca y aymara, nunca estuvo perdida-, es un enigma arqueológico que hasta el día de hoy, no tiene respuesta.

Conocida también como la puerta de Hayumarca -nombre que significaría "la ciudad de los espíritus"-, su existencia es explicada de diversas maneras:

Los indios aymaras de la región tienen una leyenda que hablaba de "una entrada a las tierras de los Dioses", y en esa leyenda se decía que en tiempos lejanos grandes héroes había ido a unirse a sus dioses y pasaron a través de la puerta para una nueva vida gloriosa de inmortalidad, y en raras ocasiones esos hombres volvieron durante poco tiempo con sus dioses para "inspeccionar todas las tierras en el reino" a través de la puerta.

Otra leyenda cuenta el tiempo en el que los conquistadores españoles llegaron a Perú y saquearon el oro y las piedras preciosas de las tribus incas. Un sacerdote inca del templo de los siete rayos llamado Amaru Muru huyó de su templo con un disco sagrado de oro conocido como "la llave de los dioses de los siete rayos", y se ocultó en las montañas de Hayu Marca. Finalmente llegó hasta la puerta que había sido observada por los sacerdotes chamanes. Les mostró la llave de los dioses y se realizó un ritual que concluyó con un acontecimiento mágico iniciado por el disco de oro que abrió la puerta, y según la leyenda emanó luz azul de un túnel interno. El sacerdote Amaru Muru entregó el disco de oro al chamán y luego pasó a través de la puerta, y "nunca se le volvió a ver otra vez". Los arqueólogos han observado una pequeña depresión circular en el lado derecho de la pequeña entrada, y han teorizado que aquí es donde un disco pequeño se podría colocar y sostener por la roca.

Otras leyendas, mucho más convencionales, hablan acerca de sería un portal que nos conecta con otras realidades mágicas, y que forma parte de un grupo de "portales" (cinco en total), distribuidos alrededor del lago Titicaca. Otros la consideran como una puerta interdimensional, por la cual algún día volverán "los Dioses en sus naves solares". Tampoco faltan los que lo consideran un rastro de los reinos míticos de Paititi, Lemuria o Mu.

Algunos individuos que han metido sus manos o se han parado dentro de la puerta pequeña, han comentado una sensación de energía fluyendo así como extrañas experiencias tales como visiones de estrellas, columnas del fuego y sonidos de una música rítmica insólita o extraordinaria. Otros han dicho que han percibido psíquicamente, túneles en el interior de la estructura, aunque nadie ha encontrado hasta ahora un boquete que ilustraría la apertura de la puerta. Por el contrario, la opinión profesional es que no hay una puerta real, porque el marco, la entrada y la parte posterior del hueco están todos tallados en la misma roca.

Es interesante observar que la estructura se asemeja innegablemente a la Puerta del Sol en Tiahuanaco y a otros cinco sitios arqueológicos que forman juntos una cruz mediante líneas rectas imaginarias que se cruzan exactamente en el punto en donde se localiza la meseta y el lago Titicaca. Noticias de la región durante los últimos veinte años han indicado una importante actividad ovni en todas estas zonas especialmente en el lago Titicaca.

Es importante resaltar que hoy en día, Amaru muru es uno de los sitios de interés de los que realizan el turísmo místico, realizándose varias veces al año, ceremoniales de poder en este enigmático lugar.

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