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miércoles, 16 de octubre de 2024

La espeluznante historia de fantasmas que esconde uno de los parques nacionales más conocidos de Oregon

Cuando falta menos de un mes para Halloween, los ciudadanos estadounidenses se preparan para vivir la noche más espeluznante del año. En el caso de los habitantes de Oregon, mientras muchos aprovechan la festividad para visitar algunos de los lugares considerados embrujados en el estado, otros prefieren mantenerse alejados de ellos. Ante esto, el Parque Estatal Fort Stevens es el escenario de una de las historias de fantasmas más populares del país.

Si bien las leyendas locales tenebrosas existen en todo el mundo, Oregon se caracteriza por contar con una amplia variedad. “El hombre de las vendas” y “el viejo del lago Crater” son algunos ejemplos de historias que lograron trascender a lo largo de las décadas.

Por otro lado, hay lugares del estado que, según sus habitantes, están marcados presencia de espectros, como la montaña Bohemia o el Teatro Hollywood. Sin embargo, una de las historias de fantasmas más famosas de Oregon se encuentra en un rincón poco habitual para el terror, como un parque abierto al público.

Parque Estatal Fort Stevens

Según Oregon State Parks, Fort Stevens es uno de los parques estatales más grandes de Estados Unidos. Se trata de un campamento público ubicado al oeste, frente a Youngs Bay, en donde alguna vez se ubicó una instalación militar.

A día de hoy, Fort Stevens ofrece una gran cantidad de aventuras recreativas, como campamentos, búsqueda de tesoros en la playa, un lago de agua dulce y senderos para caminatas. No obstante, en este parque también se puede ver uno de los lugares embrujados de Oregon: Battery Russell.

La historia del fantasma de Fort Stevens

Durante 84 años, entre la guerra de Secesión y la Segunda Guerra Mundial, Fort Stevens se encargó de proteger la desembocadura del río Columbia con la ayuda de nueve baterías de artillería. Mientras ocho de ellas fueron construidas a fines del siglo XIX, la llamada Batería Russell, que apuntaba al océano, no fue instalada hasta 1904.

La batería contaba con dos rifles de diez pulgadas operados por un equipo de 35 hombres. Sin embargo, cuando el 21 de junio de 1942 un submarino japonés emergió y comenzó a disparar, se le ordenó a los soldados que no se ocuparan de los cañones. De esta manera, tras lanzar nueve proyectiles, las tropas enemigas se retiraron y dejaron ileso al fuerte.

Tal como indica KOIN, a partir de este momento, comenzó a difundirse una leyenda en torno al espectro de un soldado que ronda la batería, todavía con uniforme, en busca de soldados enemigos. Si bien la historia no está verificada de ninguna manera, los ruidos inexplicables y las ráfagas de aire frío que experimentan sus visitantes la vuelven creíble para muchos vecinos del parque.

Por otro lado, Portland Ghosts, compartió dos historias recientes que podrían explicar la veracidad de la leyenda. La primera es protagonizada por un grupo de campistas que se alojaron cerca de la Batería Russell y escucharon pasos de botas durante la noche. Al salir a la mañana siguiente, afirmaron que pudieron ver la figura de un hombre con uniforme militar que los observaba mientras se iban.

Por último, la segunda historia se trata de un turista que afirma haber caminado por la costa cercana a Fort Stevens hasta que vio la figura de un hombre con ropa de color verde militar intenso que se le acercaba. Al cruzarse con él, ambos asintieron con la cabeza en un gesto de reconocimiento, pero al darse la vuelta, el soldado había desaparecido por completo. Más tarde, cuando regresó al hotel en el que se hospedaba, encontró a la misma persona en un libro con fotografías en blanco y negro.

(FUENTE: lanacion.com.ar)

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