El año pasado, el Rolf Erik Eikemo era un enfermo terminal de cáncer que había aceptado relativamente bien su destino, hasta el punto en que quiso utilizar su circunstancia personal, es decir, su inminente muerte, para colaborar en un experimento destinado a desenmascarar lo que él consideraba un fraude: el negocio de los mediums que aseguran poder contactar en el más allá con personas ya fallecidas utilizando sus supuestos poderes extrasensoriales.
Eikemo accedió a participar en un programa de televisión llamado 'Folkeopplysningen' ('Educación pública'), un espacio de la televisión noruega dedicado a fomentar el pensamiento crítico y la alfabetización científica, y que acostumbra a cargar contra las supersticiones y las pseudociencias.
Para llevar a cabo el experimento, los editores del programa le propusieron que escribiera un mensaje secreto en un papel, que lo introdujera en un sobre, que sellara el sobre y lo guardara en una caja fuerte. Entonces se retó a los mediums que quisieran participar a que, una vez que Eikemo estuviera muerto, enviaran un email a los responsables del experimento, el psicólogo Jan-Ole Hesselberg y el físico Andreas Wahl, exponiendo lo que creían que decía ese mensaje. Debían hacerlo dentro de un plazo determinado, que finalizaba el pasado 25 de septiembre. Eikemo había fallecido en el mes de Mayo.
Unos 2.000 mediums participaron, pero lo cierto es que ninguno acertó el contenido del mensaje. La mayoría afirmó que se trataba de un mensaje dirigido a su familia, un mensaje de despedida o consejos y tópicos sobre como aprovechar la vida. Sin embargo, lo que Eikemo había escrito fue muy diferente: "Dos aviones Messerschmitt ME 110 vuelan sobre Gandsfjord el 9 de abril, orilla oeste, y disparan contra el aeropuerto de Sola". Se trata de la descripción simple de un hecho histórico, en el contexto de la Segunda Guerra Mundial. Ni uno de los dos millares de mediums participantes mencionó aviones, aeropuertos, ataques aéreos o conflicto bélico alguno. Y así, todo el gremio quedó en evidencia.
"La ilusión de que hay vida después de la muerte se usa para aprovecharse de los supervivientes, los seres queridos. Me gustaría demostrar que eso está mal", había dicho Eikemo en una entrevista. Y lo cierto es que utilizó su propia muerte para conseguirlo.
(FUENTE: actualidad.rt.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario