En el yacimiento arqueológico de La casa del Obispo, en Cádiz, las cámaras de seguridad registran episodios inexplicables. Los empleados pasan miedo y aseguran que a lo largo de la noche los fenómenos paranormarles son habituales en el lugar.
Al caer la noche todo duerme en la ciudad milenaria excepto las 16 cámaras de seguridad del yacimiento. En la soledad de las ruinas se registran imágenes inquietantes. Esferas de luz que parecen salir de los muros, iluminaciones espontáneas y extrañas siluetas.
Sobre el enclave sagrado los romanos contruyeron un asklepeio u hospital del sueño, una práctica que se pierde en la noche de los tiempos.
De las profundidades del pozo sagrado los sacerdotes consagrados al díos de la medicina, extraían el agua mágica. Mezclada con alucinógenos, inducía al sueño de los enfermos. Durante el delirio los pacientes hablaban con los dioses. De su ensoñación dependía el tratamiento.
Para conocer si esos supuestos orbes tienen energía propia se puede acudir a la termografía. Sin embargo las pruebas sobre el terreno no desvelan ninguna energía residual.
Para los investigadores la explicación más sencilla es que se trata de partículas de polvo en suspensión. Una simple prueba demuestra la hipotesis.
Durante toda la noche los parapsicólogos del Grupo Onipa se enfrentan a nuevos misterios. Incluso se adentran en la tumba de un ya olvidado rey fenicio del siglo sexto adC. Un lugar de adoración y ritos ancestrales.
Finalmente la noche resulta esteril. A medio camino entre el mito y la leyenda el milenario hospital del sueño se resiste a desvelarnos sus secretos.
(FUENTE: antena3noticias.com)
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