Pintó escenas satíricas, de brujería y de magia que le causaron problemas en la Italia del siglo XVII. Salvator Rosa (1615-1673) fue un pintor barroco rebelde, un artista romántico adelantado a su tiempo. Hizo carrera también como actor de teatro y escenificó farsas y espectáculos de carnaval, se rumoreaba que había vivido con bandoleros y era conocido por ser heterodoxo y extravagante.
Centrada en las escenas de brujas y criaturas demoniacas que el artista creó en tondi (pinturas realizadas en superficies circulares como discos) la exposición The Novel and the Bizarre: Salvator Rosa’s Scenes of Witchcraft (Lo novedoso y lo extraño: escenas de brujería de Salvator Rosa) —En el Museo de Arte de Cleveland (Ohio, EE UU) del 15 de febrero al 14 de junio— revela la fijación del autor por las leyendas de la antigüedad y la magia y su deseo de crear imágenes sobre temas poco habituales en el arte de la época.
Acompañando a la colección de obras que ilustran hechizos, rituales, pócimas y dragones, la pinacoteca exhibe dibujos y grabados de temática ocultista datados entre el siglo XV y el XVII, un periodo marcado por la persecución de aquellos acusados de practicar la magia y la brujería.
'El novio embrujado'
La Iglesia católica (y después Lutero en su reforma protestante) las consideraba una forma de herejía y se produjo en Europa una oleada de denuncias, linchamientos y ejecuciones públicas contra personas (casi siempre mujeres mayores o marginadas socialmente) sospechosas de tener poderes paranormales y relacionarse con el demonio en ceremonias ocultistas.
Entre las piezas más llamativas de la muestra está El novio embrujado (1544), del renacentista alemán Hans Baldung, aprendiz y gran amigo de Alberto Durero, que imagina una misteriosa escena (con una perspectiva nada común) con un caballero tumbado, un caballo en escorzo y una bruja asomando por una ventana.
Los organizadores destacan también una obra del maestro, Durero, titulada Las cuatro brujas (cuatro mujeres desnudas) —de 1497, protagonizada por personajes femeninos que forman un corro sobre huesos humanos— y La tentación de San Antonio (1635), del grabador y dibujante barroco Jacques Callot, también autor de dos series tituladas Las miserias de la guerra (1633), clara inspiración para Los desastres de la guerra de Goya.
(FUENTE: 20minutos.es)
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