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lunes, 25 de mayo de 2009

Autoestopistas fantasmas (8), La rubia de Kennedy



La "Rubia de Kennedy" es la versión más popular en Chile, de la leyenda urbana del autoestopista fantasma.


Según se cuenta la historia, la leyenda comenzó en 1979, cuando varios automovilistas –principalmente taxistas-, informaron sobre una hermosa joven rubia, de vestido blanco y largo, que pedía un aventón o buscaba un taxi que le llevase por las noches, desde la Avenida Kennedy, entre Américo Vespucio y Jerónimo de Alderete. Cuando los conductores comenzaban a acelerar, la mujer pedía a los automovilistas que no fueran tan rápido y luego se desvanecía,...

En otras versiones, se acercaba a los vehículos ocupados por matrimonios y les pedía que les llevara a un supermercado cercano. Cuando accedían, se subía al asiento posterior. Una vez en el interior y cuando los choferes comenzaban a acelerar, les decía con una suave voz: Por favor no corra. Más despacio, más despacio. Luego se desvanecía sin dejar rastro. Y sin que se hubiera detenido el auto ni abierto sus puertas. Incluso en varios de esos casos, eran automóviles de sólo dos puertas.

Muchos aseguraron haberla visto. Otros juraron que la habían llevado. Incluso algunos dejaron constancia del hecho en la Comisaría de las Tranqueras y dos taxistas —de nombres Miguel Castañer y Carlos Sanhueza—, concedieron entrevistas a los medios de prensa, en las que revelaban los detalles de sus respectivos encuentros con lo sobrenatural.

El diario La Segunda afirmó entonces que, tras realizar una investigación del caso, habían logrado dar con la identidad de la autoestopista; un familiar de ella se había comunicado con el diario para ratificar la veracidad de los hechos. Se dieron datos más precisos: era una mujer llamada Marta Infante, que trabajaba en la Corporación de la Madera y que murió en un accidente automovilístico en las esquinas de Avenida Kennedy y Jerónimo de Alderete, el 8 de agosto de 1978, tras una cena con su pareja.

La otra versión de la leyenda
También existe otra versión de la historia: la leyenda cuenta que ella era una alemana de principios de siglo, que vivía en el sur del país y que consumida por una gran pasión hacia su propio hermano, lo esperó una tarde en un bosque, que se ubicaba donde hoy está la Avenida Kennedy.

Quien acudió a aquella cita no fue su hermano, sino el “Trauco”, personaje mitológico de gran fealdad que viola a las mujeres solteras dejándolas embarazadas; como ella se resistía a la violación, él y sus secuaces la mataron, pero su espíritu sigue en busca de quienes acabaron tan vilmente con su vida.

Actualmente existen muy pocos testimonios acerca de nuevos encuentros con “la rubia”, pero la leyenda ha calado tan hondo, que los taxistas de Santiago dan no solo como verídica la historia, sino como de irrefutable realidad, la existencia aún hoy en día, del espíritu.

Esta leyenda urbana dio origen a la película “La rubia de Kennedy”: el mito urbano fue llevado así al cine en 1995,… pero como veremos en futuros Post acerca de las historias de autoestopistas fantasmas, cuando éstas han sido llevadas al cine, el deseo de los productores por “sazonar” mejor –léase “hacerlas más terroríficas”-, las leyendas urbanas, terminan creando películas francamente para el olvido, como se dio en este caso y muchos otros más.

1 comentario:

  1. Esta muy buena la historia y creo que en algún país se repite la historia con diferentes rasgos, pero esta muy interesante

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