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jueves, 25 de octubre de 2018

Stephen King aplaude la adaptación de Netflix de 'La maldición de Hill House' y no le gustan las adaptaciones


Pues sí. Que Stephen King dé su bendición a la adaptación televisiva o cinematográfica de una novela de terror es noticia. Es más, es una gran noticia. Si fuera de una novela suya, ya sería para abrir a cinco columnas cualquier periódico. Pero como es de otro autor, en este caso nos guardamos el titular sensacionalista para mejor ocasión. ¿Que por qué es llamativo que aplauda una adaptación? Para que te hagas una idea, hasta ahora sólo ha dado su bendición a las adaptaciones de sus libros Cuenta conmigo, Cadena Perpetua y Cujo. Del resto no quiere ni oír hablar. Y de El resplandor echa pestes (dice que es como un Cadillac sin motor, y la verdad, si te has leído la novela es que tiene más razón que un Santo). Y ojo que hablamos del mismo tipo que lleva años invitando a los estudiantes de cine a que adapten las historias suyas que están libres de derechos, que haberlas, haylas. Y de las adaptaciones de libros de los demás, tres cuartos de lo mismo. Cada vez que le preguntan cuál es su película de terror favorita, ¿sabes cuántas hay basadas en una novela de terror? Pues eso. Así que si King tuitea algo así:

"THE HAUNTING OF HILL HOUSE, revised and remodeled by Mike Flanagan. I don't usually care for this kind of revisionism, but this is great. Close to a work of genius, really. I think Shirley Jackson would approve, but who knows for sure".

... hay que tomárselo en serio. Muy en serio. Si King dice que La maldición de Hill House es una serie como la tumba de un pony, hay que verla. Sus declaraciones son importantes porque ahora está a punto de estrenarse Cementerio de animales, la adaptación de la novela homónima de King, sobre la que no se ha pronunciado, y tiene pinta de no ir a pronunciarse (de hecho, como persona educada que es, prefiere no hablar si hablar va a suponer hablar mal... salvo, claro, que se trate de Trump, que la política es otra historia). ¿Sobre la suya no dice ni mú, pero esta serie le encanta? ¿Cómo se come eso? Son declaraciones (de intenciones) importantes también porque hablamos de una serie de 10 capítulos. 10 horas, señoras, señores. Convendrás con nosotros en que es más fácil clavar una adaptación en una película de dos horas antes que una serie de 10 horas. Así que si lo dice es con conocimiento de causa. Y además de aquí no se lleva ni un solo dólar. Y su pasión por Shirley Jackson, la autora de La maldición de Hill House y precursora de la novela de terror contemporánea (su cuento La lotería, publicado en The New Yorker básicamente marcó el inicio de una nueva forma de entender el terror), está más que demostrada.

Pero sobre todo sus declaraciones son importantes porque estamos hablando de la novela de terror más importante del siglo XX y de la autora que sentó las bases de la novela de terror contemporánea moderna. Si no la has leído, ya la estás leyendo. Era la autora de cabecera de Dorothy Parker.

¿De qué va La maldición de Hill House?
La maldición de Hill House es una versión de la novela de Shirley Jackson sobre cinco hermanos que crecieron en la casa embrujada más famosa de EE UU. El suicidio de la hermana menor vuelve a reunirlos a todos ya de adultos para enfrentarles a todos los fantasmas del pasado que continúan atormentándoles tanto en sus (retorcidas) mentes como en los rincones más oscuros de la legendaria Hill House.

Hill House se centra en una familia afligida, los Crains. La pareja Hugh y Olivia (interpretada por Henry Thomas y Carla Gugino, respectivamente) se mudó a Hill House con sus cinco hijos un verano, con la intención de cambiar de aires. Obviamente, las cosas no salieron según lo planeado, ya que la casa cobra vida lentamente a su alrededor en una sucesión de eventos terribles que derivan en el suicidio de Olivia.

Los hijos de los Crain, ya adultos, todavía están lidiando con los efectos de ese verano en la casa, aunque no todos están dispuestos a admitir que algo sobrenatural estaba en marcha. El hermano mayor Steve (Michiel Huisman) es un exitoso escritor de terror que ha utilizado la tragedia de su familia para obtener ganancias financieras, una decisión que lo ha alejado del resto de su familia. Shirley (Elizabeth Reaser) es una directora en una empresa de pompas fúnebres que no está dispuesta a comprometerse con nada. Theo (Kate Siegel) es una psicóloga infantil que tiene pavor a cualquier tipo de conexión humana fuera de su trabajo; y los hermanos más pequeños, los gemelos Luke y Nell (Oliver Jackson-Cohen y Victoria Pedretti, respectivamente), están tan perturbados por los demonios (quizás literales) que son totalmente disfuncionales. Todos los hijos están separados de su padre Hugh (interpretado por Timothy Hutton). La familia está obsesionada por el dolor, la ansiedad y la vergüenza.

La serie juega con si Hill House está realmente maldita o no. Se centra en los personajes, en si son capaces de hablar sobre sus experiencias, si van a ser capaces de escucharse. Y es ahí donde se deben haber ganado a Stephen King. Las mejores historias de terror siempre implican una inversión emocional. Por eso nos gusto tanto El resplandor, la novela, y por eso nos dejó tan fríos Stanley Kubrik.

Por cierto, ahí va un vaticinio de Esquire.es. Si La maldición de Hill House tiene éxito, la siguiente obra que van a convertir en serie en Netflix va a ser otra novela de Shirley Jackson Siempre hemos vivido en el castillo. ¿Por qué nos atrevemos a tirarnos a la piscina...?

"Me llamo Mary Katherine Blackwood. Tengo dieciocho años y vivo con mi hermana Constance. A menudo pienso que con un poco de suerte podría haber sido una mujer lobo, porque mis dedos medio y anular son igual de largos, pero he tenido que contentarme con lo que soy. No me gusta lavarme, ni los perros, ni el ruido. Me gusta mi hermana Constance, y Ricardo Plantagenet, y la Amanita phalloides, la oronja mortal. El resto de mi familia ha muerto".

Así se presenta Merricat, la protagonista de Siempre hemos vivido en el castillo, que lleva una vida solitaria en una gran casa apartada del pueblo. Allí pasa las horas recluida con su bella hermana mayor y su anciano tío Julian, que va en silla de ruedas y escribe y reescribe sus memorias. La buena cocina, la jardinería y el gato Jonas concentran la atención de las jóvenes. En el hogar de los Blackwood los días discurrirían apacibles si no fuera porque algo ocurrió, allí mismo, en el comedor, seis años atrás...

(FUENTE: esquire.com)

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