Hay expresiones artísticas que resultan altamente difíciles de explicar tan solo con palabras porque tratan básicamente de sensaciones. Una de ellas es La luz negra, que puede verse estos días en el CCCB (Centre de Cultura Contemporània de Barcelona), y que pretende repasar las tradiciones secretas en el arte desde los años 50. Abarca temas tan dispares como la parapsicología, la magia, la psicodelia, las drogas o el ocultismo. Seguro que no deja a nadie indiferente.
La entrada a la exposición ya es, en sí misma, un símbolo, unas interminables escaleras mecánicas que parecen conducirte a otro mundo. Si es el cielo o el infierno dependerá de la opinión de cada uno. Podemos seguirla con una audio guía gratuita a través del móvil que nos ayudará a completar la experiencia.
En el primer grupo de obras destacan las de Antoni Tàpies y los cuadros a lo Joan Miró de Joan Ponç, mostrando mundos oníricos; las acuarelas de Henri Michaux, autor que trabajaba con la ayuda de su amiga mescalina, y las reconocidas portadas de clásicos del rock como The dark side of the moon de Pink Floyd, el Sargent Peppers de los Beatles o Their satanic majesties, los Rolling Stones. Incluso podemos escuchar algunas de las canciones a través de unos auriculares y descubrir elementos insólitos como un cilindro con luz denominado Dreamachine.
Directores de cine con secretos
Cineastas como Derek Jarman (autor de filmes como Caravaggio o Eduardo II) forman parte de esta muestra donde se proyectan sus primeros cortos experimentales. De otro realizador, el chileno Alejandro Jodorowsky, fundador del movimiento Pánico con Fernando Arrabal y Roland Topor, podemos ver un fragmento de su filme La montaña sagrada. Hay varios cortometrajes de películas del cineasta Kenneth Anger, que abordó temas como el satanismo o la homosexualidad, y también podemos fijarnos en la figura de David Bowie, la más polémica de la época. La parte cinematográfica se completa con otros documentales sobre ocultismo.
El escritor William S. Burroughs (El almuerzo desnudo), uno de los principales representantes de la generación Beat, está presente con algunos de sus alucinógenos cuadros y los de Zush evocan la psicodelia hippie que vivió en los años 60 en Ibiza. El esotérico Francesco Clemente fue el autor de una serie de originales cartas del Tarot repletas de simbolismo en las que utilizaba los rostros de sus amigos.
Se exponen igualmente unos curiosos libritos miniatura sobre artistas como Bob Dylan, Jack Kerouac o Allen Ginsberg y la obra del músico y poeta Genesis P-Orridge, cantante del grupo de acid house Psychic TV, del que se proyectan algunos videos musicales bastante originales, así como su pintura Burns forever thee light, una reflexión religiosa.
Tras un viaje tan lisérgico lo mejor es tomarse un respiro en un lugar diferente. Se trata de un espacio para la meditación denominado Habitación para la iniciación. Un cuadrado totalmente blanco en el que podemos entrar siempre y cuando nos descalzemos previamente. Así alcanzaremos el nirvana necesario para poder salir a la calle en silencio y absortos tras el viaje alucinante que hemos vivido. Todo un tripi artístico sin necesidad de haber consumido sustancia alguna.
(FUENTE: elperiodico.com)
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