El Comandante Oscar Santa María Huerta, piloto de la Fuerza Aérea peruana durante 25 años, no era un novato cuando apuntó al amenazante objeto con forma de globo que flotaba sobre la base aérea de Arequipa, Perú.
“Me acerqué al rango de tiro y disparé hacia el globo alrededor de 60 balas de 30mm”, afirmó. “No tuvo ningún efecto”.
Según el Comandante, esas balas podrían haber volado un camión, pero los disparos ni siquiera le hicieron una marca. El objeto “parecía absorber los disparos”, dijo cuando describió al encuentro con el OVNI.
Huerta fue uno de los seis representantes de países latinoamericanos que habló en la audiencia sobre ovnis celebrada el 2 de mayo en el Club Nacional de Prensa de EE.UU.
Durante su testimonio, describió los eventos tal como se fueron desarrollando, y lo que se convertiría en uno de los días más memorables de su vida. Todo comenzó en la base aérea La Joya en Arequipa, Perú, alrededor de las 7:15 de la mañana del 11 de abril de1980. Ese día, había alrededor de 1.800 hombres en la base y una serie de aviones de combate Sukhoi 22.
Los aviones quedaron en suspenso debido a un extraño objeto con forma de globo que flotaba estacionario en el cielo a unos 500 metros del suelo, y aproximadamente unos 5 km de distancia. A huerta le encomendaron encargarse del asunto.
Como en ese momento en la base había material delicado, estaban preocupados de que el globo pudiera ser alguna forma de espionaje, explicó Huerta.
El piloto dice que voló directo hacia el objeto disparando mientras se acercaba, pero sin resultados. Cuando el objeto comenzó a ascender lo siguió, hasta que alrededor de 80 km de distancia de la base, el globo se detuvo abruptamente, forzando a Huerta a maniobrar para no chocarlo.
“Decidí ascender rápidamente y ponerme en posición de ataque verticalmente, pero no podía ponerlo en la mira para disparar”, relató. El avión y la nave continuaron jugando al gato y ratón, volando sobre el área circundante. Huerta tuvo la nave dos veces en la mira lista para disparar; cada vez, la aeronave se alejaba, elevándose rápidamente para nivelarse con el avión.
Huerta continuó moviéndose cada vez más alto hasta llegar a los 20 km. Ahí fue donde el avión se acercó lo suficiente como para ver con lo que estaba tratando. La nave-globo tenía unos 9 metros de diámetro, una capa protectora, un domo color crema y una ancha base metálica plateada circular. La superficie era lisa sin antenas, sin alas, sin caños de escape y sin medios de propulsión a la vista.
En ese momento, Huerta se dio cuenta que no estaba tratando con ningún tipo de dispositivo espía. Retornando a la base, y con poco combustible, se dio cuenta que no estaba tratando con nada que haya visto antes.
La nave, dijo, parecía anticipar cada movimiento, notando con alivio que esta nunca le disparó.
“Los 22 minutos totales de maniobras están claramente grabadas en mi cerebro”. “Estoy convencido que hay vida extraterrestre. No voy a olvidar nunca mi experiencia”.
La nave no identificada también fue presenciada por todos en la base, agregó Huerta, y el evento fue registrado por el Departamento de Defensa de EE.UU. El piloto proporcionó una copia del mensaje enviado por este departamento.
La Audiencia Civil sobre Divulgación en el Club Nacional de Prensa en Washington, que se celebra entre el 29 de abril y el 3 de mayo, recoge testimonios de investigadores internacionales, ex militares y otros testigos de encuentros extraterrestres. La meta de la audiencia es presionar al gobierno de EE.UU. para que abra sus archivos sobre encuentros documentados de vida extraterrestre y OVNIs.
(FUENTE: lagranepoca.com)
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