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martes, 9 de agosto de 2011

La magia negra tiene otro altar junto a carretera boliviana



La magia negra tiene otro altar sobre la autopista, al frente de la Curva del Diablo, donde el jueves fue destruido un “tabernáculo” de adoración a Satanás. Mide cerca de 1,75m de alto, es de tierra y de forma cóncava. En su interior se realizan ofrendas.

La Razón visitó ayer el lugar y encontró en la mesa de este lugar gran cantidad de hojas de coca, botellas de plástico con alcohol y una de vino que decía “Vino para ch’allar a la Pachamama”.

“Es nuevo este lugar. Fue construido como hace dos meses, y también las personas le hacen ofrendas los martes y viernes”, indicó el obrero José Mamani.

Este lugar se encuentra frente a la Curva del Diablo, donde existía un altar con una imagen que personas identificaban como la de Satanás, y que la Policía destruyó con ayuda de una retroexcavadora. También allí se realizaban rituales los martes y jueves.

El director nacional de la FELCC, coronel Jorge Toro, informó que dos días antes del jueves se realizó el levantamiento legal del cadáver de Fernando Limachi, que presentaba un surco equimótico de aproximadamente 15 centímetros alrededor del cuello.

La Policía sospechó que el cuerpo humano fue una ofrenda entregada a Satanás.

Mamani desconoce las razones de la contrucción del nuevo altar, sin embargo cree que fue porque existió una rivalidad entre los fieles de la Curva del Diablo, razón por la que un grupo trasladó sus ofrendas a este sitio montañoso en la misma zona.

Al pie de este nuevo “retablo”, también se observa ropa quemada (chompas, pantalones, medias, guantes, hasta zapatos deportivos) y cortada en pedazos cerca de los restos de fogatas dispersas en el lugar.

El altar no presenta ninguna imagen, pero sí restos de vela negra derretida, cajas de cigarros quemados y una mesa (ofrenda a la Madre Tierra) también incinerada. El sitio tiene un fuerte olor a coca y a humo.

Un obrero de una empresa privada, que hace limpieza en la autopista, indicó que conductores de distintas flotas de transporte interdepartamental encienden fogatas y adoran el altar por las noches. “También vimos que familiares lavan la ropa de sus difuntos y la queman en el lugar”.

La antropóloga Luz Castillo señala que la devoción y creencia siempre persisten, así explicó la existencia del otro altar para la magia negra. “Ellos (los creyentes) no lo ven como algo malo, sino es gente que busca solucionar imaginariamente sus problemas y acude a estos sitios”.

Cenizas de fogatas
Alrededor de este altar se encendieron, al menos, 10 fogatas, a juzgar por los círculos con restos de cenizas. Al interior de ellos se ven prendas de vestir quemadas y cortadas en tiras. Tres personas visitaron ayer el lugar por curiosidad.

Amuletos en la Curva del Diablo
Los obreros y uniformados policiales que destrozaron el altar de la Curva del Diablo encontraron allí amuletos, fetiches y objetos de supuestas brujerías.

Un obrero que pidió no identificarse señaló que, además, se desenterró mensajes escritos que indicaban un nombre y la frase: “Que en paz descanse”.

La red PAT informó que también se halló un manojo de cabellos amarrado con una lana, en cuyo interior había una fotografía borrosa incrustada con clavos a la altura del rostro y de los genitales.

“Además había mesas pasadas, fotos amarradas con lanas; era el culto al tío. La fotografía hallada tenía dos clavos, una en el rostro de la persona y otra en sus genitales”, indicó un obrero.

También se halló gran cantidad de monedas de diversos valores y lanas de colores. Incluso, una hoja de papel manchada con sangre donde un hombre pedía por que el amor de su vida entregue su cuerpo.

Tras su destrucción, este medio verificó que aún quedaban botellas de alcohol y de cerveza rotas, además de un letrero botado que decía Taxi.

El obrero relató que los lunes a mediodía, las mujeres que se dedican a la prostitución prenden cigarros a la imagen del diablo y le dan un beso pidiéndole deseos.

“Gente ebria también viene y bebe el alcohol que dejan”.

Ayer, ningún creyente visitó el lugar, tampoco había uniformados policiales que vigilen la zona.

(FUENTE: la-razon.com)

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