domingo, 16 de mayo de 2010

Apareció un fantasma en un colectivo urbano de Paraná (Argentina)


Un hecho estremecedor habrían vivido el chofer de una línea urbana de colectivos y un pasajero, en la zona del cementerio de San Benito. Aseguran que una imagen fantasmagórica se les apareció y se desencadenaron extraños sucesos.

Aseguran que el hecho ocurrió el lunes a la noche, varios minutos antes de que el reloj marcara la hora 22, cuando un chofer de la Línea 20 (que transita desde San Agustín a avenida Jorge Newbery) apagó las luces del coche como señal de que había finalizado el recorrido. A lo lejos divisó a un hombre que le hacía señas y que él conocía y le permitió subir aunque el coche ya estaba fuera de servicio. Ninguno sabía que entonces comenzaría una pesadilla.

Según el relato de un familiar directo del colectivero a Elonce TV, “ambos vieron a una mujer rubia, joven, de piel opaca, ojos rojos, cabello desaliñado y muy mal olor, que recorría el pasillo en penumbras, desde el fondo del colectivo. De prisa, la mujer se acercó al chofer y mirándolo fijamente a los ojos abrió la bolsa que llevaba en sus manos”. El familiar del chofer de la línea 20, mencionó que los hombres se horrorizaron al ver una cabeza humana dentro la bolsa. En ese instante, la fantasmagórica mujer le habló al chofer y le preguntó cuál era el fin del recorrido porque ella debía cruzarse a otro colectivo, aseguró la fuente consultada.

La extraña aparición dejó al colectivero sin palabras y el espectro desapareció en el cruce de Avenida Jorge Newbery y la Ruta 12, cercana al acceso al Cementerio de San Benito.

Consternados, el chofer y su pasajero no pudieron contener el miedo y pidieron ayuda a sus compañeros de la Empresa Mariano Moreno.

Cuando llegó el auxilio, los dos hombres estaban descompuestos por lo vivido, el timbre del vehículo sonaba por momentos, el GPS se apagó y las puertas se abrían y cerraban sin ser accionadas por nadie. La joven pálida había desaparecido en la oscuridad.

El transporte público, en ese momento, fue conducido por un mecánico que debió bajar en Miguel David y Caputo debido a los insoportables y constantes timbrazos que lo atormentaron durante el camino.

Los hombres fueron trasladados hacia la terminal de la empresa, en el vehículo que auxilió al colectivero.

Sin embargo, la pesadilla no había terminado: Cuatro días después de la aparición, el pasajero prefiere mantenerse en silencio. Mientras, el chofer pidió licencia hasta junio porque – según confesaron sus familiares a Elonce TV – no puede conciliar el sueño “desde aquel horroroso momento, que no puede borrar de su memoria”. Tocaba el timbre solo, la máquina de GPS se descompuso. Cuando pasó Miguel David y Caputo era insoportable continuar por los timbrazos. El Once Digital.

(FUENTE: diariovictoria.com.ar)

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