En Cusco aún se cuenta este mito urbano; se cuenta que en una antigua casa del Cusco vivía una pareja de esposos que tenían un sirviente. La esposa y el sirviente eran amantes y un día planearon la muerte del esposo; un día, el sirviente mató a puñaladas al esposo y decidieron ponerlo en el sótano hasta que se les ocurriese cómo deshacerse del cuerpo.
La noche siguiente al asesinato, no se sabe porque, pero se dejaron oír gritos provenientes de esa casa. Pasaron los días y los vecinos no veían salir ni entrar a nadie de esa casa. Transcurrió un mes y la misma situación; era raro ya que nadie salía a trabajar ni a comprar alimentos, así que decidieron llamar a la policía para que tome cartas en el asunto. Llegó la policía irrumpió finalmente en la propiedad, y lo que descubrieron los fue un cuadro digno de un libro de Allan Poe: el sirviente estaba tirado en la escalera, apuñalado; la esposa estaba en su cuarto muerta con un cuchillo clavado en el rostro, y cuando bajaron al sótano encontraron el cadáver del esposo en estado de putrefacción,... pero lo inusual era que su rostro esbozaba una sonrisa,...
La casa fue demolida para no recordar el macabro suceso y en su lugar se construyo un hospital, el cual fue bendecido.... pero a pesar de eso las personas que pasan por ese hospital cuentan que al parecer de nada sirvió la bendición, se dice que la gente ve a un tipo que pasa y que siempre se para en las camas de los pacientes y les pide ayuda... pero al rato desaparece... También se dice que se ve a una señora pero sin rostro solo con un rayo o reflejo de luz en lugar de rostro...
(COLABORACIÓN DE: Paul, de Cusco)
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