jueves, 26 de marzo de 2009

Casas embrujadas de Chile: El Museo de Historia Natural



Historias tenebrosas se han contado desde hace mucho tiempo, referentes al Museo Nacional de Historia Natural de la Quinta Normal.


Historia del museo

En 1873 el congreso chileno autorizo al Presidente Federico Errazuriz Zañartu la construcción de un palacio destinado a exposiciones en el terreno ocupado por la Quinta Normal de Agricultura. El proyecto fue encargado especialmente al arquitecto francés Paul Lathoud, quien también dirigió la construcción. Terminado en 1875 -aceleradamente para acoger la exposición internacional de Chile-, fue a partir del año siguiente, sede del Museo de Historia Natural. Se sabe también a ciencia cierta que, en 1879, durante la Guerra del Pacifico fue utilizado como Hospital de Sangre. Después de retomar las funciones como museo, comenzaron a acumularse los testimonios, acerca de extraños fenómenos que suceden dentro de sus muros:


“Cuando Grete Mostny -la gran antropóloga, arqueóloga y fallecida directora del museo- se retiraba tarde del lugar, lo hacía con un estafeta que la auxiliaba, porque caminando en la oscuridad repentinamente chocaba con alas peludas. Eran murciélagos, porque al museo le instalaron luz eléctrica recién en 1970”, cuenta Teresa Varas, periodista museóloga y ex relacionadora pública de la institución.


“En 1975 escuché rumores sobre la existencia de ruidos y sombras que se deslizaban en el hall central que preside la gran ballena azul”. Se le preguntó a la doctora Mostny si eran verdaderos; “de esas cosas tan raras, yo no me pronuncio”, respondió la arqueóloga. Los ruidos, según aseguran testigos, provienen de un agujero en el suelo, ubicado detrás de la cola del esqueleto de la gran ballena, que ahora está cubierto por baldosas.


“Percibimos el frío que anuncia siempre la presencia de fantasmas, porque a esos seres las bajas temperaturas les facilitan su corporización, pero no los vimos. Lo que sí sentimos fue un fuerte golpe sordo y otros ruidos cuyo origen era desconocido”, informó el investigador paranormal Andrés Barros, quien investigó la existencia de fenómenos paranormales en el museo.


Sin embargo, antiguos funcionarios que aún trabajan en el museo, insisten que aún se escuchan los ruidos y se ven sombras inexplicables en el inmenso y vetusto edificio, donde reside la enigmática momia descubierta en el Cerro El Plomo.

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