lunes, 16 de febrero de 2009

Las Huaringas


Las Lagunas de las Huaringas o Huarinjas, es uno de los lugares más atrayentes y atractivos de la provincia de Huancabamba (Piura), ubicada en la cordillera de Huamaní, a 3,950 m.s.n.m. Concurridas durante todo el año, reciben visitantes del Perú, Ecuador, Colombia y otros países, que conocen de sus bondades esotéricas.

Huaringa, es palabra aymara, que significa Huari o líquido espeso, o también Dios de la Fuerza, en conjunción que el término Inga, su significado podría interpretarse como el agua o laguna del Inga (inca en español antiguo), o también el Dios de la Fuerza del Inca. La tradición esotérica, de esta parte del Perú, es milineria y así se desprende de las descripciones de los cronistas, y de viajeros que visitaron este lugar a través del tiempo.

Huaringas, es el complejo de lagunas que se distribuyen por toda la cordillera, aunque las más conocidas son las del Shimbe y la Laguna Negra. Para acceder a a estos lugares, debe hacerse acompañado de "los brujos", que son personas que se dedican al arte del curanderismo y que reciben el legado de generación en generación. Se dice que las aguas gélidas de las Huaringas, tienden propiedades curativas y a través de los ritos que desarrollan los brujos, se ha logrado curar de salud, males de amor y pobreza a miles de visitantes a través de todos los tiempos.

La laguna de Shimbe
Es la más visitada y también la más grande de todas las que se ubican en la cordillera de Huamaní. Según, Miguel Justino Ramírez -que ha escrito sobre Huancabamba-, expresa que en el archivo parroquial, existen manuscritos donde se le identifica a esta laguna con el nombre de Siviricucha. Tiene forma de semicírculo y su largo se presume es de seis kilómetros; aunque su profundidad es variable, puede llegar hasta los cien metros. Se encuentra a una altura de 3,818 metros sobre el nivel del mar.

De esta laguna nace el río que cruza la ciudad. Antiguamente se le conocía como Río Grande y hoy sólo como Huancabamba. Es de fácil acceso. Si se viene de otro lugar, paso obligado constituye la ciudad de Piura, de donde parten las unidades móviles que en ocho horas, transportan al viajero hacia la capital provincial. Muy rara vez, llegan visitantes con fines de investigación o fines únicamente de recreación y esparcimiento, aunque el medio ambiente lo permite. El fin fundamental que lleva a una persona a recorrer este singular paisaje, es el de buscar la sanidad que las formas científicas y modernas no lo han podido lograr.

Desde la ciudad, una trocha carrozable transporta al visitante hacia los caseríos de San Antonio o Salalá. El lugar está en relación al "brujo" o curandero responsable de conducirlos por estos misteriosos caminos y además circunstancial sanador de los problemas que ha llevado al visitante al lugar. Otros lugares de destino previo, pueden ser Jicate, Huancacarpa, Cajas, Yumbe, Huamaní, sin embargo el acceso se dificulta más.

La Laguna Negra
Es considerada como la Laguna Sagrada por excelencia. Es la preferida de los "brujos", aunque su acceso es muy dificultoso. Se encuentra a 3,957 m.s.n.m., y los burjos la utilizan para realizar sus operaciones, que consiste en el baño del "paciente", florecimiento y otros ritos que tienen que ver con el arte del curanderismo. Da nacimiento al río Quiroz. El paisaje de todo el complejo de lagunas es edénico. La flora y la fauna de la cordillera, el pasar sinuoso y variable de las nubes, el páramo que envuelve el ingreso, el sol que quema y que se esconde, dan ese halo de misterio que tanta atracción causa a los visitantes.

Las otras lagunas
Las Lagunas de las Huaringas comprenden toda una red de grandes y pequeños lagos que se ubican en la Cordillera de Huamaní. La del Shimbe es la de más fácil llegada, y laguna Negra, quizá es la de más difícil acceso, más no son las únicas, otras lagunas tienen méritos propios y sólo son visitadas por "brujos" que conocen la geografía de la cordillera, y que llegan con pacientes más difíciles de curar.

Entre las otras lagunas que se ubican en el denominado Complejo de las Huaringas, podemos mencionar, Las Arrebiatadas; del Pozo Claro y de las Arrebiatadas cuyas aguas contribuyen con la formación del río Quiroz y además se van a la cuenca del Pacífico; en sentido contrario al río Grande, cuyas aguas se desplazan hacia el Atlántico. En muchos casos, laguna tras laguna se alimentan entre sí, a través de hermosas cataratas, como sucede con la Condor-Huac, Peña Blanca, La Colorada, la Pampa Blanca del Corcovado y las Arrebiatadas.

Encontramos asimismo, las lagunas de Los Luceros o Palanganas Grandes, que tienen el agua irisada. La laguna de Los Relámpagos; la de los linderos de Sapalache; la de las Barbacoas, llamadas también de los Amarillos, por el color amarillento de sus aguas. La laguna del Toro, las Palanganas o Lagunas del Rey Inga, y en las cuales se cree que se bañaba el Inca. La laguna de los Patos y la de El Pozo Claro, son entre otras, repositorios naturales de aguas, que la cultura andina les atribuye virtudes curativas y que el mundo, con todos los cambios cibernéticos que ofrece, aún las mira como parte de una realidad que no fenece y que más aún se mantiene.

Propiedades medicinales de las lagunas
Periodistas de medios de comunicación televisiva, escrita o radial, en diversos tiempos, han destacado lo mítico de las lagunas y los poderes de sanidad que se les da. La práctica de la "brujería" o "curanderismo" como le llaman otros, es tan antigua como la población misma que puebla la provincia de Huancabamba. Visitantes ilustres como Antonio Raymondi, Humboldt, entre otros extranjeros y también escritores propios, han descrito las bondades de este prodigio de la naturaleza.

Los beneficios curativos que se le otorga a las Huaringas, no solo es a sus lagunas, es su variada y original flora, cuyos valores curativos son conocidos por los "brujos" o "maestros". Es conocida también la presencia de "brujos" de otras localidades del país y del extranjero, que concurren hacia los residentes en la Cordillera de Huamaní para iniciarse en los ritos y para perfeccionarse.

Miles y miles son las historias que se cuentan sobre las propiedades misteriosas y curativas de las Huaringas. El ritual comprende el baño en las aguas de las lagunas, que debe asumir todo el mal del cuerpo y del alma y dotarle de nuevas energías. El florecimiento es el complemento de "la mesada" que realiza el brujo en un lugar diferente a las lagunas, casi siempre cerca a sus viviendas. A veces el baño en las lagunas es primero y después "la mesada". Puede suceder lo contrario, todo depende del día y la hora de llegada a Huancabamba.

En Huancabamba, es donde se programan la visita hacia las Lagunas, contratando con el guía que los conducirá hacia el "brujo", "curandero" o " maestro", que se encargará del enfermo, paciente, turista o visitante. La partida hacia los caseríos de Salalá, o San Antonio es en horario nocturno o de madrugada, según se haya convenido. Si el viaje es en la madrugada dentro de dos horas se encuentran en los lugares mencionados para ser de inmediato, trasladados "a grupa de mula o caballo" hacia las lagunas para el baño y florecimiento.

Es de mencionar que el ingreso a las Lagunas, se hace en compañía del "brujo", quien tiene la facultad o el permiso de las lagunas para ingresar a ellas. Después del florecimiento, se regresa en el mismo medio de transporte hacia el caserío o campiña donde reside el "brujo" que normalmente sucede entre las cuatro o cinco de la tarde, procediendo a descansar para "la mesada" de la noche y que es la parte complementaria al baño de la mañana.

El ceremonial
El acto ceremonial, consta de dos partes: el baño y florecimiento en las propias aguas, para lo cual "el brujo" procede a ubicar en una parte de la orilla, sus aparejos que constan de piedras sagradas, artes metálicos, conchas, espadas, etc, que sirven para el florecimiento de los enfermos o visitantes. Después del baño, se realiza un acto de limpieza de todos los males del cuerpo y del alma, utilizando una daga o espada, procediendo el visitante a saltar y despercudirse de los males aires que lo aquejan.

En el baño se recomienda que se realice por reiteradas oportunidades, con la finalidad que el efecto sea mayor. En una primera vez, el agua es gélida que contrasta con el medio ambiente, pero al salir, el frío que puede acobardar a ciertos visitantes se aleja y más bien existe una sensación de calor y de nuevas energías que ingresan al cuerpo. De igual manera, para la “limpieza”, los curanderos recomiendan que el visitante, realice movimientos que extraigan los “malos vientos”, repitiendo mentalmente todos los deseos que lo hayan llevado hacia los 4 mil metros de altura.

Singular e inigualable es la experiencia que vive alguien que visita las Lagunas de las Huaringas, uno por el hermoso paisaje que se observa que nos sumerge en un mundo alejado de toda contaminación de tal manera que incluso hasta el aroma que se respira es de una naturaleza diferente a las vivencias de contaminación de las urbes.

El retorno hacia el caserío o campiña donde vive "el brujo", se inicia a partir de las dos o tres de la tarde, para llegar al lugar aproximadamente a las seis de la tarde, descansar y prepararse para la segunda parte del ceremonial.

En la noche, se realiza "la mesa" o “mesada”, y que se le conoce así, por la distribución que se hace de todos los bienes que usa el "brujo". Espadas, conchas, piedras preciosas, metales, varas de membrillo, tabaco, se conjugan con los perfumes, azúcar blanca, limas, que debe llevar el interesado. A decir de los "maestros", a mayor cantidad de perfumes que se lleve es mucho mejor, para el acto de florecimiento.

Al iniciarse la ceremonia, "el brujo", reza según oraciones que sólo él conoce y que forma parte de los misterios del rito. Posteriormente consume el Sanpedro o "huachuma" que es un alucinógeno que permite ingresar en trance. Ya en trance el "brujo" llama a cada uno de los participantes y formula preguntas, da a conocer sus videncias, según los factores que hayan influido en el paciente para ponerle trabas en su éxito personal o familiar.

También se realiza la limpieza con varas de membrillo y de metal, repitiéndose el rito de las lagunas. En la "mesa" también se consume la "huachuma" y se "shinga" el tabaco como parte de la limpieza del cuerpo y del alma. Al "shingar" por las fosas nasales, el alcohol mezclado con tabaco cruza las vías nasales causando vómito, recomendable, según los "brujos" para que salgan todas las impurezas del cuerpo.

Las labores del "maestro" son alternadas por un ayudante, que realiza normalmente limpias de los asistentes. Excepto que se contrate a un "maestro" en exclusividad, normalmente estas mesas se realizan con diez, veinte o más personas lo que demanda más ayudantes. Ciertos "brujos" realizan sus ritos ceremoniales en sus viviendas y al culminar el acto prefieren recibir los primeros rayos solares para “levantar la mesada”.

El retorno a las lagunas
Culminado el rito, se procede a desayunar comida sin ningún tipo de condimentos, actitud que debe mantenerse por uno o dos días seguidos. El baño con agua diferente, debe hacerse en igual tiempo con la finalidad de evitar se salga el efecto de los florecimientos. Quienes han visitado este lugar de poder, dan fe que es una experiencia inigualable. La armonía que existe entre la naturaleza y sus gentes, el paisaje que se muestra lejano y cercano, con sus múltiples colores, el amanecer andino, con el desplazar de sus nubes y el desvelamiento de un sol, que aún en el día se esconde y aparece, causando una hermosa emoción. Es obligatorio ir a las Huaringas con fe y respeto a las costumbres y tradiciones que se guardan celosamente a través de los siglos.

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