viernes, 20 de febrero de 2009

Las anacondas gigantes




La amazonía es aún un territorio plagado de misterios y leyendas; en sus bosques, lagos y ríos aún se mantienen ocultos centenares de secretos. Para la ciencia “oficial” y para la Criptozoología, la existencia de la anaconda gigante es casi un hecho indiscutido, y el hecho de que esta fantástica y aterradora criatura -de dimensiones muy mayores a la de las anacondas normales-, haya logrado hasta el día de hoy “eludir” a los investigadores, es considerado por el habitante común de la selva, como prueba de algo que ellos han sabido desde siempre: que es una criatura mágica, poseedora de todos los poderes que se les atribuyen a las criaturas primigenias.


Hagamos entonces un repaso a las creencias acerca de la anaconda gigante, vista desde la óptica del habitante de la amazonía, sus creencias y sus increíbles testimonios.


Al respecto de la denominada anaconda gigante, en la amazonía se cree que existirían tres tipos de serpientes gigantes: La "Sachamama" o boa de tierra, la "Yacumama" o boa del agua y la "coto mashaco" o boa de dos cabezas.

La "Sachamama"
Esta boa sería la "madre del monte" o "sachamama" en idioma quechua (sacha = monte; mama = madre). Estos grandes animales debido a su tamaño ya no podrían moverse y solo se dedicarían a dormir o hibernar durante largos años dentro del bosque, al extremo que podrían crecer, sobre su cuerpo, musgos, líquenes, hierbas y hasta pequeños arbustos.


Debido a su tamaño, a la dureza de su cuerpo y a la presencia de hierbas sobre su piel, el animal dormido y estirado en medio del bosque, se asemeja a un gran tronco caído, cuyos extremos no son visibles por la maleza del bosque.


Su tamaño descomunal no le permite accionar ágilmente para la captura de sus presas, razón por la cual usan un mecanismo de "hipnosis" para atraer a la víctima a sus grandes fauces y de esta forma alimentarse. Pero también podrían estar largos años sin comer.


Estos animales, arrojarían los huesos de sus víctimas cerca de la boca, razón por la cual se podría encontrar las osamentas en uno de los extremos del animal. Una persona podría darse cuenta de ellos si, al encontrar un tronco caído, revisa sus extremos y en uno de ellos encuentra un "montón de huesos".


Algunos testigos aseguran haber confundido a tal animal con un largo tronco caído; sobre el cual se sentaron y por casualidad machetearon su lomo, momentos en el cual pudieron reconocerlo porque del corte del machetazo, brotó profusamente sangre. Posteriormente el dolor de la herida despierta al animal, que retorciéndose se marcha a otro lugar.

La "Yacumama"
Este nombre correspondería a la segunda boa gigante pero de características acuáticas. Debido a su peso, el animal solo habitaría en el agua, siendo reconocida como la "madre del agua" o "yacumama" en idioma quechua (yaku = agua; mama = madre).

Una posible característica en común, entre la "sachamama" y la "yacumama", es la presencia de "orejitas" en la cabeza, la misma que se asemeja a la cabeza de un "caballo", de una "vaca" o de una "liebre". Esta boa seria la que le daría vida a las fuentes de agua (lagos, quebradas y ríos) y a los recursos que hay en ella. Su muerte o su huida causarían impacto negativo en estos ecosistemas al extremo que pueden secarlos, disminuir o extinguir los recursos hidrobiológicos.


Se le atribuye a esto coloso algunas características típicas, como su poder hipnotizador y a la generación de estruendosos rugidos en forma de explosiones, dentro del agua que ocasionan fuertes vibraciones en el suelo. Asimismo este animal estaría involucrado en la formación de fuertes oleajes en los lagos y los ríos; fenómenos que no pueden ser atribuidos a ningún otro ser conocido oficialmente.

Muchas desapariciones de personas dentro del agua de ríos y lagunas son atribuidas a esta bestia, razón por la cual es respetada y sobretodo muy temida.

El "Cotomashaco"
Es una extraña boa gigante de dos cabezas, cada una ubicada en un extremo del largo cuerpo. El animal vive trepado en los grandes árboles, a la espera de presas que se acerquen al árbol. Para cazar tiene una estrategia: se enrosca en el árbol y ubica una las cabezas en la corona del árbol y otra en el suelo, escondida detrás de los troncos o entre las raíces.

El "cotomashaco", imita el grito del "mono coto" o "cotomono" (Alouatta seniculus); esto hace confundir al cazador ("mitayero"), quien al pensar que es un mono lo busca para cazarlo; al llegar al lugar el "mitayero" se distrae mirando la parte alta de los árboles en busca del mono, instantes en los cuales es atrapado por la segunda cabeza de la bestia, que ubicada en el suelo atrapa a la victima que no se dio cuenta de su presencia.

Son pocos los casos de personas que habrían visto a esta animal; pero los testigos afirman que tiene el cuerpo color rojizo, que es arborícola y de grueso volumen. Tal afirmación también es común entre los poblados de la selva norte de Loreto y Ucayali.

Características físicas
Según la visión de los pobladores amazónicos, la boa gigante es un animal que puede alcanzar una longitud de 15 a 40 metros de largo, con un grosor similar al diámetro de un "cilindro o bidón de combustible" a más.

Cuernos en la cabeza
Varios de los testigos entrevistados y otros de los registrados en las fuentes bibliográficas aseguran haber visto a algunas de estas bestias con "orejitas", "cuernos" o "astas" en la cabeza. Asimismo afirman que la cabeza tendría forma de caballo, de toro o de liebre.

Su “poder hipnotizador”
La bestia tendría un poder hipnótico mediante la cual realiza la captura de sus victimas. Su tremendo peso le impide moverse con agilidad y para poder alimentarse, la boa ejerce una influencia de "imán" sobre las víctimas que pueden ser animales y personas.

Las víctimas no pueden huir de ese poder y el secreto para neutralizarlo, es cortando tal influencia con el filo de la hoja de un machete. Si una persona encuentra que la boa esta atrayendo a su víctima, debe cortar con su machete el "imán"; es decir propinar un fuerte machetazo al espacio de aire que está ubicado entre la boa y la víctima. Al realizar este acto, se notará claramente como la víctima, es lanzada con fuerza en sentido contrario a la influencia; como si se hubiera cortado un elástico invisible que lo estaba halando.


Testimonios y encuentros en el Perú, con serpientes gigantes

Historia de Hermelinda Saavedra en le Provincia de Tahuamanu:

-En esos años en que los bosques eran vírgenes, (aprox. 1932) Hermelinda Saavedra que tenía 9 años, se fue con su padrastro y sus dos hermanas a la carretera rumbo a Iñapari (Prov. del Tahuamanu), con la finalidad de ingresar a una zona donde habían podían cazar bastantes tortugas motelos (Geochelone). Salieron a las 7 am. y llegaron a las 10am, hasta un lugar donde había un tronco tirado en la carretera, el cual siempre estuvo ahí, desde mucho tiempo atrás. La gente que limpiaba la carretera siempre lo veía y no lo tocaban porque todos pensaban que era un simple tronco, pero lo curioso era que cada cierto tiempo se le notaba que se engrosaba cada vez más. Cuando llegaron al lugar, decidieron descansar y se sentaron en ese tronco caído, El padrastro se recostó sobre un lado del palo y las hermanas en el otro, Hermelinda estaba sentada en medio y con su machete decidió raspar la hierbita que había crecido sobre el tronco; luego le dio un machetazo mas fuerte y del corte brotó sangre; al ver esto la niña le gritó a su padrastro que salía sangre del tronco. El hombre se levantó de su reposo y corrió a ver lo sucedido, para comprobarlo le propinó un machetazo mas fuerte al tronco, de donde comenzó a salir gran cantidad de sangre. Al ver esto todos se asustaron y huyeron rápidamente del lugar, hasta volver al pueblo de Iberia, donde dieron parte al patrón, quien envió diez hombres armados para que fuesen al lugar donde estaba ese animal.


Los hombres que fueron a la caza, llegaron al lugar pero el tronco ya no estaba, se veía una tremenda huella como de 70 a 80 cm. de ancho que el animal había dejado en el suelo. Siguiendo la huella, los hombres constataron que el animal había bajado y luego subido dos pendientes, hasta descender en una tremenda cocha (laguna), a cuyas aguas se había introducido.


Cuando los hombres llegaron a la laguna, observaron que había bastantes patos; uno de los cazadores le disparó a uno, y en esos instantes comenzó a llover torrencialmente, formándose en el lago un fuerte oleaje que salio con fuerza a la orilla, obligando a que los hombres huyan del lugar. Antes pudieron notar que habían muchos troncos flotantes que consideraron eran boas en el agua. Cuando los hombres regresaron a Iberia eran las diez de la noche contaron lo sucedido y todos se quedaron consternados de la existencia de tales animales.

-Otra historia, que merece mención fue narrada por Juan Mayta, morador de la Cachuela (Prov. de Tambopata) Juan Mayta, narró que a la edad de 8 a 9 años, (por los años 1952), trabajaba por el sector de Kosñipata (Manu), transportando aguardiente de caña, en odres hechos de cuero de vaca forrados con brea. Un día él y su patrón, salieron de la hacienda, con 14 mulas, mas un caballo, que era jalado por Mayta, quien iba adelante de la caravana. Habrían caminado unos 20 metros, cuando observó un grueso palo caído, que impedía su paso; al ver esto, él gritó: "papàaaa, palo, palo…………", (le decía papá al patrón); el patrón contestó: "……………………que carajo; hala, hala, carajo…….."; "……No puedo; hay palo…….."; entonces como ellos siempre andaban con hacha y machete, usaron tales herramientas para golpear al tronco, pero el hacha rebotó; al ver esto le arrojaron una piedra, pero también rebotó; entonces el patrón asustado le dijo: "………esto no es palo, regresemos a la hacienda……"


Al llegar a la hacienda convocaron al personal y regresaron hasta donde estaba el tronco; cuando lo examinaron bien, se dieron cuenta de que era una inmensa boa, tirada en el suelo. Los asustados obreros inmediatamente le arrojaron dinamita que mato al animal. Los hombres despellejaron a la bestia y regresaron trayendo varios trozos de carne, su tamaño fue estimado en alrededor de 20 metros. Según manifestaron los pobladores del lugar, el animal era buscado desde hace algún tiempo atrás, porque devoraba vacas y caballos; asimismo dijeron que ese era el macho y que la hembra faltaba ubicar.

-Una historia, que fue narrada por el señor Santiago Durand, morador de la comunidad de Infierno, asegura lo siguiente: Por lo años 1973, el señor Santiago Durand, mientras se encontraba al interior de una quebrada de aguas negras, por el río de La Torre, junto con sus hijos, observó una inmensa boa que medía aproximadamente entre 70 a 80 metros, la cual luego de observarlo y olfatearlo con su lengua, regresó al interior del monte. Posteriormente Durand le narró, lo observado a un tal Vivanco, quien vivía en la boca de La Torre. Luego Vivanco se lo narró a José Mariche, quien no creyó lo acontecido y tildó de mentiroso a Durand.


Pasado de 2 a 3 años, Mariche y su hijo decidieron ingresar al mismo lugar donde estuvo Durand, en busca de una colpa donde realizar cacería (Mitayo). Una mañana Mariche ingresó solo al bosque para cazar un paujil; mientras caminaba observo un conjunto de avispas o ronsapas que revoloteaban alrededor de algo; esto le llamó la atención y se acercó a observar; al llegar se dio con la sorpresa de que era una inmensa boa, que estaba durmiendo y enrollada, con la cabeza colgando hacia el suelo. La bestia era muy igual a la que había observado Santiago Durand anteriormente.

Según se calculó la boa enrollada alcanzaba una altura de casi 10 metros. Asustado Mariche regresó al campamento y le dijo a su hijo para retirarse del lugar; pero éste último quiso ver al animal y se fue al bosque. Al llegar al sitio señalado por su padre, pudo observar a la boa igual como su padre le mencionó. Al verlo se asustó y regresó calladito a donde estaba su papá y juntos se retiraron rápidamente del lugar, a donde nunca más volvieron. El animal tenía la cabeza semejante a la de un caballo, con unas orejitas puntiagudas y con el cuerpo de color opaco, como el color de la tierra.

El mismo Santiago Durand narra lo siguiente:


-Por los años 1998 a 1999, un "mitayero" (cazador) que ingresó a cazar al interior de un bosque cerca de la quebrada Malecón que desemboca al lago Báez, por el sector de Alegría, encontró una gigantesca boa. Al ver esto, el hombre asustado salió del boque y fue a dar parte a la compañía del ejército acantonada en el poblado de Alegría.


El Teniente de la compañía, no le creyó y le increpó que no debía mentir, pero el hombre insistió y el teniente ordenó a 12 soldados que lo acompañaran a buscar al animal.


Ingresaron al bosque y encontraron a la bestia que estaba durmiendo, enrollada sobre el suelo y con la cabeza colgando. Los hombres le dispararon, pero no se le acercaron por temor a su reacción mientras estaba moribunda. El teniente ordenó retirarse y volver al otro día muy temprano. Al siguiente día regresaron y encontraron al animal muerto. Los soldados se acercaron y lograron medir a la bestia que alcanzaba los 84 metros de largo. Los soldados extrajeron su cuero, pero no se sabe que pasó con el mismo; aunque se piensa que lo enviaron a Lima. El animal tenía la cabeza parecida a la del caballo y con orejitas puntiagudas.


Existen algunas historias de algunas personas que han visto parte o la totalidad del cuerpo de este animal en los grandes ríos y lagos de la Región. Al respecto la siguiente historia me fue narrada por un testigo presencial de un extraño acontecimiento:


-Aproximadamente en 1983, Exequias Pérez, quien actualmente tiene 69 años, junto con su esposa y sus dos hijos, estaban trabajando minería, en una playa del sector de Tres Islas (Tambopata)

Una mañana, su esposa se encontraba en la orilla pescando, y los otros habían dejado de trabajar para tomar el desayuno; antes de hacer lo mismo Don Ezequias, decidió ir a la orilla del río a revisar la "tolba" (parte de un vehículo flotante diseñado para extracción de oro); mientras lo hacía pudo observar con asombro que del agua, emergió un tremendo y extraño objeto; parecido al lomo de un enorme animal de color oscuro, que se curvó en medio del río; y que al hundirse en el agua originó un oleaje que se dirigió rápidamente a la playa llegando a impactar contra la "tolba", a una distancia de 100 metros. La esposa, que corrió del lugar, junto con los hijos, también fueron testigos de tal fenómeno. El objeto, que todos los testigos consideran fue un animal, se sumergió en el río y no volvió a salir. Según narra nuestro testigo, el lomo de tal animal tendría 10 metros de largo y 1,5metros de alto; el cual pudo ser observado por algunos segundos. El oleaje que se formó habría tenido una altura de 2 metros.


Posteriormente se enteró, de que unos buzos que ingresaron al fondo del río de ese lugar, manifestaron haber observado una bestia en unos de los muchos socavones que hay en el fondo del río. Según comentaron, cuando ingresaron las "dragas" (vehículo flotante diseñado para extracción de oro) para trabajar extrayendo el oro, generaron mucho ruido e impactos que los remolinos, que siempre se formaban en el lugar, se trasladaron más abajo del curso del río; como si el animal se hubiera retirado del lugar.

Al respecto del supuesto poder hipnótico de estas criaturas, se tiene la historia de Hernán Aguirre un morador de la Cachuela en las afueras de Puerto Maldonado (Prov. de Tambopata) quien recibió información de un testigo presencial de apellido Amasifuén:


-Amasifuén, primo de Aguirre, le confió que en el mes de Febrero del 2003, en el lugar de Rompeolas, mientras estaba pescando en un pozo, escuchó el grito de una señora y cuando él, junto con el marido de la señora corrió al auxilio, vieron a un animal con su tremenda boca abierta y a la señora que no podía huir de ese tremendo animal, la cual tirada en el gramalote trataba de huir, pero se dirigía hacia atrás en dirección a la boa. Al ver esto, el marido corto al aire con el machete y la mujer salió disparada. El tremendo animal una boa que estaba atrayéndola a su boca.

Sobre desapariciones atribuidas a la boa gigante se tiene la siguiente narración:

-En 1990, en el sector de Rompeolas, se produjo un accidente extraño que fue atribuido al posible accionar de una boa. En ese año un grupo de estudiantes de una escuela pública de la ciudad de Puerto Maldonado, decidieron, junto con sus profesores realizar un paseo a dicho sector para bañarse en la playa, ya que era meses de sequía, período donde se forman las playas en los ríos. Los estudiantes estaban dispersos en la playa y un grupo de niñas había decidido apartarse junto con otras amigas del grupo central. Ana Beltrán fue una de las testigos presénciales, quien formó parte de ese grupo que se apartó. Una de las compañeras de Ana, había ingresado sola al agua, mientras las otras distraídas por el juego, permanecieron en la orilla. Al rato Ana escucho que la chica, gritaba desesperada del agua, pidiéndole auxilio: "…Ana. Anita. Ayúdame, algo me esta jalando…" y manoteaba en el agua desesperada como si algo en realidad le jalaba dentro del agua. Ana corrió para ayudar a su amiga, pero todo fue inútil, impotente pudo observar como la niña desaparecía dentro del agua. Pese a todos los esfuerzos por buscarla, la víctima nunca fue encontrada.

Sobre historias acerca de extraños objetos en la noche atribuidos a la presencia de la boa gigante se tiene la siguiente narración:


-Una noche del año 1939, Antonio Rodríguez, Elías Izquierdo y Eduardo Góngora, se encontraban pescando en el río Madre de Dios (Prov. Tambopata), cuando ya habían colocado su lineada (nylon de pescar) y sus empates (carnada), y se preparaban para amanecer pescando en el lugar, oyeron un fuerte ruido en la misma corriente, de donde se elevó un inmenso objeto parecido a un barco lleno de luces, emitiendo sonidos como de una campanilla. Al ver esto cogieron sus canoitas y dejando sus cosas, se retiraron remando rápidamente y mientras huían vieron claramente al bulto que salió del agua con luces, el cual se quedó flotando sobre el agua.

Otro fenómeno extraño ocurrido en el Lago Valencia también es atribuido a la existencia de una boa gigante:


-Alfredo Vera Burga, antiguo morador del Lago Valencia (Prov. de Tambopata), quien afirma haber sido testigo al igual de otros moradores en año anteriores de un objeto largo y voluminoso que flotaba en un extremo opuesto del lago. Tal objeto que reflejaba un color blanquecino aparecía todas las tarde como a las 4 pm. y se volvió algo común de observar que todos atribuían que era una boa que salía a la superficie. Consternados por tal suceso un grupo de moradores decidió embarcarse en dos botes y a tratar de acercarse al objeto para observarlo de cerca. Cuando ya estaban casi cerca del objeto, vieron que éste era de gran tamaño, a alguno de ellos, principalmente al motorista les entró el pánico y decidieron retroceder.

-En marzo de 1947, una expedición brasileña del Servicio de Protección de los Indios se encontraba en una zona pantanosa entre los ríos Manso y Cristalino. De pronto, vieron una enorme serpiente dormida sobre la hierba y le dispararon varias veces hasta matarla. Según contó luego uno de los expedicionarios, el pintor francés Serge Bonacase, el reptil medía nada menos que 70 pies (23 metros)". Junto con el pintor francés, habían cerca de 20 hombres y la historia fue citada por Bernard Heuvelmans quien considera que el animal era de menor tamaño, algo de 65 pies

-Avencio Hidalgo, en su libro "Así es la selva" (1979), hace referencia a una serie de personajes que como exploradores tuvieron avistamientos con estos ofidios gigantes: (20metros) de longitud.


"Algunos exploradores como Up de Graff, nos han dejado relatos de haberse encontrado con especimenes mayores de 20 metros; el P. Víctor Heinz, alemán , testifica que vio ejemplares de mas de 20 metros que le estropearon su bote y se lo redujeron a pedacitos (año 1922); Le Conte señala uno de 22 metros en el Amazonas; la comisión mixta peruano-brasileña cazo un de 25 metros en las cochas del Bajo Putumayo; en el Fuerte Abuña del río Guaporé, afluente del Madeira, fue muerta el año 1948 una boa que medía 35 metros de largo, 75cm. de diámetro y pesaba 400 kilos; Raymundo Lima en 1950, vio cerca de un faro del Río Nahamunda otro monstruo que no pudo medir por lo avanzado de la hora, pero que a juzgar por la carta que le escribe el Dr. Lorenz Hagenbeck, director del Jardín Zoológico de Hamburgo, el 6 de julio de 1950, debía tener dimensiones superiores a la anterior.


-Finalmente, el año 1933, los guardias aduaneros de la frontera Brasil-Bolivia del río Oyapok se vieron atacados furiosamente por un monstruo al que redujeron a la impotencia y mataron después de disparar 500 tiros de ametralladora: esta boa medía 40 metros de largo, 80cm. De diámetro y pesaba 5000 kilos".


Los avistamientos más antiguos

-"Todavía en el año de 1880 subsistía entre los pobladores del vecindario del lago de Tota en la población de Curitiva, la tradición de 'un monstruo negro que vivía en las encantadas aguas de la laguna'. Los cronistas de la Colonia nos traen datos referentes al lago de Tota y al monstruo que allí habitaba.


El insigne obispo Piedrahíta nos dice: 'Tan deleitoso es el Nuevo Reino ( de Granada ) que apenas se imaginará deleite a los sentidos que falte en la vecindad de sus países. Refiérese de ella ( la laguna de Tota ) que a tiempos descubre un pez negro con la cabeza a manera de buey y mayor que una ballena.


Quesada dice que en sus tiempos lo afirmaban personas de gran crédito y los indios decían que era el demonio, y por el año de seiscientos y cincuenta y dos, estando yo en aquel sitio, que refirió haberlo visto, Doña Andrea de Vargas, señora de aquel país." Nota: Queda la duda de si "Quesada" es Don Gonzalo Jiménez de Quesada quien conquistó la zona de Bogotá en el año 1537.

-En 1953 en el Alto Amazonas, una expedición localizo y abatió a dos monstruosos ofidios, que causaban terror en la región. Las fotografías, publicadas en el diario “El Mundo Argentino”, mostraban a los cazadores detrás del cadáver de una de las serpientes, cuyo grosor les llegaba a la cintura. Eso suponía un tamaño tan enorme que la cabeza de uno de estos monstruos alcanzaría unas proporciones superiores al tamaño de un hombre.

-El sacerdote Victor Heinz, tuvo dos encuentros con estas boas en el río Amazonas. El primero fue el 22 de mayo de 1922, cerca del pueblo de Obidos, a casi treinta metros de distancia vio una enorme serpiente llevada por la corriente. La tripulación dejó de remar, temblando de miedo ante las enormes dimensiones del animal: unos 25 metros de longitud y un grosor similar al de un barril de aceite. "Cuando estuvimos suficientemente lejos, mis remeros recuperaron el habla, me dijeron, asustados aún, que aquella serpiente nos hubiera aplastado como a una vulgar caja de cerillas a no ser por la feliz coincidencia de que en esos momentos se encontraba haciendo plácidamente la pesada digestión de algún buen banquete de peces".


Unos años después, el 29 de octubre de 1929, el religioso se encontró de nuevo con otra serpiente gigante en el mismo río, a la boca del Río Piaba, cerca de Alemquer. Era cerca de medianoche cuando vio que sus remeros, aterrorizados, bogaban hacia la orilla gritando que había un enorme animal, "En ese momento vi que se removían las aguas como si estuviese pasando a nuestro lado un enorme barco de vapor y observé, a unos metros por encima del agua, dos luces verde azuladas parecidas a las luces de posición de un barco fluvial". Cuando intentó tranquilizar a sus hombres diciéndoles que se trataba de un buque y que apartasen la canoa de su trayectoria, éstos le respondieron que se trataba de una serpiente gigante. El padre Heinz se quedó petrificado por el terror al darse cuenta de que las luces eran dos ojos fosforescentes que se dirigían hacia su embarcación a una velocidad diez o quince veces mayor que la de una canoa.


Cuando parecía que iba a embestirles, el monstruo esquivó la barca y vieron cómo se dirigía de nuevo al centro del río. En ese momento pudieron comparar el brillo fosforescente de sus ojos con el de una lámpara de petróleo que alguien agitaba al otro lado de la orilla. Era evidente que la luz que desprendían los ojos de ese ser era muy diferente a la de una lámpara. Más tarde, los habitantes de la zona le comentaron al religioso que en aquel río habitaba una "sucuriju" gigante.


Interesado tanto por sus propias experiencias como por las historias que le llegaban de otros testigos, el padre Heinz, protagonista de los dos encuentros con estos monstruos en el río Amazonas, le envió al director del zoológico de Hamburgo el relato de sus observaciones junto a dos fotografías. Una había sido realizada en 1933, por funcionarios de la Comisión de Fronteras de Brasil, que afirmaban haber matado al animal con ráfagas de ametralladora. Según su testimonio, la bestia era tan grande (muy por encima de los 90 metros de longitud), que cuatro hombres no hubiesen podido cargar su cabeza, y que destrozó arbustos y pequeños árboles al caer abatida.

-Otra fotografía fue realizada en 1948 y mostraba los restos de una serpiente que se introdujo en las instalaciones del Fuerte Abuna, en el territorio de Guaporé, en Ecuador. Para conseguir matarla los militares emplearon una ametralladora que realizó al menos quinientos disparos, un gasto justificado si se tiene en cuenta que al medirla resultó alcanzar los 35 metros de longitud. Como en el caso anterior,, no se conservaron los restos, porque el calor tropical provocó la rápida descomposición del cuerpo.

Unos meses después, en julio de 1930, el comerciante Reymondo Zima, que vivía en la pequeña población de Faro, a orillas del río Jamunda, se encontró con otro de estos enormes reptiles, que debió encontrarse herido, ya que sólo le brillaba un ojo en la oscuridad de la noche. Durante unos minutos interminables, la bestia estuvo rodeando a gran velocidad la embarcación del asustado comerciante, levantando unas olas tan grandes que estuvieron a punto de hacerla zozobrar pese a que medía 13 metros de eslora.


-Años después, en 1948, un hombre llamado Pablo Tarvalho aseguró que una serpiente gigante había seguido a su lancha durante un tiempo. Según el testigo, la bestia, que había llegado a estar a menos de 300 metros, tenía un tamaño fabuloso: (150 pies ) ¡50 metros!. Según otro articulo el hecho habría sucedido cerca del mismo lugar donde R. Zima tuvo su encuentro


-El padre Protesius Frickel se encontraba predicando en una misión en las orillas del curso superior del río Trombetas y pudo ver la cabeza de una serpiente gigante reposando sobre la orilla. El sacerdote desembarcó y se acercó cautelosamente hasta llegar a sólo «unos seis pasos» del animal, que estaba sumergido en el río. Sólo sobresalía del agua una pequeña parte del cuerpo y su cabeza, en la que se podían ver unos ojos «grandes como platos», según declaró el religioso.

-El mayor Percy Fawcett, cuenta en sus memorias, "Exploration Fawcett", que en la primavera de 1907, mientras navegaba por el Río Negro, apareció frente a ellos la cabeza triangular y buena parte del cuerpo de una enorme anaconda. El animal se dirigió rápidamente hacia la orilla, pero el explorador, tuvo tiempo de realizar un disparo con su fusil. La serpiente llegó agonizante a la orilla del río, donde Fawcett la pudo examinar detenidamente. "El animal se encontraba medio muerto pero su cuerpo aún estaba sacudido por violentos estertores", escribió el explorador, que estimó en 14 metros la parte del animal que se encontraba fuera del agua, mientras que dentro quedarían otros 05, lo que supone 19 metros de largo. La bestia no era muy gruesa, sólo 30 centímetros, tal vez porque llevase mucho tiempo sin comer. Fawcett dijo también que el animal desprendía un fuerte hedor y que al intentar cortar un trozo de su piel, para llevársela como trofeo, resultó que el animal no estaba muerto todavía y comenzó a convulsionarse más, por lo que desistió de su intento.

-En 1846, George Gardner menciona que vio un Sucuriju muerto en las tierras de un Senhor Lagoeira, que medía 33 pies largo (10m).

-El 27 de septiembre del año 1930, Joao Penha había visto también una anaconda gigante, en el Río Iguarape. Esta serpiente, tenía los ojos luminosos, era inmensamente fuerte, pero Penha no proporciona una estimación del tamaño.

-En 1933, la Comisión de los límites Brasil-Colombia afirmó que una anaconda de casi 90 pies de largo (27 m) fue cazada en las orillas del Río Negro. Una fotografía también fue proporcionada.


-Otra fotografía apareció en 1948. Una anaconda de 100 pies de largo (30,5 m), fue cazada en el Fuerte Tabatinga, en el Río Oiapoc. La fotografía, sin embargo, no permite determinar si la serpiente realmente era de la longitud citada.


1 comentario:

  1. es cierto mi abuelo cuenta que vio una serpiente de 80 metros de longtud y que despues se sumergio en el agua

    ResponderEliminar