domingo, 14 de octubre de 2018

Galería Nader en Haití: Vudú a todo color


Una de las primeras referencias que se tiene de Haití es su apego al vudú, creencia ancestral que vino en barco de África, especialmente de Benin, en las mentes de los negros esclavizados.

Se dice que en Haití el 90 por ciento son católicos, pero el ciento por ciento practica el vudú y eso también se refleja en el arte. Espíritus, símbolos, secretismo se entretejen en las obras, con una clara alusión a esta cosmogonía que marca la manera de entender y enfrentar la vida.

Acercarse a la plástica es también recorrer la historia nacional, de la mano de colores estridentes, figuras y fondos sin perspectivas, deidades, espíritus, misticismo y simbolismo.

Para George Nader, descendiente de una familia libanesa instalada en Haití desde la década de 1920, el vudú resulta el eje central del arte en el país.

La galería y la fundación del mismo nombre albergan unas 14 000 pinturas, de los artistas más influyentes, muchas de ellas restauradas luego del terremoto de 2010 que sepultó el principal espacio expositivo familiar.

Allí conviven los cuadros de profusos creadores como Philomé Obin, Héctor Hyppolite, Bernard Séjourné y Wilson Bigaud, quienes construyeron la plástica nacional desde lo naif, corriente artística caracterizada por la ingenuidad y el primitivismo.

También las nuevas tendencias, más cercanas al arte contemporáneo en la región y que dialogan con el abstraccionismo, las líneas suaves, las transparencias, pero fieles a la explosión del color y el vudú que singulariza el arte nacional.

(FUENTE: prensa-latina.cu)

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