domingo, 16 de septiembre de 2018

Descubren por qué algunas personas creen en falacias


Nuestras convicciones muchas veces son perversas: nos llevan a mantener creencias y opiniones que no sólo no son evidentes, sino que también son contrarias a la razón y a la evidencia científica. 

Es una cuestión que ha intrigado desde siempre a los científicos: ¿por qué hay gente que cree por ejemplo que la Tierra es plana? ¿O que el cambio climático es una falacia? ¿O que el mundo es víctima de una gran conspiración? Investigadores de la Universidad de California en Berkeley han desvelado el misterio. 

Han descubierto que las creencias de las personas son susceptibles de reforzarse en función de las reacciones positivas o negativas que suscitan en los demás, ya se trate de una opinión, una acción o una interacción. Estas reacciones del entorno pesan más en determinadas personas, o en determinados momentos de su vida, que la lógica, el razonamiento o los datos científicos. 

Los resultados de este trabajo, publicados en la revista Open Mind, indican que la retroacción, mucho más que las pruebas concretas, refuerza el sentimiento de certeza en la gente cuando descubre algo nuevo, intenta diferenciar el bien del mal, o lo verdadero de lo falso. 

Aprendizale limitante 

Los investigadores consideran que este descubrimiento arroja nueva luz sobre la forma en la que las personas muchas veces tratan la información que cuestiona su visión del mundo. Su conclusión pone de manifiesto que algunos hábitos de aprendizaje pueden limitar los horizontes intelectuales de una persona. 

Según señala uno de los autores de esta investigación, Louis Marti, en un comunicado, “si piensas saber algo más de alguna cosa, aunque sea falsa, estás menos predispuesto a explorar a fondo la cuestión, y nunca sabrás hasta qué punto sabes poco del tema”. 

Esta dinámica cognitiva influencia todos los ámbitos de la vida, ya sea real o virtual, y se refleja también en las redes sociales, los sitios de Internet y los medios de comunicación. Explica, según los investigadores, por qué algunas personas son convencidas fácilmente por otras que basan su discurso en frases hechas y no justificadas. 

Los investigadores destacan que una persona lógica basa la calidad de su discurso sobre observaciones acumuladas a lo largo del tiempo, pero también por la reacción que suscita en su entorno social. 

"Si usamos una teoría disparatada para hacer una predicción correcta un par de veces, podemos quedar atrapados en esa creencia y no estar interesados en reunir más información", señala la autora principal del estudio, Celeste Kidd. 

Si el objetivo es llegar a la verdad, señala Marti, la estrategia de usar las reacciones del entorno para juzgar una situación no es una buena. Es preferible basar nuestras convicciones en la información que hemos reunido sobre una situación y en el razonamiento para confirmar el rigor de las fuentes consultadas.

Buscando a Daxxy 

En el estudio participaron más de 500 adultos que fueron seleccionados a través de una plataforma de Internet. Durante el experimento, observaron diferentes combinaciones de formas de colores en las pantallas de sus respectivos ordenadores. Los participantes tenían que identificar una combinación concreta de colores llamada “Daxxi”, en realidad un objeto imaginario inventado por los investigadores para el experimento. 

No tenían pista alguna para identificar a Daxxy, por lo que tenían que adivinar los colores que la componían. En total observaron 24 formas diferentes de colores y recibieron comentarios sobre si habían acertado. Después de cada ejercicio, debían señalar si estaban seguros de su respuesta. 

Los resultados mostraron que los participantes siempre basaron su certeza de que habían identificado correctamente un Daxxy en las últimas cuatro o cinco suposiciones, en lugar de en toda la información que habían reunido. 

Según explican los investigadores, durante el experimento tenían que aprender qué era un Daxxy, pero en vez de usar la mayor parte de lo que aprendieron para identificarlo, basaban su certeza en la suposición, más que en lo que habían aprendido. 
 “La certeza de un alumno ideal se basaría en las observaciones acumuladas a lo largo del tiempo, así como en la retroalimentación”, concluye Marti.

(FUENTE: tendencias21.net)

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