sábado, 10 de febrero de 2018

La controversia sobre el poder de la mente


Las películas de ficción o de terror nos han habituado a considerar que la mente humana es enigmática. ¿Está el hombre dotado de un poder psíquico que no utiliza?


El estudio de los “poderes psíquicos” del ser humano cobró una inusitada relevancia después de la Segunda Guerra Mundial. Fue entonces que nació la parapsicología, un saber paralelo que postula que el cerebro tiene facultades extraordinarias no reconocidas por la ciencia oficial.

Parapsicología es un término que proviene del griego ‘para’: “junto a”, ‘psico’: “mente” y ‘logía’: “estudio”. La clave está en el prefijo (para) que indica que trata de algo que va más allá de lo corriente.

Los cultores de este saber parecen demostrar que todo ser humano podría percibir los objetos a distancia o a través de los muros (visión remota), influir en los movimiento de los objetos sin tocarlos (telequinesis), proyectar sus pensamientos y sentimientos en el sistema nervioso de otros ser humano (telepatía), o conocer el porvenir (profecía).

También se postula que el ser humano tendría la capacidad de encontrar personas desaparecidas, sin conocerlas o haberlas visto, teniendo como referencia un objeto de la persona o una foto suya (clarividencia).

Además podría estar en diferentes lugares al mismo tiempo (bilocación o multilocación), podría comunicarse con los espíritus (mediumnidad), tener percepción de eventos antes de que ocurran (precognición) o percepción de eventos pasados (retrocognición).

Otras habilidades inexploradas de la mente, según la parapsicología, se relacionan con la capacidad de obtener una visión de una situación a través de un proceso oculto (adivinación), con la capacidad de flotar en el aire (levitación).

La parapsicología es un movimiento mundial que ha tenido un amplio desarrollo, cuenta con centros de estudios en todos los países, y ha hallado en el cine y en la literatura fantástica aliados extraordinarios de propaganda.

Sus cultores parten del supuesto de que el conocimiento humano ha avanzado en todos los planos, sobre todo la conquista externa de la naturaleza, pero se ha estancado en el hombre interior, un terreno todavía inexplorado.

Sostienen que hay fuerzas mentales naturales ignoradas por la llamada psicología científica, la cual  seguiría encerrada en la “superstición positivista” heredada del siglo XIX.

A la psicología le hace falta una revolución, reclaman los parapsicólogos, para quienes en el hombre subyacen poderes mentales extraordinarios y desconocidos, que el día que sean dominados producirán una transformación de la humanidad.

Pero la llamada “comunidad científica” considera que no existe evidencia que apoye el conjunto de creencias que incluye el saber relativo a los fenómenos psíquicos paranormales.

Desde allí la parapsicología se vincula a la “charlatanería” que abunda en el espeso mundo del ocultismo y de las falsas ciencias que pululan al margen del pensamiento racional.

El científico Mario Bunge, por caso, incluye a la parapsicología dentro de un “montón de macanas que se venden como ciencia”, junto a la alquimia, astrología, comunismo científico, grafología, ovnilogía y el psicoanálisis.

Según Bunge, estas “seudociencias” reúnen algunas características comunes: invocan entes inmateriales o sobrenaturales inaccesibles, son crédulas (no someten sus especulaciones a prueba alguna), son dogmáticas (no cambian sus principios cuando fallan), rechazan la crítica y sus principios son incompatibles con algunos de los principios más seguros de la ciencia.

(FUENTE: eldiaonline.com)

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