domingo, 10 de diciembre de 2017

La daga que apareció en la tumba de Tutankamón está forjada con hierro de meteorito, y ahora sabemos porqué


Cuando los expertos en metalurgia analizaron la daga que Howard Carter encontró en la tumba del faraón Tutankamón, descubrieron que no era de este planeta. Se había forjado con hierro proveniente de meteoritos. Resulta que no es la única, y un grupo de científicos acaba de descubrir por qué.

La daga de Tutankamon no es el primer objeto confeccionado en hierro de meteorito. Hacia el año 3200 a.C., a finales del período predinástico del Antiguo Egipto, dos jóvenes fueron enterrados con collares cuyas cuentas también estaban elaboradas con hierro procedente del espacio. Es el objeto de este tipo más antiguo que se conoce, pero hay más. Muchos más.

Un grupo de investigadores franceses del Centro Nacional de Investigaciones Científicas (CNRS por sus siglas en francés) tiene una interesante teoría sobre por qué hay tantos objetos hechos con hierro de meteorito en la edad de bronce. La razón es tan simple como ese era el único hierro que eran capaces de trabajar los artesanos de la época.

Para entender esto hay que entender la época de la que proceden los objetos. Todos ellos se forjaron en plena edad de Bronce. El ser humano aprendió a alear el cobre para forjar bronce hacia el año 3.300 antes de Cristo. Fundir menas de hierro requiere altísimas temperaturas, y esa tecnología no comenzó a extenderse hasta unos 2.000 años más tarde. El hierro procedente de meteoritos es mucho más manejable que las menas existentes en la Tierra. Eso y el hecho de que cayera del cielo era suficiente para convertirlo en uno de los metales más raros y valiosos de la época.

Para comprobar su teoría, los investigadores han analizado mediante espectrografía de Rayos X diversos objetos de la edad de Bronce hallados en Egipto, Siria, China o Turquía, entre ellos la daga de Tutankamón, piezas de joyería, otra daga y cabezas de hacha. Determinar si estos objetos están confeccionados con hierro proveniente de meteoritos es sencillo porque el hierro procedente del espacio tiene una firma química muy concreta, con abundantes trazas de cobalto y níquel que el hierro terrestre no tiene.

Los resultados fueron positivos. Todos los objetos de la edad de bronce confeccionados con hierro provienen de hierro meteórico. Las armas y herramientas de hierro terrestre no llegaron hasta bien entrado el año 1.200 antes de Cristo. Se trataba, en definitiva, de una necesidad técnica con no pocas dosis de superstición hacia aquél material legendario caído del cielo.

(FUENTE: es.gizmodo.com)

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