jueves, 31 de agosto de 2017

Por qué se hace menos el amor que antes


El acto sexual libera en nuestro cuerpo una cascada de hormonas que nos provocan placer, felicidad y apego, pero también interactúan con diversas funciones corporales. Multitud de estudios científicos han mostrado las bondades para nuestra salud de hacer el amor, una actividad que nos protege de patologías tan dispares como las enfermedades cardiovasculares, la osteoporosis o la demencia.

Además, una investigación elaborada en la Universidad de Princeton y publicada en la revista ‘PLOS ONE’ mostró que el sexo estimula el crecimiento de neuronas en el hipocampo, la parte del cerebro responsable de la memoria y el aprendizaje, es un analgésico natural, aleja la depresión y el estrés y nos hace felices, entre otros muchos beneficios. Entonces, ¿por qué cada vez lo practicamos menos cuando parece que estamos en una época en la que es más fácil conseguirlo que nunca? Internet, numerosas ‘apps’ de citas que aparecen cada día y permiten a la gente programar sus encuentros con solo un click en sus teléfonos… un abanico de grandes posibilidades.

También están las parejas comprometidas que tienen la “seguridad” de tener sexo cada noche, una supuesta ventaja de los noviazgos o matrimonios y que a pesar de de esa facilidad de accesibilidad, ¿por qué lo hacemos menos en comparación con hace 20 años?

Un estudio estadounidense publicado en marzo en la revista ‘Archives of Sexual Behavior’ descubrió que los adultos americanos tienen menos sexo que hace dos décadas. El análisis de los datos va de 1989 a 2014 y también mostró que la frecuencia de las relaciones sexuales entre las personas casadas ha experimentando una drástica disminución en comparación con los solteros o las parejas no casadas. La investigación demuestra una caída generalizada en las actividades sexuales a través de la raza, género, región, estado laboral y nivel de educación.

Los datos, obtenidos de la encuesta general nacional, demuestran como el promedio de relaciones en los adultos es nueve veces menos al año que a principios de 2010 en comparación con los que se hicieron a finales de 1990. El estudio sugiere que este descenso no está relacionado con las horas de trabajo prolongadas o el aumento del uso de la pornografía.

Muchas parejas admiten que prefieren desconectar con el móvil a tener sexo, ya que ahorran energía rápidamente

“Muchos padres sienten que ya han hecho unas 50 cosas que no querían hacer ese día, como madrugar, lidiar con los berrinches de los niños… por lo que añadir sexo al menú, a veces es demasiado”, comenta la psicóloga Samantha Lutz a la CNN. “Así que nos dirigimos a cosas como Netflix para relajarnos, lo que conduce a una gratificación inmediata con cero energía gastada”, añade.

Amanda Pasciucco, terapeuta licenciada en familia y matrimonio comentó que “otra razón podría ser que los padres estaban involucrados con sus hijos y sus actividades diarias más que antes, lo que llevó a menos tiempo para ellos. “Los padres están constantemente llevando a sus hijos a la escuela y actividades extraescolares”, comenta.

(FUENTE: eju.tv)

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