Un estudio publicado en JAMA Psychiatry, y realizado por el Instituto Karolinska en Suecia, examinó a más de 700,000 hombres y mujeres diagnosticados con algún padecimiento psiquiátrico, y comparó sus hábitos y relaciones de pareja con los de tres millones de personas que no han recibido diagnóstico psiquiátrico.
La hipótesis es que a nivel de los padecimientos psiquiátricos ocurre la “semejanza marital” que los investigadores han visto en otros contextos: se supone que la gente tiende a hacer pareja con quienes comparten algo más allá de gustos y planes a futuro, en aspectos como la personalidad, la talla, el peso, las características físicas y la posición económica; pero nunca antes se había investigado de tal manera el papel de la enfermedad mental en la elección de pareja sentimental.
El estudio encontró que la gente con un diagnóstico psiquiátrico tiene menos probabilidades de estar casada o en una relación de pareja, pero que cuando se involucran sentimentalmente con alguien, tienen entre dos y tres veces más probabilidades de hacerlo con alguien que comparte su mismo diagnóstico.
Los investigadores encontraron que esto es más frecuente en casos de diagnósticos realizados a corta edad, como el autismo y el trastorno de déficit de atención (TDA), así como los diagnósticos de síntomas severos, tales como la esquizofrenia. Estas correlaciones fueron menores en el caso de las personas con depresión o desorden de ansiedad, así como con desórdenes médicos no psiquiátricos, como la enfermedad de Crohn, diabetes tipo 1 y 2 o artritis reumatoide.
Como suele ocurrir, la razón de esta correlación abre paso a muchos debates, aunque los investigadores sugieren que la gente con diagnósticos psiquiátricos termina casándose con quienes comparten su diagnóstico porque son las personas que conocieron en hospitales, grupos de apoyo o foros de Internet.
Además, el hecho de vivir con un trastorno psiquiátrico puede hacer que la gente se aísle y tenga menos confianza para conocer y relacionarse con otras personas, por lo que encontrar a su media naranja en alguien que comparte su diagnóstico puede hacerlos sentir menos solos.
(FUENTE: pijamasurf.com)
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