lunes, 13 de junio de 2016

Cómo acabar con la molestia de los duendes en el hogar


Por: Reynaldo Silva Salas.

No todo el mundo cree en la existencia de los duendes,… al menos no hasta que uno alquila o se va a vivir en una casa antigua (aunque también puede pasar en construcciones modernas), y empieza a descubrir que las cosas cambian de sitio, se pierden objetos tales como tijeras, cuchillos, joyas, herramientas y un largo etcétera. Asimismo no es raro oír ruidos de “niños” durante las noches u otra parafernalia típica de los duendes.

La primera relación del común de la gente es entrar en pánico, pero la verdad es que “nosotros” somos los intrusos: “ellos” (los duendes), los seres elementales, habitan nuestro mundo mucho antes que nosotros, y la verdad es que si bien se comportan a veces de formas un tanto agresivas y aterradoras, no es difícil llevarse bien con ellos, “hacer una tregua” e incluso lograr que se vuelvan en protectores de nuestros hogares:
Para tenerles tranquilos, la mejor forma es hacerles un regalo: es una excelente forma de iniciar relaciones amistosas con ellos. Tome una bonita planta de sombra y decida en que se va a convertir en un espacio dedicado exclusivamente a los duendes que habitan el hogar. A continuación, decore la tierra de la maceta con los que serán sus presentes para los duendes: coloque en la maceta canicas, cuarzos, diminutos autos de juguete y cascabeles; mientras coloca cada uno de estos regalos, musite “esto es para ustedes” (créame: ellos le estarán escuchando) una vez terminado esta instalación, coloque la maceta en un lugar de la casa de la cual ya no se moverá más y diga en voz alta (sobre todo si ya los duendes le han “pedido prestado” cosas) “estos regalos son para ustedes: disfrútenlos y por favor les pido, devuélvanme mis cosas. Gracias”.

El resultado de este gesto no se hará esperar mucho: lo primero que le hará saber que el regalo es bien recibido es que esa noche, usted escuchará en su casa un fenómeno interesante: oirá claramente “como si niños estuviesen jugando a las canicas”, o como si alguien hiciese sonar los cascabeles; no se alarme: no encontrará a la mañana siguiente un desbarajuste en casa, ya que el sonido procede de otro plano espiritual. El segundo gesto de los duendes será más agradable, ¡empezarán a aparecer los objetos perdidos!. 

Agradézcales por ese segundo gesto. A partir de ese instante, tendrá usted una excelente relación con estos seres elementales: protegerán su casa de ladrones, de gente envidiosa e incluso de incendios y accidentes del hogar.

Un dato interesante: a veces ocurrirá que a pesar de que uno les de ese espacio de respeto y presentes, los duendes pueden volver a las andadas y robarle algún objeto: entonces no se moleste, solo sonría y dígales en voz alta: “¡está bien: si te gusta tanto, te lo regalo!,… pero a cambio tráeme (pida lo que necesite: trabajo, plata, etcétera), verá que los duendes caseros no se tardan mucho en ayudarle a conseguir lo que desee o necesite,… incluso conozco casos de una o dos personas que pidieron los números de la lotería,… Eso si: no olvide agradecer la ayuda.

Una última recomendación al respecto: si en casa hay niños pequeños, explíqueles el regalo que les hace a los duendes y conmínelos a no jugar con ellos: afortunadamente en estos tiempos de renacimiento de la literatura fantástica, los niños entienden mucho mejor acerca de los duendes y otros seres.

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