viernes, 8 de enero de 2016

EEUU pone la base legal para una 'fiebre del oro' planetaria


Como ocurrió a finales del siglo XIX, cuando los legisladores de Washington dieron base legal a la fiebre del oro que ya llevaba tiempo desatada en California, los burócratas de la capital estadounidense han declarado la "barra libre" para animar a la minería espacial.

El 25 de noviembre el presidente estadounidense, Barack Obama, firmó la llamada "Ley del Espacio" para promover la exploración privada del espacio, algo que ya han comenzado a realizar empresas como SpaceX u Orbital ATK con misiones de carga a la Estación Espacial Internacional y planes más allá de la orbita terrestre. 

La ley incluye un último título que permitiría la apropiación de asteroides y otros "recursos espaciales" por parte de personas privadas y empresas si consiguen la tecnología para desplazarse y explotar esos cuerpos celestes ricos en minerales como el platino, el oro, hierro o agua.

El último título de la ley pide al Gobierno no interponerse en la explotación minera espacial y deja claro que quien sea capaz de recuperar recursos de un asteroide tiene el derecho de "poseerlo, transportarlo, usarlo y venderlo".

Estados Unidos sin derechos de soberanía
Además, Estados Unidos no se reserva derechos de soberanía, algo que prohíbe el Tratado Internacional del Espacio Exterior y que, en principio, no es impedimento para que aquel con la osadía suficiente ponga un asteroide a su nombre. 

Empresas que han desarrollado proyectos de minería de asteroides, como Planetary Resources o Deep Space Inudustries, han celebrado la aprobación de esta legislación que aclara el marco legal para un negocio que podría ser extremadamente rentable y lanzar una fiebre del oro a nivel espacial.

"Dentro de muchos años se verá la aprobación de esta ley como el momento de la historia que supuso un avance en nuestro camino a convertirnos en una especie multiplanetaria", indicó en un comunicado el co-presidente de Planetary Resources, Eric Anderson.

Estas compañías creadas para un sueño están invirtiendo dinero y tiempo en desarrollar sondas capaces de aproximarse a un asteroide y explotar sus recursos, en algunos casos desplazándolo de su órbita.

Asteroides, fuente de riqueza inagotable
Las posibilidades de la explotación de asteroides son innumerables y van desde la posibilidad de explotar cantidades inagotables de metales precisos a apoyar logísticamente los asentamientos humanos en la Luna o Marte con combustible, agua u otros materiales.Cuerpos rocosos que orbitan la Tierra o se acumulan en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter pueden ser fuente de riquezas casi inagotables, con el agua como principal atractivo para la vida más allá de la superficie terrestre.

Un solo asteroide de 500 metros cúbicos podría contener todo el platino obtenido de minas terrestres en toda la historia o tener un precio de mercado de centenares de miles de millones de dólares, según estimaciones.

Planetary Resources, con accionistas de Silicon Valley y asesorados por el cineasta y explorador James Cameron, ya ha comenzado a poner en marcha ambiciosos proyectos para visitar asteroides y estudiar su composición con el objetivo más a largo plazo de realizar operaciones de minería y convertirse en "las gasolineras del espacio".

"Es posible que podamos transportar agua y combustible a altitudes como en la que se encuentra la Estación Espacial Internacional a coste más bajo que lo que supone propulsarlos desde la superficie de la Tierra", explicaba en una entrevista a la Fundación Smithsonian John Lewis, investigador y jefe científico de Deep Space Industries. 

Solo el agua, que misiones como la europea Rosetta han confirmado que existe en importantes concentraciones en cometas y asteroides, podría ser el origen de un negocio "trillonario", según Planetary Resources.

El agua es el petróleo de la futura vida espacial, ya que a través de procesos de hidrólisis podrá obtenerse hidrógeno y oxígeno que impulsaría cohetes, alimentaría satélites y sostendría vida de exploradores espaciales fuera de la Tierra.

(FUENTE: elmundo.es)

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