Descubren un método para saber si romperás con tu pareja

Un equipo de la Universidad del Sur de California (USC) desarrolla un método que detecta si una pareja romperá o no su actual relación sentimental casi con un grado del 79% de certeza, según indican en un estudio los investigadores.

El equipo multidisciplinar liderado por la USC creó un algoritmo informático que analiza el tono de voz (no solo las palabras) con las que se comunican los cónyuges o miembros de una pareja para así determinar si su relación mejorará o empeorará con el tiempo.

Los investigadores registraron las conversaciones de más de cien de parejas durante dos años de sesiones de terapia matrimonial y luego realizaron un seguimiento del estado civil –matrimonio o divorcio- que mantenían cinco años después del experimento.

Esas charlas se analizaron con el mencionado algoritmo informático. El programa en sí evaluó las emociones de la pareja, pero centrándose solo en su tono de voz: timbre, intensidad, brillo, etc.

"No son tan importante las palabras que pronunciamos sino más bien el tono con las que la pronunciamos. Las características acústicas de esas palabras nos sirven para crear un estado comunicativo del sujeto y cómo éste cambia a lo largo de las sesiones de terapia”, afirman los científicos de la USC.

Los investigadores explican que este método o algoritmo solo puede ser predictivo –lo es ya con un 79% de éxito- siempre que se acumulen múltiples testimonios de voz en el tiempo para que el programa en sí crezca en acierto. Así, puede codificar con certeza emociones positivas o negativas que, según el tono de voz en las charlas analizadas, determinen si la pareja llegará a la ruptura o a la reconciliación.

Las palabras, en definitiva, pueden llevar a engaño, pero no el tono en el que se pronuncian, explican. Si este algoritmo informático logra incorporar, además, el lenguaje corporal de los cónyuges, los terapeutas podrían acelerar el tratamiento idóneo para ambos o el diagnóstico definitivo (divorcio), según concluyen los científicos.

(FUENTE: cienciaxplora.com)