domingo, 15 de noviembre de 2015

La ciencia reveló cuáles son los “filtros” para elegir una pareja


¿Cuáles son nuestros “no” innegociables a la hora de elegir una pareja? ¿Con qué aspectos “tranzaríamos” y cuáles podríamos digerir si hay otros que nos cierran? Un grupo de investigadores analizó seis estudios y llegó a dos conclusiones: estamos tan enfocados en evitar frustraciones amorosas que, cuando conocemos a alguien, nos fijamos más en los aspectos negativos que intentamos esquivar que en los positivos que deseábamos encontrar. También lograron identificar cuáles son los principales “filtros” que usamos hombres y mujeres para descartar a alguien como potencial pareja: que sea desaliñado/a o sucio es el primero. Después, que sea vago/a, demasiado dependiente y que no tenga sentido del humor.

Los investigadores de las universidades de Western Sydney, de Indiana University, de Florida, de la Singapore Management University y de la Rutgers University analizaron una serie de seis estudios en los que se habían entrevistado a más 6.500 personas. Así, reunieron los principales motivos de “no inicio” de una relación. Hombres y mujeres coincidieron en algunos pero no en otros. Las mujeres, observaron, ponen la vara más alta: para ellas, la falta de sentido del humor es más grave que para ellos.

¿Demasiadas pretensiones? Hay frases hechas pensadas para responder a eso: a tal ‘no hay nada que le venga bien’, ‘el que elige no ...’. “Estoy de acuerdo con que hay una tendencia mayor a la individuación que a la vincularidad. Es decir más al ‘yo’ que al ‘nosotros’. Ya no hay esa necesidad de responder a las demandas culturales de maternidad y pareja a cualquier precio y es mucho más común ver mujeres que se plantean ésto: qué zapato me calza y cuál no”, opina la sexóloga y psicóloga Adriana Arias.  

“En este sentido –sigue– plantean requisitos mínimos que no quieren ceder. La estética por un lado, que no significa que sea una superficial que descarte a alguien por pelado o por narigón sino la estética apoyada en una ideología: si andás todo rotoso o sucio habla de la forma en la que te parás frente al mundo. No querer tener como pareja a alguien vago no es pretender a una pareja que venga con todo resuelto económicamente sino alguien con potencial, con quien plantearse desafíos económicos y sociales, que tenga seguridad en sí mismo, proyección a futuro y que nos genere admiración. Tampoco veo que se banquen a alguien dependiente: las mujeres lucharon mucho por salir de ese lugar y ya no quieren a alguien apegado que necesite estar con ellas todo el tiempo”.

Las mujeres, se sabe, aman a los payasos y la pasta de campeón. ¿Eso descalifica al no-gracioso? Carlos Antar, médico psiquiatra y psicoanalista y ex coordinador del Departamento de Pareja y Familia de APA, explica de qué hablamos cuando hablamos de sentido del humor. “No se trata de ser gracioso sino de que haya elasticidad en la comunicación, porque si todas las conversaciones son muy profundas la relación puede tornarse muy densa, por más que ese diálogo nos muestre que somos personas muy inteligentes. Se trata de la forma en la que se puede ayudar a salir de un problema con humor. Una broma respetuosa, sin descalificar la preocupación del otro, es saludable para la pareja”.

Además, hubo sólo dos filtros que fueron más importantes para los hombres que para las mujeres. Por un lado, la falta de sexo. Mientras que para las mujeres es más importante que no sea “malo”, para los hombres que no sea “poco”. “Lo sexual es un aspecto muy importante tanto para relaciones transitorias como de largo plazo. En las primeras, porque el aspecto libidinal, con mucha frecuencia es la puerta de entrada. En las estables, porque lo sexual no es sólo descarga sino que implica el afecto e involucra el nivel comunicacional”, agrega Antar.

Por otro, los hombres descartan más a las candidatas que “hablan mucho” o a las que viven demasiado lejos”, lo que pone en evidencia que los hombres creen menos en las relaciones a la distancia. Pero no todos los filtros hicieron referencia a formar pareja a largo plazo. Cuando se trata de relaciones transitorias tampoco vale todo: que “huela mal” o tenga “higiene pobre” parece ser un precio demasiado alto cuando se trata de un encuentro furtivo.

(FUENTE: clarin.com)

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