domingo, 28 de septiembre de 2014

El verdadero amor ¿Existe algo así de verdad?


Todos hablan de amor, se cuestionan por el, sufren, ríen y hasta lloran, pues del amor se dicen muchas cosas, pero no todas son ciertas y nadie tiene la verdad absoluta, por eso en el nuevo tema del 'Consultorio de seducción' se centrara en simplemente en esa palabra 'El amor' El amor, junto con el sexo y la muerte, son los temas más tocados en toda manifestación artística: libros, cine, poemas, pinturas, etc.

El amor uno de los protagonistas de las conversaciones cotidianas más frecuentes, junto con la salud y el dinero. El amor es excusa para dañar, es palanca para soñar y es herramienta para convencer. El amor está todo el tiempo en nuestra mente. Es causa de temores, de ilusiones y, sobre todo: de preguntas incómodas que pocas veces tienen una respuesta muy exacta.

Todos aquellos que trabajamos con parejas, con seducción, con sexualidad, con adolescentes, con familias y hasta con niños, hemos tenido la fortuna de escuchar y viajar entre muchos conceptos diversos de amor: amor como compañía, amor como protección, amor como cuidado, amor como respeto y la lista puede ser tan larga como todos los valores que hay alrededor de tu tabla de virtudes.

Cuando nos encontramos con tantas posibilidades y conceptos sobre el amor, es difícil responder a la pregunta: "¿Existe el verdadero amor?".

Habríamos de preguntarnos primero ¿Qué es el verdadero amor? Antes de responder es sano aclarar que pensaremos en este artículo sobre el amor de pareja, para no tener que enredarnos con conceptos más amplios como amor filial, amor espiritual y otros.

Hablemos primero desde la ciencia. El amor es un conjunto de segregaciones de neurotransmisores que potencian la generación de vínculo, dispara los instintos de atracción sexual y en algunos casos de protección o cuidado. Desde el punto de vista neuropsicológico, entonces, el amor no es más que una reacción emocional automática consistente y verificable a través de las técnicas de mapeo mental. Al ser verificable, ese sería el único amor verdadero.

Pero todos sabemos que eso no es así, que el amor va más allá de lo que pasa en nuestros cerebros; las ideas, las creencias, las expectativas, los miedos, el pasado y muchos otros ingredientes colaboran con nuestra construcción de modelo de amor. Y desde ese modelo de amor es que nos enamoramos y nos comportamos con nuestra pareja. Cada hombre o mujer tiene una forma de amar, un lenguaje específico por medio del cual expresa su amor. Cada uno de nosotros tiene su propia definición de amor verdadero.

Sin embargo, vivimos en comunidad y es importante entender que todos los amores verdaderos deben encontrarse en unos mínimos específicos sobre los cuales podamos tomar decisiones adecuadas y sanas para vivir en pareja. Así las cosas, desde mi experiencia como terapeuta de pareja y coach en estrategias de seducción, recomiendo los siguientes aspectos esenciales para valorar si el amor que sientes es verdadero o no.

1. Tu relación te proporciona bienestar emocional constante. Esas relaciones en las que las personas constantemente se quejan del trato de su pareja, de las peleas diarias o de la falta de respeto. No son de amor propio.

2. No tienes que renunciar a tu individualidad y a tus espacios porque crees que el amor es hacer "uno solo" con tu pareja. Tú eres tú. Yo soy yo. No te puedes convertir en el otro, de lo contrario, tu amor propio se está desvaneciendo.

3. La cotidianidad de tu relación y el proyecto de vida en pareja son coherentes. Si el día a día con tu pareja está con bienestar emocional y facilidad en la convivencia; y todos esos esfuerzos diarios no entran en conflicto con el proyecto de vida de la pareja. Ahí hay amor verdadero.

4. Un amor que te da el espacio para crecer y fortalecer tu amor propio. Para finalizar, no hay amor más verdadero que el amor propio. Solo desde ahí puedes ofrecer una relación sana a los demás. Es la plataforma más segura. Si tu amor propio está consolidado y entrenado, podrás identificar, fácilmente, cuando hay amor verdadero y cuando no.

(FUENTE: vidayestilo.terra.es)

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