lunes, 11 de agosto de 2014

Ópalo, la enigmática 'piedra de la bruja'



El ópalo es una de las gemas que existen en México más representativas y apreciadas por los coleccionistas.

Según el estudio ‘Las gemas de México’, publicado en el Boletín de la Sociedad Geológica Mexicana, el ópalo es junto con el ámbar uno de los minerales que es “objeto de una explotación regular y específicamente orientada a su aprovechamiento como gemas”.

La principal variedad de ópalo que hay en México es el llamado ópalo de fuego, el cual “es característico de diversos yacimientos del estado de Querétaro, obteniéndose principalmente en las minas Iris y Guacamaya del distrito minero de Colón”.

De acuerdo a la publicación ‘Las gemas de México’, el ópalo de fuego fue utilizado por  los aztecas en la elaboración de artículos ornamentales y ceremoniales entre los siglos XIII y XVI.

El ópalo también es conocido como ‘Piedra de la bruja’, “debido a que en ocasiones se blanquea y se fractura o se desprende de su montura. Esto se debe a la desestabilización del ópalo, fenómeno relacionado con una pérdida de agua de su estructura, aunque las creencias populares lo han atribuido a maldiciones y hechizos”.

El mayor auge del ópalo mexicano se alcanzó en 1969, “debido a la creciente demanda por parte de los países europeos y Japón”.

Sin embargo, la extracción de ópalo en México se realiza en su mayoría en medio de un gran rezago tecnológico.

Según un estudio de la Coordinación General de Minería de la Secretaría de Economía, la extracción de ópalo en México se realiza por “trabajadores asalariados, contratados directamente por los propietarios de las minas; o bien, por buscadores de minerales y mineros en pequeña escala, comúnmente llamados 'gambusinos', cuyas actividades se desarrollan de manera artesanal y poco organizada”.

La SE reconoce el potencial del ópalo, debiso a que la demanda real de este mineral “radica en los mercados externos y en forma determinante en el Japón y en los países del Lejano Oriente, donde existe la creencia de que el ópalo es una piedra sagrada. Sin embargo, las condiciones de informalidad en las que se mueve el mercado, hacen prácticamente inviable mantener un registro oficial debidamente documentado de la cantidad aproximada de ventas al exterior”.

(FUENTE: unionguanajato.mx)

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