Un ciudadano saudí, Mohammed bin Bakr al-Alawi, ha sido decapitado este martes en la región de Jawf, situada en el norte de Arabia, tras ser declarado culpable de brujería, según ha informado a través de un comunicado el Ministerio del Interior del Reino del Golfo.
No fue la única ejecución de la jornada, ya que también en la misma ciudad y por el mismo procedimiento se cumplió la condena a muerte contra Maqbul bin Al Madi Sharari por «torturar y golpear con un bastón a su hijo de dos años de edad hasta que perdió la vida».
Brigadas anti-brujería
Las prácticas de hechicería y magia son habituales en Arabia Saudí. Hasta el punto de que en el país opera un departamento de expertos anti-brujería que cuenta sus casos por docenas. El último, relacionado con una mujer que sufrió cáncer e infertilidad y que aseguró que sus males eran consecuencia de un hechizo lanzado contra su familia por medio de una oveja degollada.
En este caso también ha intervenido la policía religiosa, cuyos agentes encontraron la cabeza del animal escondida en el jardín trasero de la casa de la familia. Tras examinarla comprobaron que contenía trozos de pelo, hilo y talismanes junto con un papel escrito en el que aparecían palabras incomprensibles además de los nombres de las personas a las que se dirigía el conjuro.
La conclusión de los miembros de la Comisión para la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio de Arabia fue que la cabeza era la pieza clave de un «hechizo mágico que causó la infertilidad repentina de la mujer y otras enfermedades de la familia». De momento, no han encontrado al culpable, pero de ser descubierto se puede enfrentar al mismo destino del ahora ejecutado, de quien el Ministerio del Interior no ha ofrecido detalles sobre los cargos en su contra.
Arabia Saudí ha decapitado en lo que va de año a 19 personas y en 2013 esta cifra se elevó a 78, una situación que llevó a la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU a denunciar el «fuerte aumento del uso de la pena capital».
Alarma internacional
Amnistía Internacional también se ha unido a las organizaciones que han levantado la voz por el elevado número de ejecuciones, muchas de extranjeros, que se produce en Arabia, que según sus datos pasaron de las 27 en 2010 a rondar las 80 en los años siguientes. La ley islámica (Sharía) castiga con la pena de muerte la violación, asesinato, apostasía, robo a mano armada o el narcotráfico.
El método de ejecución más habitual en Arabia es la decapitación por medio de un sable, aunque en los últimos tiempos y debido a la escasez de verdugos también se han autorizado los fusilamientos.
(FUENTE: abc.es)
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