miércoles, 28 de mayo de 2014

Historias de terror serán lecturas dramatizadas en los Cuentos para no dormir


Una selección de cuentos de Edgar Allan Poe, uno de los autores más representativos del género del terror, es llevada al teatro por la actriz Mónica Tovar a través del espectáculo Cuentos para no dormir, un conjunto de lecturas dramatizadas en las que la voz, la actuación y las historias son los elementos protagonistas.

 El montaje es una producción independiente gestada por la actriz en coordinación con el director Juan Tovar, quienes para abril de 2013 montaron una corta pero exitosa temporada en El Breve Espacio, foro al que regresarán los próximos 4 y 11 de junio para ofrecer un par de funciones que serán a las 9 de la noche con un costo de 60 pesos con la dramatización de textos del propio Poe y de Sheridan Le Fanu.

Durante una entrevista, Mónica Tovar señaló que el proyecto Cuentos para no dormir tiene un objetivo esencial: el acercar a estudiantes de secundarias y preparatorias a la literatura, sobre todo a Poe, quien es “un autor mágico, dueño de una construcción y una narrativa del terror propia”.

Ello porque el proyecto está a la disposición de las escuelas, de los padres de familia y de todo aquel interesado en que este proyecto se acerque a los jóvenes, y con ello la literatura y el acto de leer.

“A los 11 años –confió– mi primer autor fue Poe, a partir de un libro que me regaló mi tío Juan Tovar. No solo me atrajo su temática, sino su vida personal que fue difícil y singular, y en la que su muerte estuvo rodeada de misterio”.

A la riqueza literaria del autor, prosiguió la actriz que ha formado parte de la Compañía Estatal de Teatro, se suma lo “apasionado” de las lecturas dramatizadas, con las que se invitará al “lecto/escucha” a imaginar, a dejarse llevar a través del drama y el misterio que proponen las tramas.

En especial en el cuento El corazón delator la experiencia se complementará con la invitación para que los asistentes cubran sus ojos y se dejen conducir con los sonidos, las entonaciones y la narrativa especialmente sonora que se le dará a la historia.

Destaca que en la primera edición del proyecto, en 2013, participaron tres directores quienes abordaron, cada quien en su perspectiva, nueve historias de Poe. Una de las decisiones, por ejemplo, fue tomar al largo poema de El cuervo en su idioma original –en inglés–, montándolo y ofreciéndolo a los espectadores.

Esta vez, Mónica Tovar se encargó de la selección, la dirección y la producción del proyecto, en un ejercicio que consideró una experimentación. El escenario lo comparte con Julieta Garibay y Alejandro Ariza, y en esta ocasión El cuervo se presenta en español basado en la traducción que hiciera Julio Cortázar.

“Fue desde mi inicio en el teatro, en 1999, cuento tuve la idea de que sería bueno montar los textos de Poe. Sí a mí me gustaban era lógico el llevarlos y transmitirlos en escena. Así, las lecturas dramatizadas me permiten presentar el cuento y respetarlo”, dijo la actriz formada en el Espacio 1900.

No prender las velas al santo equivocado

Desde sus inicios el trabajo de Cuentos para no dormir, contó Mónica Tovar, ha sido independiente y autogestivo. Apoyado por El Breve Espacio –7 Norte 8–, se presenta en dicho foro compartiendo la programación con otros artistas locales, ya “que la vía independiente causa entusiasmo al ver que hay un trabajo y un teatro vivo”.

Recientemente, como parte de una convocatoria de teatro escolar emitida por el gobierno estatal, el proyecto no pudo aplicar debido a que no se cumplía con una de las cláusulas que señala que tenía que ser inédito y/o no debía estar en proceso de montaje. Con ello, se perdió la oportunidad de que el proyecto recibiera algún apoyo económico y sobre todo estuviera cerca de su público meta: los adolescentes.

Ante el poco o nulo apoyo institucional, señala Tovar, el asunto es “no prender las velas al santo equivocado, sino crear y trabajar”. Como ejemplo de la apatía que priva en las instituciones de cultura, contó que actualmente Casa de Cultura ha dejado de dar el permiso para exhibir ahí los carteles y la publicidad de las actividades que hacen artistas, compañías, colectivos y/o grupos de Puebla.

“Instituciones como esta, que deberían voltear la mirada hacia el talento local, optan por cerrar sus puertas cuando lo menos que deberían hacer el difundir nuestro trabajo, pues nuestros impuestos son los que los sostienen”.

(FUENTE: lajornadadeoriente.com.mx)

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