domingo, 4 de mayo de 2014

Descubren en Irak el lugar de los Jardines de Babilonia


Stephanie Dalley, una investigadora de la Universidad de Oxford, cree haber resuelto uno de los últimos grandes misterios arqueológicos del mundo luego de ubicar el lugar exacto donde fueron construídos los Jardines Colgantes de Babilonia. Se trata de la única Maravilla del Mundo Antiguo cuya ubicación se desconocía.

Stephanie Dalley, una investigadora de la Universidad de Oxford, cree haber resuelto uno de los últimos grandes misterios arqueológicos del mundo luego de ubicar el lugar exacto donde fueron construídos los Jardines Colgantes de Babilonia. Se trata de la única Maravilla del Mundo Antiguo cuya ubicación se desconocía.

De acuerdo con el diario británico The Telegraph, Dalley centró su búsqueda a cientos de kilómetros al norte de la antigua ciudad de Babilonia, actualmente cerca de Hilla, en el centro de Irak. El objetivo era comprobar su teoría de que la exuberante maravilla fue levantada en las proximidades de la ciudad de Nínive, al norte de ese país.

Basando su búsqueda en el estudio de textos antiguos, Dalley descubrió evidencias de que los jardines no fueron construidos por los babilonios y su rey Nabucodonosor, como se creía, sino que fueron los asirios quienes los construyeron hace unos 2.700 años, bajo el mandato del rey Senaquerib. La capital de su reino era Nínive y se encontraba cerca de la actual Mosul, un lugar todavía sacudido por la violencia étnica y religiosa, según publica ABC.

Dalley y su equipo viajaron a la región, pero llegar hasta el lugar exacto era muy peligroso, y contrataron a un equipo de televisión local para poder acercarse; además los protegía una escolta militar. Al llegar a las ruinas del palacio del rey, Dalley comprobó la existencia de un gran montículo de tierra y escombros, que se inclina hacia abajo hacia una zona con vegetación. Para ella, "ese parece un buen lugar para un jardín. necesitamos investigar más en la zona pero por desgracia no creo que lo pueda hacer en lo que me queda de vida", indicó a The Telegraph. "Estoy convencida de que los jardines estaban en Nínive y permanecen inquebrantables".

Como hasta ahora nunca se habían encontrado evidencias arqueológicas de la existencia de los Jardines Colgantes de Babilonia, se los consideraban una leyenda. En realidad se los conoce por unos escritos realizados cientos de años después de su construcción por personas que nunca llegaron a verlos.

Uno de esos escritos dice que fueron creados por el rey Nabucodonosor, 600 años antes del nacimiento de Cristo, en Babilonia. Sin embargo, en los escritos de la época, incluyendo los propios textos de Nabucodonosor, no hay una sola mención a ningún jardín y más de un siglo de excavaciones no ha dado ningún resultado.

La clave para el hallazgo de Dalley fue la descodificación de un texto "cuneiforme" -una secuencia de símbolos de los imperios babilónico y asirio- que le llevó a creer que los jardines habían sido atribuidos a un hombre equivocado, en un lugar incorrecto y en un periodo diferente.

Evidencias.

La investigadora encontró en el Museo Británico un texto cuneiforme que describe la vida de Senaquerib, que vivió 100 años antes de Nabucodonosor y reinó sobre un imperio que se extendía desde el sur de Turquía al Israel moderno, que describe la construcción de palacio y un jardín, según publica ABC.

A esta teoría, Dalley añadió la observación de un bajorrelieve, procedente de Nínive y llevado al Museo Británico, que muestra el complejo imperial formado por un palacio y un jardín con árboles que cuelgan en el aire en las terrazas y plantas suspendidas sobre arcos.

Como Nínive estaba tan lejos de Babilonia, esta evidencia había sido pasada por alto. Sin embargo, esta investigadora encontró que los asirios conquistaron Babilonia y su capital fue conocida como Nueva Babilonia, dando lugar a una probable confusión de nombres.

DETALLES DEL DOCUMENTAL

La investigadora británica Stephanie Dalley recoge en un domumental estrenado ayer en Reino Unido:

La estructura de los jardines era de 300 pies de ancho y 60 de profundidad en algunos puntos. Ella sostiene que todavía quedan restos de dicha estructura que se pueden apreciar en las fotografías desclasificadas tomadas por satélites espías estadounidenses.

Otra inscripción encontrada por la investigadora apunta a que el agua del lago (que llegaba a la ciudad y sus alrededores a través de un canal) se elevaba hasta las terrazas a través de un artefacto similar al tornillo de Arquímedes, unos cuatro siglos antes de que fuera inventado.

En el Antiguo Testamento, Jonás fue enviado por Dios a la ciudad de Nínive para advertir de su destrucción a causa de los pecados de sus habitantes.

(FUENTE: elpais.com.uy)

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