martes, 16 de julio de 2013

Videntes birmanos, guía de ricos y poderosos


Es menuda y frágil, casi incapaz de hablar, pero sus predicciones la volvieron la vidente más famosa de Birmania: los ricos y poderosos, desde millonarios hasta políticos y militares, se toman muy en serio sus augurios.

Esta mujer de buenaventura llamada E.T., heroína de una película reciente de la televisión tailandesa, se inscribe dentro de una tradición de supuestos adivinos que dispensan desde hace generaciones su guía celestial a los dirigentes de Birmania.

Muy alerta a pesar de sus limitaciones físicas - todos sus órganos están "en lugares equivocados del cuerpo", según sus familiares, E.T. es "especial". Personas procedentes de toda la región acuden a consultarla, según su hermana Thi Thi, su acompañante e intérprete, que lleva delicados chales y vestidos bordados que realzan su mística.

"Algunos son políticos, otros hombres de negocios (...). Todos están contentos, todos se han vuelto famosos", afirma Thi Thi.

A los videntes birmanos se les atribuyen varios acontecimientos insólitos en el país, como la decisión sorpresiva de la antigua junta militar de mudar la capital de Rangún a Naipyidó en 2005, o la aparición de varios generales vestidos con la versión femenina del longyi, la falda tradicional birmana.

Estos hombres severos y reservados decidieron travestirse para "evitar que una mujer se convierta en presidenta del país", asegura el director de la revista The Irrawaddy, Aung Zaw, aludiendo a la opositora Aung San Suu Kyi, principal opositora de la junta militar, que estuvo durante 15 años bajo arresto domiciliario antes de volver a la actividad política.

El secretismo que domina la cúpula militar desde hace décadas ha reforzado los rumores sobre el origen místico de la toma de decisiones. Según Aung Zaw, existen indicios concretos de que los dictadores recurrieron a "las fuerzas ocultas".

"Lo hacen regularmente", asegura el periodista. El dictador Ne Win era conocido por seguir los vaticinios de los videntes y por realizar "yadanas", prácticas ocultas durante las cuales un acto simbólico es realizado para influir en el futuro.

Según los rumores, Ne Win disparaba contra su imagen en un espejo para conjurar la mala fortuna, narró un observador extranjero.

Hasta el nuevo presidente reformista, Thein Sein, sucesor de la junta en 2011, parece abierto a lo sobrenatural.

"A veces me hacen recomendaciones sobre cómo podría verse influida la situación del país desde un punto de vista astrológico. Tomo en cuenta de buen grado esos consejos", dijo recientemente a un programa de la cadena de TV francesa France 2.

La influencia de la vidente E.T. no se limita a Birmania: en el pasado predijo el ascenso político del ex primer ministro de Tailandia, Thaksin Shinawtra. "Vino a ver a mi hermana antes de estar en política. En aquella época estaba en el sector de la telefonía", recuerda Thi Thi.

Thaksin también la había visitado justo antes de ser depuesto por un golpe militar en 2006. Pero es imposible saber si E.T. se lo advirtió. Thi Thi prefiere no ahondar mucho en el tema y simplemente asevera que las predicciones de su hermana son "correctas en un 80%".

Lo cierto es que "es realmente difícil obtener una cita con la vidente" y los precios de la consulta han alcanzado los 100 dólares, señala un diplomático occidental, que cuenta cómo E.T. inicia sus sesiones adivinando los números de serie de un billete en el bolsillo de su cliente.

Poco después de la liberación de la opositora Suu Kyi en 2010, este diplomático le preguntó a la vidente cuál sería el futuro de la Premio Nobel de la Paz. Su respuesta fue: "Aung San Suu Kyi será más libre, muy libre".

Desde entonces la opositora fue electa en el Parlamento y aspira a la Presidencia.

E.T. habría obtenido sus poderes durante la infancia, después de una fiebre que contrajo mientras rezaba en una pagoda. Otros videntes, como Hein Tint Zaw, tienen una trayectoria más convencional y estudiaron astrología, numerología y tarot con un maestro.

Hein Tint Zaw se instaló en Tailandia, en la ciudad industrial de Mahachai, donde ve desfilar a numerosos compatriotas que emigraron a trabajar, pero también a tailandeses. "Nunca tuve la necesidad de poner anuncios", afirma.

(FUENTE: AFP)

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