jueves, 22 de noviembre de 2012

Estudio: cómo saber si una persona es apropiada para ti en 30 segundos


Los flechazos no son un mito. Un grupo de investigadores del Trinity College ha descubierto los procesos cerebrales que los provocan. Mediante escáneres de resonancia magnética funcional (fMRI) se ha demostrado cómo alguien puede enamorarse con un simple cruce de miradas. Esto ocurre cuando una determinada región de la corteza cerebral prefrontal se activa debido a la inmediata atracción de otra persona.

Este enamoramiento va más allá de lo físico y su proceso es extremadamente complejo, según las conclusiones del estudio publicado en la revista científica Journal of Neuroscience. Primero, una subregión cerebral, denominada corteza paracingulada, realiza los cálculos necesarios para discernir el poder de atracción.

A continuación, otra parte del cerebro, la denominada corteza prefrontal medial, se activa en caso de que se detecte una contradicción entre el cálculo personal y las percepciones de los demás sobre el atractivo de la persona en cuestión. De este modo, se hace una evaluación completa para saber, por ejemplo, si esa persona es apropiada para uno o no. Todo ello, en apenas 30 segundos, según explican los investigadores en las conclusiones.

La primera impresión es lo que cuenta

La actividad cerebral que da luz verde a los flechazos no se queda aquí. Los autores descubrieron que la corteza ventromedial también se activaba al ver una persona atractiva, contrastando así la primera intuición. Estos resultados ponen de relieve la importancia de las primeras impresiones. Los juicios sobre los demás responden a la percepción que se tenga de esta durante los primeros segundos en la que se conoce. De hecho, los participantes en el estudio se sintieron capaces de valorar aspectos clave como el grado de simpatía; una idea que casi no varió cuando se profundizó la relación.

“Los juicios sobre las parejas potenciales se realizan en unos pocos segundos, pero estos dependen de una compleja combinación de evaluaciones sobre la compatibilidad, física y psicológica”, según se apunta en el estudio. Por tanto, defienden que, aunque pueda parecerlo, estas primeras impresiones son menos superficiales de lo que se piensa.

¿En qué nos fijamos más?

Otros estudios anteriores ya habían concluido qué es lo que más les gusta a las mujeres de los hombres y viceversa. En el caso de ellas, la mirada es lo que más las atrae, subrayando la idea de que se pueden comunicar emociones con la vista. Después de esta primera impresión, en lo que más se fijan es en los siguientes rasgos físicos y por este orden: el trasero, los hombros, la boca y las manos.

Estas conclusiones varían en función de la edad de las mujeres encuestadas. Así, quienes más valoran el poder de las miradas son las mayores de cuarenta, para quienes también son de vital importancia los modales, la capacidad para expresarse, la elegancia y la capacidad para transmitir sensualidad.

En el caso de los hombres, priman más los aspectos físicos que los psicológicos, aunque tampoco buscan cuerpos perfectos. La feminidad es en lo primero en que se fijan, seguido de la cara, los pechos y, en tercer lugar, el trasero. Sin embargo, coinciden en valorar otros aspectos más allá de los rasgos físicos, como la sensualidad que les trasmita, la espontaneidad y la seguridad en sí mismas.

(FUENTE: blogs.elcorreo.com)

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