lunes, 15 de octubre de 2012

El enigma de la autocombustión humana puede ser descubierto


Muchos han escuchado hablar de casos totalmente inexplicables, en que encuentran cuerpos humanos total o parcialmente carbonizados sin ninguna señal de intromisión externa.

Este fenómeno es conocido hace ya muchos siglos y se denomina autocombustión.

Estos fenómenos misteriosos fueron registrados por primera vez en el siglo XVI, mientras que el último caso ocurrió el año pasado en Irlanda. En su propia casa fue encontrado un hombre calcinado sentado en el sillón junto a la estufa. Los médicos determinaron que la causa de la combustión no fue el fuego de la estufa. Las huellas de la ignición fueron encontradas debajo y sobre el cuerpo de la víctima, todos los demás objetos quedaron intactos.

Tratando de explicar este extraño fenómeno el biólogo británico Brian J. Ford presentó su propia teoría:

—La gente simplemente arde, - dice Ford. - Ellos pueden estar tranquilamente sentados en el sillón o acostados en el diván y de golpe se convierten en pasto de las llamas. Del cuerpo salen llamas azules como si fuera el fuego de un soplete y poco después se convierte en cenizas. Por lo general, solo las piernas quedan intactas. Las cosas cercanas, como ser una pila de periódicos sobre el brazo del sillón o las pantuflas tampoco sufren deterioro alguno. A lo largo de los siglos la autocombustión humana suscita numerosas discusiones, muchos la consideran un mito. Pero realmente existe y ahora suponemos que podemos explicar la causa de su procedencia.

Ford utiliza cerdos en sus experimentos, porque el código genético de estos animales es el más parecido al humano. Por esto son los más apropiados para comprobar sus hipótesis. La causa más probable de efecto de autocombustión, según Ford, puede ser la acetona, que en determinadas condiciones puede acumularse en el organismo humano. La acumulación excesiva se conoce como cetosis y se produce en los casos de alcoholismo, de alimentación incorrecta y también si la persona sufre de diabetes. El científico dice:

—Durante una semana pusimos en remojo en etanol el peritoneo del cerdo. Incluso envuelto en gasa impregnada en alcohol no va a arder. Por lo general, nuestros tejidos no contienen etanol, pero en nuestro cuerpo hay un componente muy inflamable, cuya concentración puede elevarse considerablemente. Los lípidos triglicéridos se disgregan en el organismo y forman ácidos grasos y glicerina. Los ácidos grasos pueden ser utilizados como fuentes alternativas de energía en el proceso de beta-oxidación, que conduce a la acumulación de las moléculas metabólicas clave acetil-CoA. Éstas mantienen el ciclo de Krebs productor de energía dentro de las mitocondrias en las células de nuestro cuerpo.

Si Ford logra demostrar que los cuerpos de los cerdos se inflaman, cuando en ellos se acumula una gran cantidad de acetona, entonces será el primer científico que confirmará experimentalmente la naturaleza del misterioso fenómeno de autocombustión.

(FUENTE: spanish.ruvr.ru)

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