domingo, 16 de septiembre de 2012

La caza de brujas en Europa comenzó en el Pallars


El joven historiador de Tremp Pau Castell asegura en su libro Un judici a la terra dels bruixots. La cacera de bruixes a la Vall Fosca. 1548-1549 que la caza de brujas y brujos en Europa se inició en el Pallars. Su afirmación está exquisitamente documentada y, además de poderse leer en el libro, se puede encontrar en una web que ha servido como trabajo de campo para comenzar a elaborar su tesis doctoral a cerca de esta represión inquisitiva en el Pirineu de Lleida.

Corría el año 1424 cuando el conde de Pallars promulgó en la zona unas ordenanzas centradas en los crímenes contra Dios y contra los hombres, la brujería. Fue la primera vez que apareció una descripción detallada en un documento legal de la época de prácticas ilegales centradas en la blasfemia contra Jesucristo y la muerte de niños. “A partir de este momento, hay muchos testimonios que nos llevan a conocer la brujería”, explica Castell, quien ha documentado hasta treinta juicios por brujería en sólo un siglo en el Pallars.

Existen hoy en día testimonios orales de algunos de estos casos ocurridos el siglo pasado. Castell los conoce a la perfección hasta el punto de haber recorrido cada una de las zonas del Pallars, visitado sus pueblos y sacado información privilegiada de los más mayores. “La brujería es una cosa muy actual, las últimas experiencias de mujeres consideradas brujas datan de los años 40 y 50. La población hizo un paréntesis por el estallido de la Guerra Civil pero en cuanto finalizó se volvió a tener conciencia de estas prácticas”.

El alcalde de la Torre de Capdella, Josep Maria Dalmau, apunta que “alguna de las características de la Vall Fosca es su amplio refranero de brujería”, a la vez que, al igual que Castell, nos relata que “hay lugares concretos como Casa Rugall, en la Coma de Mont-Ros, que todavía existen”. Sin duda, el nombre de Margarida Rugall es uno de los que más destaca, ya no por ser considerada una bruja si no por el testimonio de un niño que afirmaba en 1577 ser brujo y haber sido iniciado por la propia Rugall.

Otro de los ensayos de Pau Castell, El Camí de la Rugalla. Seguim els passos d'una bruixa del segle XVI, ha servido para ampliar la oferta turística de la zona con rutas de dos jornadas guiadas desde Gerri de la Sal hasta la Vall Fosca emulando la huida de Rugall acusada de brujeria.

En suma, todo un compendio documental en varios formatos con los que Pau Castell está ayudando a conocer un poco más las prácticas ancestrales del Pirineu de Lleida.

(FUENTE: lavanguardia.com)

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