martes, 7 de agosto de 2012

Japón celebra a los espíritus


El sonido del taiko, el tambor tradicional japonés, retumba en la entrada del templo. La ancha avenida que lleva al recinto está flanqueada por decenas de puestos de comida.

Cientos de farolillos decoran el paseo y le dan un aura mágica, mientras una multitud avanza despacio hacia un escenario elevado. Encima, al lado del gran tambor que resuena con solemnidad, un grupo de mujeres vestidas con yukata, el tradicional kimono de verano, baila despacio al ritmo de la música.

Es el baile de bon-odori, típico del verano, una imagen que se repite en los festivales o matsuri que se celebran en los templos de Japón. Cada uno marca una ocasión especial o revive viejas tradiciones y, casi siempre, sirve para rendir homenaje a los espíritus de los fallecidos.

La gran mayoría de los matsuri hunde sus raíces en el sintoísmo y en la voluntad de potenciar los lazos de la comunidad, que los consideraba un modo de comunicarse con el mundo divino y con los espíritus de los fallecidos. En las zonas rurales los festivales están, a menudo, también ligados a las épocas de cosecha y el cultivo de arroz. Por eso, se pueden encontrar matsuri durante todo el año.

Los hay más o menos solemnes, más o menos populares o más o menos comerciales, pero la mayoría comparte elementos comunes.

El mikoshi es uno de ellos: una especie de palanquín ornamentado en cuyo interior, según la tradición, viaja la deidad local.

Yukatas para todos los gustos

Uno de los aspectos más llamativos de todo matsuri son los yukatas que visten para la ocasión mujeres de todas las edades. Esta prenda proviene de los llamados yukatabira, un tipo de kimono para el baño que utilizaban las mujeres de las clases altas entre los siglos XII y XIII.

Confeccionadas con algodón, hoy se pueden encontrar yukatas de todos los tipos y precios. Aunque es más frecuente verlas entre las mujeres, durante los festivales esta prenda también la utiliza un buen número de hombres.

En los últimos años, a la variedad de puestos se han sumado los de adivinos, flores y de souvenirs variados.

Entre agosto y septiembre se realizan algunos festivales populares con un toque de originalidad como el de Fukagawa Hachiman, un multitudinario matsuri que se celebra el tercer fin de semana agosto.

Recorrido festivo

Uno de los grandes festivales que se realiza en la norteña ciudad de Amori, es el Nebuta Matsuri, un desfile de enormes lámparas que recrean figuras, desde dioses hasta personajes televisivos. Su construcción en ocasiones, tarda un año.

A mediados de agosto, la ciudad de Tokushima, en la isla de Shikoku, se festeja el matsuri de Awa Odori. Con cuatro siglos de historia es uno de los festivales de danza tradicional más famosos.

En la provincia de Kumamoto, la localidad de Yamaga celebra su Festival de las Lámparas. Lo mejor es el millar de mujeres vestidas con yukatas. En sus cabezas portan con habilidad lámparas doradas y plateadas, mientras bailan y cantan.

Los matsuri ofrecen al viajero la oportunidad de sumergirse, aunque sea por unos días, en el rostro más alegre y folclórico del país.

(FUENTE: eluniversal.com.mx)

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