viernes, 20 de julio de 2012

Tinte de hierbas y velas encendidas para diagnosticar y curar


Vestido con poncho rojo y sombrero tradicional, Mariano Atupana se destaca entre el personal médico del hospital de la ciudad ecuatoriana de Riobamba.

Atupana es un yachak, un médico indígena que utiliza velas encendidas y yemas de huevo para diagnosticar enfermedades.

Por lo general, los yachaks visitan a pacientes que viven en los pueblos de los Andes ecuatorianos.

Pero Atupana los examina en una habitación del Hospital Andino Alternativo de Riobamba -una institución privada donde se combinan la medicina occidental y la andina.

Este centro de salud es uno de una serie de proyectos pioneros en Ecuador que combinan diferentes tipos de atención médica. Jenny Layedra, una paciente de 44 años, llegó al hospital porque se sentía débil y cansada. Además, sufre dolores de cabeza.

En el centro la van a someter a una "limpia", un procedimiento de limpieza típico de la medicina andina.

Las "limpias" se basan en la creencia andina de que la madre naturaleza es sagrada y constituye la clave para curar cualquier dolencia.

"Me gusta la medicina andina, porque da muy buenos resultados", dice ella. "Nuestros antepasados, los Incas, utilizaban esta clase de medicina. Si ellos lo hicieron, ¿por qué nosotros no?".

Durante el ritual, los yachaks leen primero el cuerpo del paciente. En el caso de Layedra, ella se frota una vela por su cuerpo antes de que Taita (padre) Mariano, como le llaman en la lengua quechua, la encienda para interpretar su humo.

En otros casos, los yachaks parten un huevo o matan un conejillo de indias para evaluar la salud de su paciente.

Después del diagnóstico inicial, frotan el cuerpo del paciente con hierbas, incluyendo ortigas, conocidas en los Andes por sus propiedades de limpieza. Más tarde, el médico indígena bebe un tinte a base de hierbas que luego escupe sobre sus pacientes.

Por último, le soplan el humo de la vela.

Curación natural

Tanto los pacientes indígenas como los no indígenas vienen al hospital para recibir el tratamiento andino. Las "limpias" cuestan alrededor de US$13. Sonia Vela es una enfermera que trabaja con pacientes terminales de cáncer y viene aquí con regularidad.

"Es estresante para nosotros, los enfermeros, saber que nuestros pacientes van a morir".

"A veces vengo aquí para deshaceme del estrés, la ansiedad, la depresión. Es mejor que ir a ver a un psicólogo o a un psiquiatra y tomar sus medicamentos", dice ella. "Yo lo hago de forma natural".

A Vela le gusta la disponibilidad de las "limpias" en el hospital. De lo contrario, tendría que viajar a las zonas rurales para buscar el tratamiento.

Los yachaks también ven el lado positivo de trabajar en un ambiente formal. "Antes nadie nos creía. Nos llamaban brujas y brujos", dice Valeriana Anaguarqui, una curandera que ha estado trabajando en el hospital desde su inauguración en 2002. "Somos yachaks", dice. "Nuestro conocimiento no está en la mente, no está escrito. Es parte de la Madre Naturaleza".

"Este hospital nos ha permitido demostrar que tenemos un conocimiento", comenta. En comparación con otros países andinos como Bolivia, el porcentaje total de población indígena en Ecuador es relativamente bajo: sólo el 7%, según el censo de 2010.

Los mestizos, personas descendientes de europeos y amerindios, representan a la gran mayoría de la población, y la cultura dominante es la occidental, especialmente en las ciudades.

Sin embargo, desde la costa hasta los Andes y la Amazonía, hay 14 grupos étnicos. Eso crea 14 diferentes enfoques para la salud, dice Fernando Ortega, médico y antropólogo de la Universidad de San Francisco de Quito.

La constitución de 2008 garantiza a los pueblos indígenas el derecho a utilizar sus formas tradicionales de medicina.

Pero, a pesar de esto, el entendimiento intercultural sigue siendo un reto, dice Ortega.

"Si el paciente tiene una cultura diferente, tenemos que entender esa cultura con el fin de proporcionar una cura culturalmente adaptada", dice.

¿Efecto placebo?

Según la tradición, las personas se convierten en hombres y mujeres que se dedican a la medicina porque sienten una vocación.

Reciben entrenamiento de sus mayores para aprender acerca de las hierbas y sus propiedades, pero esto, por supuesto, no es comparable a los años de estudio a los que los médicos se someten.

Los médicos del hospital no parecen estar en contra de la medicina tradicional. Dicen que su capacidad para ofrecer una combinación de tratamientos es importante. Eduardo Silva, psicólogo, señala que el enfoque tradicional puede servir de complemento a su trabajo debido a que algunos pacientes indígenas podrían estar más dispuestos a tomar otro medicamento si está acompañado por lo que les aconsejan los chamanes.

"En el hospital estamos tratando de integrar la parte subjetiva, que proviene del aspecto cultural, a partir de las propias creencias y valores, con la parte objetiva, que es científica", explica.

Hasta ahora, se han realizado pocos estudios científicos para evaluar si la medicina andina es un verdadero éxito, o si sólo funciona como un placebo.

"Mientras no sustituya a la medicina basada en la evidencia y se utilice sólo para el tratamiento de enfermedades menores, no es necesario demostrar su validez", sostiene Ortega.

"La validez es proporcionada por los pacientes. Si ellos sienten que es bueno, eso es todo lo que necesitamos", aclara.

A juzgar por la satisfacción de los pacientes después sus "limpias", el modelo de este hospital parece estar funcionando.

"Me siento renovada", dice Layedra después de la limpia. "Cuando el yachak roció la tintura sobre mí, sentí que me abandonaban todos los sentimientos negativos dentro de mi cuerpo", dice.

"En caso de volver a sentirme mal, no dudaría en volver de inmediato".

(FUENTE: bbc.co.uk)

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