miércoles, 1 de febrero de 2012

A la caza de los “niños brujo” en Nigeria



Azuzados por pastores evangelistas, los “cazadores de brujos” señalan a niños concretos y los acusan de brujería en Nigeria. Tras ello, la mayoría de las veces los niños sufren abusos, son abandonos por sus familias e incluso asesinados de forma terrible.

Una campaña de violencia intenta acabar con los brujos en el sureste de Nigeria. La mayor parte de las víctimas son niños.

Los “cazadores de brujos” son azuzados por los pastores evangelistas, según denuncian grupos de activistas pro derechos humanos en la zona. Aprovechándose de los temores de la población, los pastores señalan a veces a niños concretos, lo que conduce a abusos, abandonos e incluso asesinatos.

Ahora, una organización local ofrece refugio a niños que han sido expulsados de sus comunidades. La organización no gubernamental nigeriana Child‘s Right And Rehabilitation Network (CRARN) acoge en este momento a unos 160 niños acusados de brujería.

“Hay tantas personas aquí que creen que los niños pueden ser poseídos por demonios que apenas se toman medidas contra quienes realizan exorcismos violentos”, asegura Sam Ituna, de CRARN.

Su organización se hace cargo de niños que han sido abandonados o de los que han abusado tras ser acusados de brujería. Es una de las pocas personas en su aldea que apoya a estos niños repudiados, y a menudo sufre ataques verbales y físicos.

Stella es una de las niñas que viven ahora en el centro de acogida, tras haber sido acusada se ser una bruja. Abandonada por su familia, vulnerable y frágil, se vio obligada a deambular por las calles del sureste de Nigeria para intentar sobrevivir.

A Stella la encontró Jehu Tom, un trabajador de la red que vive en el centro con otros 160 niños que también han sido acusados de brujería, culpados de las desgracias de sus familias, y abandonados. Antes de ser expulsados de sus hogares, muchos reciben palizas, son atacados con cuchillos, lanzados a hogueras o se les vierte ácido como castigo o para que “confiesen” estar poseídos.

En un caso, una niña llamada Uma fue hallada con una punta clavada en su cráneo.

Los supuestos brujos son identificados por líderes religiosos poderosos de iglesias locales en donde la cristiandad y las creencias tradicionales dan origen a una profunda creencia en la brujería. Y también temor.

Los sacerdotes difunden el mensaje de que los niños brujos traen la destrucción, las enfermedades y la muerte a sus familias. Y dicen que, una vez poseídos, los niños pueden contaminar a otros.

Los líderes religiosos a menudo ayudan a las familias cuyos hijos son tildados de brujos, pero a cambio de un precio. Las iglesias celebran exorcismos nocturnos, en los que los pastores intentan expulsar los malos espíritus de los niños. Tan sólo ellos tienen el poder de “limpiar” a esos niños, dicen. El exorcismo puede costar a las familias los ingresos de un año.

Pero algunos niños son expulsados de sus hogares.

Cuando los niños son hallados por el grupo de reinserción social, a menudo llegan creyendo que son realmente brujos, aunque no sepan realmente en qué consiste. “¿Puedes volar por las noches?”, bromea Ituna cuando llegan a la casa de acogida.

Allí están seguros y pueden acudir a la escuela. Muchos se quedan traumatizados por las experiencias vividas.

En el centro dan los primeros pasos para reintegrarse en la normalidad, y con suerte pueden reunirse de nuevo con sus familias y sus comunidades. Ese es el objetivo de la red.

“Los niños pertenecen a sus familias pero mientras no estén seguros allí nosotros cuidamos de ellos”, asegura Ituna.

(FUENTE: noticias.lainformacion.com)

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