domingo, 5 de febrero de 2012

Bolivia: cazadores de almas en pena



Esta noche, mientras usted se encuentre cobijado bajo las sábanas, Leao Armas Olortegui estará cazando fantasmas. Puede que, incluso, esté muy cerca suyo: en su ciudad, en su barrio o en su calle. Armas es director del Centro de Investigación de Parapsicología y Ciencias Ocultas de Bolivia (Cipcobol), organización que se dedica a investigar la presencia de entidades paranormales en todo el país.

Bañado en las aguas del espiritismo, este astrólogo lleva más de 20 años indagando casos paranormales. Y no está solo. Su labor es apoyada por su esposa, Topacio Falcón, sus cuatro hijos y un grupo de apasionados de los fenómenos sobrenaturales que integran el equipo de Cazafantasmas Cipcobol.


Armados con medidores de campos electromagnéticos, sensores de movimiento, cámaras infrarrojas y termómetros digitales, los cazafantasmas bolivianos indagan todo indicio que sugiera actividad paranormal; incluso arriesgando su propia integridad física.

Nadie está libre
“Hay entidades y espíritus entre nosotros. No hay familia que en su seno no tenga alguna historia sobre el tema”, dice Armas. Y ni bien termina de hacer esta afirmación, una señora se le acerca atraída por el logotipo que le identifica como cazafantasmas. Casi en susurros, la mujer narra su experiencia: “Las luces de mi casa se encienden y se apagan solas; hay ruidos muy extraños. Dicen que una niña que vivía allí murió ahogada y parece que está allí. Mi madre se tuvo que mudar debido al miedo. ¿Nos puede ayudar?”.

Armas recibe este tipo de solicitudes más de lo que uno podría imaginar. Su agenda de trabajo parece la de un dentista: siempre está llena. “Nos buscan personas que están desesperadas y que no saben exactamente a qué se enfrentan ni a quién acudir para resolver su problema. Tienen vergüenza de que las califiquen de locas. Pero yo puedo dar fe de que no lo están”.


Armas cuenta con varios videos que documentan cada una de sus investigaciones; sin embargo, al observarlas, ninguna lleva a concluir de forma fehaciente la existencia de entidades paranormales.

De lejos, la familia Armas Falcón se asemeja a un grupo cumbiero. Leao anda con la melena larga y rizada; Topacio, con el pelo rubio y el maquillaje cargado. Y junto a ellos siempre va Leao Jr, que con sus 12 años es el cazafantasmas más joven del país. Se presentan a sus investigaciones bien uniformados: con un grueso overol negro, adornado con la icónica imagen de la película Ghostbuster (1984) y su nombre y cargo marcado en el pecho.

Leao Jr. es el Director de Asistencia y el más entusiasta del grupo. “Si sube o baja la temperatura de forma brusca, se encienden o apagan los aparatos eléctricos; si hay sombras misteriosas o apariciones, de seguro una entidad vive en tu casa”, suelta entre sonrisas.

La madre, Topacio, explica que esas presencias están marcadas por algún evento trágico. “Al morir, no todos nos volvemos entidades. El ciclo normal de la vida supone nuestra muerte natural. Sin embargo, muchas veces ese final llega de forma violenta. La muerte traumática, por asesinato o accidente, por ejemplo, se convierte en un hecho que nos mantendrá atrapados en esta dimensión como entidades”.

Según la espiritista, las almas sufridas permanecerán en el plano humano hasta que sean guiadas a su destino final, con sus seres queridos ya fallecidos. Hasta entonces, agrega, se manifestarán en el lugar donde ocurrió la tragedia o en el espacio que, en vida, fue el más querido para ellos. Es allí donde intervienen los cazafantasmas, quienes se convierten —aseguran— en guías de las entidades hacia su destino final.

La investigación se inicia estableciendo el tipo de entidad: maligna o benigna. Eso se logra a través de la medición de la temperatura del ambiente, una vez que se ha manifestado la entidad. “Los entes malignos hacen subir la temperatura, son espíritus no humanos que nunca encarnaron y que andan sueltos por este mundo. Son los más temibles. Pero cuando se trata de una entidad benigna, baja la temperatura. En general, el ambiente se humedece y los bellos del cuerpo se paran. La energía de la batería de grabadoras o filmadoras baja, ya que las entidades la utilizan para poder establecer su presencia”, señala Leao Armas.

Los cazafantasmas proceden luego a realizar una limpia de la vivienda con el uso de plantas naturales como la salvia, que a decir de estos expertos elimina las malas vibraciones. Intentan entonces establecer el lugar específico donde se encuentra la entidad, para buscar su contacto. “Les hablamos, les decimos que no pertenecen a este mundo y que deben abandonar la casa”.

Leao Armas asegura que la máxima “teme más a los vivos que a los muertos” está lejos de ser cierta. “En el camino a los Yungas, donde hay una gran actividad paranormal, muchas entidades llegan a empujar a las personas y a los vehículos hacia los barrancos. Hay que tratarlos con respeto”, alerta.

Topacio asegura que experimentó en carne propia el mal carácter de las almas atrapadas en este mundo. “En una casa antigua de Sopocachi nos dijeron que se escuchaba a una niña corretear por los cuartos. La quisimos contactar, pero ella sólo se reía y se escapaba. Nosotros fuimos más adentro de la casa y la vimos parada. Le dijimos que no la lastimaríamos. La niña nos dijo que se llamaba Elizabeth y que no podía evitar hacer daño. En ese momento me empujó y caí. Dejamos la investigación porque no podemos poner en riesgo nuestra vida. Luego nos enteramos de que en esa casa la niña había sido testigo de la tortura y el asesinato de su madre”.

Un seminario en el Castillo
A pesar de los riesgos, los cazafantasmas bolivianos están empeñados en la que consideran es su misión en la vida: ayudar a las almas atrapadas en este mundo a alcanzar el descanso final.

Para las personas interesadas en conocer más sobre las investigaciones de actividades paranormales, los cazadores de espíritus ofrecerán un seminario del viernes 10 al domingo 12 de febrero. Esta actividad, en la que se realizarán investigaciones de campo, se llevará a cabo en el hotel Castillo del Loro (a dos horas de La Paz, camino a Yanacachi, sud Yungas). Mayores datos en los celulares 775-40687/765-31795.

Entidades malignas viven en la sede de los exportadores
Entre las experiencias más riesgosas que experimentó el equipo de Armas, está la vivida en la sede de la Cámara de Exportadores (Camex), que se encuentra en la Av. Arce y calle Goitia (La Paz). “Nos llevaron algunos funcionarios de forma disimulada, ya que no querían llamar mucho la atención de los jefes. Todos los que han trabajado alguna vez en esta casa saben que allí siempre suceden cosas raras. Por eso nos animamos y fuimos una noche”, comienza a narrar Armas.

“Tras instalar los equipos en el piso de arriba, yo bajé solo por una escalera en forma de caracol. Sentí el descenso de la temperatura y de pronto noté que una mano me empujaba de forma brusca. Fue una de las únicas veces que sentí miedo ya que, incluso, me cerraron una puerta en el rostro. Sentí la sangre salir de mi nariz y entonces decidí no seguir la investigación. El estudio preliminar, sin embargo, estableció que hay tres entidades malignas en el lugar”.

El espíritu de una mujer infiel ataca a los albañiles
En la intersección de las calles Papa Paulo y Belzu —en el centro de Cochabamba— se halla una estructura a medio construir. Topacio Falcón considera que la actividad paranormal fue la causante de que inversores chinos desistieran de su interés por levantar un edificio en este espacio.

Los trabajadores se quejaban de la presencia de una mujer que los empujaba. “Sus jefes no les hicieron caso, hasta que murieron tres albañiles. Uno sobrevivió, pero quedó paralítico. Él nos contó que fue ella quien le empujó. Un día nos quedamos investigando hasta las dos de la mañana y yo la pude observar en el monitor, pero al final no pudimos hacer contacto”.

Los vecinos contaron a los cazafantasmas que en la antigua casa que se alzaba en el sitio, un minero descubrió a su mujer con otro hombre, en un acto de infidelidad. Cegado por los celos, mató y descuartizó a la mujer. El hijo de la pareja, al observar la escena, terminó ahorcándose en el lugar.

Un niño está atrapado en Pongo
El alma de un niño está atrapada en una iglesia de la población de Pongo, al norte de La Paz, indican los investigadores, quienes acudieron a pedido de los vecinos.

“En las noches escuchan el llanto de un niño, nos contaron. Cuando llegamos, instalamos los equipos para probarlos en el día, preparándonos para la jornada nocturna. A las 17.00, el meltmeter (medidor de campo electromagnético) se volvió loco, anunciando la presencia de una entidad en la parte posterior de la iglesia. Empezamos a filmar, pero no encontramos mayores pruebas. Sin embargo, al revisar las imágenes, Leao Jr. encontró que desde una de las ventanas aparecía el rostro del niño. Fuimos cinco veces a Pongo (población ubicada a 30 minutos de La Paz, camino a Yungas) , pero hasta ahora la entidad no se nos manifiesta, aunque acostumbra lanzarnos cosas”, cuenta el líder de los cazafantasmas.

Según cuentan los habitantes del lugar, un niño murió de forma trágica, aplastado por la campana.

Un expresidente merodea en Yungas
Leao Armas explica que la mayor actividad paranormal en el país se registra en la que fuera la residencia de José Luis Tejada Sorzano (1882-1935), expresidente de Bolivia. Convertida en el hotel Castillo del Loro, la estructura que se alza en el camino a los Yungas es un paraíso para la investigación sobrenatural.

“El alma de José Luis Tejada Sorzano está presente y es muy traviesa. Rompe cables y hace pelear a las parejas que se hospedan en el que fuera su habitación principal”, relata el espiritista.

Armas afirma que logró hacer contacto con el ex primer mandatario, que ocupó ese cargo durante la Guerra del Chaco. “Se manifestó y nos dijo que no se irá del lugar porque está a la espera de su amante embarazada, quien —narran los lugareños— se suicidó lanzándose de la cascada que está cerca del lugar, ante la ausencia de Tejada”.

El experto en lo paranormal señala que en la antígua hacienda existen túneles cerrados donde detectaron actividad paranormal. “Investigando, descubrimos que la casa fue construida por prisioneros paraguayos, muchos de los cuales murieron de forma trágica y fueron sepultados allí mismo”.

(FUENTE: la.razon.com)

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