lunes, 16 de enero de 2012

Estudio: parejas que tienen la misma profesión concilian peor trabajo y familia



Felipe y Francisca son veterinarios, se conocieron en la universidad y después de cinco años de relación, decidieron casarse. Hoy, ambos ejercen sus profesiones y reconocen que, pese a hacer lo mismo, no tienen mucho tiempo para ellos. "Llegamos súper tarde y es muy complicado pasar tiempo juntos", dice Francisca.

No son los únicos, según una investigación realizada por la U. de Bedfordshire, en Inglaterra, las parejas que trabajan en empleos similares son más propensas a extender sus jornadas laborales y a dedicar menos tiempo a su vida privada. Lo contrario pasó en aquellas donde ambos tenían profesiones distintas.

Según el sondeo, realizado a 650 profesionales, de los cuales 291 trabajaban en las mismas áreas, estos últimos son los que revelaron más problemas con el equilibrio trabajo-vida personal, más uso de horas extras y más dedicación a su trabajo que aquellos cuya pareja tenía un tipo diferente de profesión. No es todo: tenían más problemas para poner límites entre el hogar y la oficina, afirma el estudio difundido por The Telegraph. "En estas parejas, las cuestiones de trabajo tienen más probabilidades de terminar en un desborde en la vida familiar y de amenazar el equilibrio trabajo-vida privada", dijo Gail Kinman, autora del estudio al diario británico.

Pero no todo es color de hormiga para estas parejas. Las pruebas revelaron que en situaciones de estrés laboral o cuando uno de los miembros de la pareja pasa por un momento complejo en el trabajo, el otro es más solidario y compresivo que aquellos donde ambos tienen diferentes profesiones. Una ventaja que Kinman, dice, debe ser aprovechada por estas parejas. "Tener como compañero a alguien que realiza un trabajo similar tiene este beneficio de aumentar la comprensión mutua de las condiciones de trabajo y el apoyo en momentos de estrés", dijo.

Susana Ifland, terapeuta de parejas y directora de la Sociedad Chilena de Sicología Clínica, explica que estas parejas, en general, se llevan bien y tienen buena afinidad, porque "pueden hablar de lo que les interesa, sin necesidad de explicar todo desde el principio", asegura.

Sin embargo, sus límites entre hogar y trabajo suelen ser difusos y cuando ambos están en esa dinámica, los hijos -cuando los hay- pueden ser los perjudicados. "Los niños se sienten marginados y aislados, lo que puede hacer que se resienta su autoestima", dice.

(FUENTE: diario.latercera.com)

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