La sangre es la perdición de Sang-hyun. Es su tentación, aquella que trata irremediablemente de controlar. Pero no puede: su necesidad de tomarla hace que sus dudas sobre su vocación sigan creciendo. Él solo quería que experimentaran la cura de un mortal virus en su cuerpo, pero algo salió mal. Y la sangre es lo único que lo calma: Sang-hyun es un cura vampiro. Y un cura enamorado.
Porque su otra tentación es Tae-ju. Ella es la mujer de su mejor amigo. Un amigo que ha ido en busca de la paz que solo un cura puede ofrecer. Pero nunca imaginó que ese cura, que además es su amigo de infancia, desee a su esposa. Y que esa esposa le retribuya. Y mucho menos pensó que ambos planearían asesinarlo. Todo sea por la tentación.
El estreno de “Rito diabólico” es de las mejores noticias del año. Ahora que el modelo de los vampiros es lo que puede ofrecer la saga “Crepúsculo”, da gusto poder ver una película que nos muestra a estos seres como lo que son: sufridos, perversos y románticos.
Porque la película es no solo una cinta de horror: es también un ‘thriller’ pero, sobre todo, una historia de amor. Así como lo era “Thérese Raquin”, la novela de Émile Zola en la que unos amantes planeaban el asesinato del esposo de ella. Ese libro es el que tomó como referencia Park Chan-wook, quizá el más importante cineasta coreano de la actualidad, para hacer la cinta. Como él mismo señala, “siento que la cinta es única porque no es solo un ‘thriller’, y no solo una película de terror, sino también una historia de amor ilícito”.
Park Chan-wook no es un cineasta desconocido para nosotros: hace unos años se estrenó “Hipnosis mortal”, una cinta que mostraba a un cineasta demencial, que creaba escenas muy violentas enmarcadas en un tono melancólico. Algo que seguro repetirá en “Rito diabólico”, quizá el estreno del año.
El estreno
“Rito diabólico”, cinta que veremos desde este jueves en Lima, es una historia de vampiros que promete mucha sangre, pero también mucha tristeza. Porque así son los cintas de Park Chan-wook: mezclan la violencia más dura con la melancolía más desoladora.
Cada uno de los personajes de la llamada “Trilogía de la venganza” (compuesta por las cintas “Simpathy for Mr. Vengeance”, “Hipnosis mortal” y “Simpathy for Lady Vengeance”, todas dirigidas por el cineasta) son trágicos, motivados por pulsiones animales y cuyos actos los llevan, casi irremediablemente, a un final desolador. Resulta curioso como este cineasta, al que lo admiran directores de la talla de Quentin Tarantino, consigue mezclar el cine de acción y género con esa sensación de tragedia que envuelven sus cintas.
Amor con sangre
“Rito diabólico” promete tener los mismos condimentos de aquella gran trilogía que llevó a la fama a su autor: un cura, que además es un vampiro, se enamora de la mujer de su mejor amigo, por lo que planean matarlo, decisión que los llevará por caminos más que inesperados.
¿Qué tenemos en la cinta? Pues, para comenzar, una historia de vampiros, plagada de sangre y de momentos sórdidos y oscuros, como tan solo Park sabe construir: no por nada la cinta está basada en el clásico “Thérese Raquin”, una novela de 1867 que tiene una negrura que se siente en cada página.
Pero, al mismo tiempo, tenemos también una historia de amor trágica: un cura que debe luchar contra su propia naturaleza, pero también contra su propia vocación. El sino trágico que persigue a todos los personajes del cineasta, y que inevitablemente desencadena en violencia, también está presente en la cinta.
La receta de Park Chan-wook parece no tener pierde: “Rito diabólico” ganó el Gran Premio del Jurado del festival de Cannes 2009. Y, además, fue un enorme éxito de público en las salas coreanas, como suelen serlo las películas del cineasta. Parece que Park tiene la magia para hacer que público y crítica coincidan: quizá sea por el hecho que la tristeza que transmiten las imágenes de su cine calan hondo en todos. Y que los momentos de violencia cautivan por su fuerza. Vea, desde este jueves, “Rito diabólico”. Seguro quedará impresionado.
(FUENTE: elcomercio.pe)
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